Ahogados en distancia (Rubius y tú)

Capítulo 35: Es mi número.

Es mas tarde que mis tetas, pero acá les dejo su capítulo. Ahora tardo más tiempo porque son más largos. No me peguen (?

La pantalla en el escenario se enciende y nos deja ver un pasillo en el que se encuentran ambos equipos formando dos filas. Les entregan las armas cargadas con bolas de pintura, y les advierten que no se puede disparar ni a la cara, ni a las zonas genitales. Las reglas del juego consisten básicamente, en cagar a tiros al equipo contrario. Los trajes guerrilleros contienen seis círculos negros de tela a lo largo del mismo. Primeramente un círculo en cada pierna, y un círculo en cada en cada brazo. Si se consigue disparar al oponente en tres de esos cuatro círculos, el jugador pierde y debe que abandonar la batalla. Ahora, si las balas de pintura dan en el círculo que se encuentra en el pecho, o círculo que está la espalda, solo basta con esa bala certera para dejar al jugador afuera. El primer equipo que consiga dejar afuera a todos sus oponentes, gana.

Se pueden ver las sonrisas crecer en el rostro de los participantes, así mismo como la tención en ambos equipos. Tanto el rojo, como el azul, se juntan en dos rondas por separado y discuten unos minutos, lo que parecen ser estrategias de batalla. En total, son seis jugadores por equipo: los cinco afortunados del público, y el capitán. Siento una punzada de envidia atravesar mi pecho cuando los observo tan felices al interactuar con los youtubers, pero me esfuerzo por disiparlo. Me recuerdo que yo los abracé, que yo conversé con ellos y que hasta tengo un video personal echo por Ruben y Mangel. Eso, el video personal (Tn)____, acordáte del video personal.

Una vez que los equipos ingresan a la gran habitación, cuentan con unos minutos para dispersarse en ella antes de que el juego comience. El cuarto es enorme, tanto, que hay cuatro cámaras grabando cada uno de los sectores, todas transmitiendo las escenas por nuestra pantalla. La habitación es totalmente verde, pintada tal cual los trajes guerrilleros, y se asemeja a un laberinto; con paredes, escalones, trincheras y túneles por doquier. Estar ahí tiene que ser una joda loca.

Una sirena retumba en el lugar dando comienzo a la batalla, diferenciamos los equipos gracias a una banda de color llevan en el brazo, ya que apenas vemos sus rostros, que están cubiertos por cascos protectores. Intento seguir con la visión a Flor durante todo el juego, pero es algo difícil dividir los ojos en cuatro sectores de la pantalla. Mi amiga se desenvuelve bastante bien, yo juraba que era una de las primeras en perder. Rubius y Mangel nos hacen partir de risa durante todo el juego, en vez de concentrarse en lo que están haciendo, se ponen a bailar y a decir pelotudeces, intentan gritar e inventar sonidos para distraer al oponente, los amo.

Desde acá bajo, el público está dividido alentando por los equipos. Yo, obviamente que aliento por el azul, quiero que ganen Flor y el culón de Mangel. Gritamos tan fuerte que calculo que los chicos deben escucharnos desde ahí arriba. Luego de al menos unos veinte minutos, solo quedan tres participantes del rojo y tres del azul, y para mi sorpresa Flor está entre los finalistas. Me pregunto si Rubius y Mangel se acrodarán de quien es Flor, si la recuerdan a ella... probablemente también a mí, me digo esperanzada. 

Mientras me distraigo solo unos segundos con mis pensamientos, todos se echan a reír y no entiendo nada, estuve con la vista fija en la pantalla todo el tiempo, pero sin prestar atención.

—¿Que pasó? ¿Qué pasó?— le pregunto exigente a Agus.

—Flor le dio un balazo  a Ruben en el culo— me responde Agus partiéndose de risa.

¿Cómo fui a perderme eso? Me quiero matar la puta madre.

Después de unos minutos de debatir si lo que hizo Flor cuenta como punto o no, el juego continúa y el balazo se suma como un punto del brazo o de la pierna. La batalla continúa unos minutos más sin disparos certeros, y para la risa de todos, Ruben intenta vengarse de Flor apuntándole en el culo, pero se deja al descubierto y Mangel aprovecha la oportunidad dándole a su amigo en el brazo y dejándolo fuera del juego.