Natalia abrió los ojos, no se lo estaba creyendo. A su vez estaba igual de feliz, como cualquiera lo hubiera estado al ver eso, pero... ¿Y si no pasaba alguna de las dos? ¿Aguantarían sin verse hasta dentro de tres meses ahora que estaban empezando?
― Entonces, supongo que la semana que viene nos veremos de nuevo.
― Que tortura ―Vacilaba. Le encantaba picar a Natalia.
Pasaron los minutos hasta que llegó el repartidor, y directamente empezaron a comer aquella pizza vegetariana. Marta se aprovecho de la situación, pidiendo otra pizza familiar, pero esta vez de 4 quesos. Adoraba el queso.
Pasaron las horas picándose entre ellas, dándose abrazos infinitos con tanta fuerza que parecían que nunca jamás iban a volverse a ver y con besos de todo tipo, incluso alguna que otra mano fuera de control cuando Marta no se encontraba cerca de ellas.
Eran las 1:00 de la mañana. Alba no se quería imaginar la cara de pánico de María y África, que seguramente ya se estarían preguntando qué diablos estaba haciendo fuera del piso.
En esos momentos Natalia hubiese cambiado las agujas del reloj de donde hiciese falta para volver a como estaban hace unos minutos, dándose besos y acurrucándose una con la otra.
― Bueno ―decía abriendo la puerta― ¿Nos veremos mañana?
― No lo dudes.
Natalia se acercó a Alba, y sin miedo a que esta hiciera algún movimiento brusco la besó. A pesar de que aún no eran nada oficialmente se daban más besos que cualquier persona que estuviese casada.
Se despidieron con la manita, y Alba también enviándole un beso en el aire.
Era común en Natalia escribirle nada más acordarse de ella, aunque en muchas ocasiones no hubiese podido hacerlo. Le envió una foto, en la que salía bastante mal, mientras aparecía con el pomo de la puerta en sus espaldas.
"No ha pasado ni un minuto, y ya te echo de menos"
No tardo ni un segundo en responder al mensaje. La sonrisa de Alba al ver el mensaje la hacía tener ganas de quedarse a dormir en casa de Natalia, aunque no fuese sin duda el momento más adecuado.
Iba por la calle a esas horas de la noche. Alba iba segura por las calles aunque en el fondo esa mierda de presión social de vigilar a tu alrededor la hacían mirar de vez en cuando.
Se chocó con un chico, que fácilmente pudo reconocer su voz.
― ¡Hola Alba!
Era Joan, para alegría de Alba. Se habían cruzado en una esquina y le había tirado sin querer el teléfono al suelo.
― Perdona Joan, lo siento.
Cogieron los dos a la vez el teléfono, no dudaron en mirase. Joan sonrió, al igual que hizo Alba. Cualquiera que pasara por la calle se les hubiera quedado mirando embobados a ver cuál sería su reacción al ver que se había cargado totalmente la pantalla de su teléfono.
Alba hizo una mueca, como de horror y de tristeza. Se acababa de cargar el móvil de una de las personas más amigables que se había encontrado en aquella nueva ciudad.
― Ay Joan lo siento muchísimo ―lamentaba― de verdad, ¿te lo pago?...
Joan la interrumpió. Para su sorpresa no parecía tan preocupado como ella, de hecho sonreía.
― Ha sido un accidente, no pasa nada ―reía mientras apoyaba una mano en el hombro de Alba.
― No en serio ―decía justificándose― ¿Te lo puedo pagar? Tengo dinero de sobra.
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Rebeldia | albalia
Fanfiction"Nacimos para ser felices, ¿Cuánto tiempo más vas a tardar?" . . . . . . . . Rankings mas impresionantes :) #1 Shippeo #1 Natalba #1 Alba Reche