IV

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Eran las 21:57 y ya había empezado a subir varios chicos arriba. Todos conocían a María, pero ninguno a Alba, como era de esperar, por lo que María decidió presentarles a los tres chicos.

― Os presento a Alba, es de Elche y ahora viene a vivir con nosotras. De ahí la fiesta.

― Ahhh que arte tiene la niña ―dijo un chico visiblemente andaluz― yo soy Dave, de cai' pisha.

― Hola encantada ―dijo dándole dos besos a Dave.

― Pues yo soy Carlos ―dijo con un poco de miedo― y soy muy supersticioso... ¡¿Por qué el numero 13 por que?!

― Tu tranquilo, que si viene un monstruo le pego con uno de mis cuadros ―dijo Alba intentando ser amable, aunque lo consiguió ya que Carlos sonrió.

― Se me pasara con un par de tragos

― Hola, yo soy Joan ―dijo un chico bastante simpático― creo que nos hemos visto alguna vez

― ¿Si? ―dijo sorprendida― ¿Dónde?

― ¿Tu hermana se llama Marina? ¿Marina Reche?

― Si, ¿Cómo lo sabes?

― Coincidí con ella en un curso por Alicante de canto, la verdad es que canta muy bien.

― Es mi hermana ―dijo riéndose― es capaz de todo.

― Pues me alegro de saber quién eres por fin ―dijo con una sonrisa.

― Lo mismo digo ―dijo riéndose Alba.

Ellos se alejaron y se pusieron a hablar en trio. María nada más ver que se habían alejado un poco de ellas dos se rió y disimulada mente dijo:

― No es ni la hora y ya estas empezando a ligar con Joan ¿eh querida?

― María, aprende a distinguir entre saber que conoce mi hermana y entre a tirar fichas ―dijo riéndose, pero dejo de reír cuando siguieron entrando por la puerta más personas.

Fue conociendo a muchas chicas y chicos, la verdad es que María conocía a gente muy guapa, pero aquella sonrisa que llevaba se le quito cuando una chica alta, de pelo corto negro hasta los hombros, un piercing y unos ojos que hipnotizaban entro por la puerta. Iba vestida con un top negro y unos pantalones sueltos rojos, junto a unas botas militares. Justo casi igual que Alba.

Entro con un aire tranquilo, como serio pero de superioridad, aunque no del todo superioridad. Era una mezcla de todo peor que a la vez era nada.

― ¡Hombre tronca! ―dijo riéndose María que parecía conocer del todo a aquella chica.

― ¿Quién es? ―dijo nada mas aquella chica, mirando a Alba de arriba abajo, haciéndola sentir algo incomoda.

― Que te lo diga ella ―dijo María en un intento de unir a las dos fallido.

― Mejor voy a la terraza―dijo pasando al lado de Alba, golpeándose con ella cogiendo un cigarro de su bolsillo.

― Vaya ―dijo María mirando hacia atrás a la vez que Alba― creo que no te ha caído muy bien, ¿no?

― ¿Quién coño se cree? ―dijo enfadada.

― Bueno, ella siempre es así de misteriosa... ―alba justo iba a abrir la boca para preguntarle como se llamaba cuando siguieron entrando varias personas― ¡Holaaa!

Eran las 10 y media cuando África subió del ascensor a seguir disfrutando con la fiesta. Eran unas 20 personas allí, y aunque le costaba aprenderse los nombres se acordaba del de Joan y había uno que aun no sabía, el de aquella chica.

Rebeldia | albaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora