XXVI

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Después de aquel tan emotivo momento fueron a comer a un restaurante de comida vegana. Alba cada segundo que pasaba no podía evitar besar a Natalia, Natalia igual que ella, pero aparte de vez en cuando le agarraba el culo con fuerza cuando veía que no había ningún machito asqueroso alrededor.

Eran las 21:00 de la noche, cuando era el momento tan triste de separarse de las dos.

― Oye ―soltaba― ¿Te acuerdas el primer día que nos conocimos?

― Como si fuera ayer ―sonrió Alba mirándola a sus ojos castaños.

― Entonces supongo que recordaras, aunque estuviésemos bebidas ―decía arqueando la mirada y subiendo los hombros― que jugamos al juego de la moneda.

― Y que te toco cruz y no me dijiste porque dijiste mi nombre, si Nat, sí.

― Te voy a hacer spoiler de la pregunta ―sonreía, causando que Alba la mirase como sorprendida.

Natalia se paró en seco, delante de su casa-puerta y abrió la puerta. Alba se quedo esperándola a que le hablase de nuevo, cosa que no tardó en hacer. Se acercó a su oído, provocando una risa en Alba.

― Me preguntaron ―susurro, dejando unos segundos de tensión después de aquellas dos palabras― ¿Con quién de aquí follarías mil millones de veces si pudieras?

Se apartó, guardándose la risa de la reacción de Alba, que rápidamente se acercó a darle un beso lento y apasionado en la puerta abierta de su casa. Natalia metió sus manos dentro del bolsillo del pantalón de Alba, y esta, atreviéndose demasiado rápido, puso una mano por la zona intima de Natalia, haciendo que diese un bote.

― Te recuerdo ―añadía Alba vacilándose de Natalia a dos centímetros una de la otra― que la gatita sigue dominando a la pantera.

― En la cama no dices lo mismo nena ―sonreía.

Ella se acercó rápidamente a Alba, dándole aquel beso rápido de despedida y despidiéndose con la mano mientras se acercaba al ascensor de la casa. Alba no dejo de mirarla hasta que se subió al ascensor, que la llevaría a su apartamento con Marta, y hasta entonces guardo la euforia de aquel día, que soltó rápidamente mientras saltaba y gritaba por la calle. Natalia le ponía demasiado, aunque se preguntaba <<¿A quién no?>>.

Tras unos diez minutos llegó a su casa, aunque seguía tan roja y emocionada como antes. María y África, que veían una serie distinta a "Vis a Vis" por primera vez en mucho tiempo, miraron a Alba como atentas, como si supiese lo que iba a decir.

― Alguna excusa tendrás para haber estado todo el día fuera, ¿no? ―preguntaba María.

Alba cerró la puerta, apoyándose en ella de espaldas nada más hacerlo, y morderse los labios sin mirar a ningún lado en especial. María y África coincidieron en fruncir el ceño.

― Albi, ¿Te llevamos al médico cariño?

Sin embargo ella seguía en los mundos de Yupi, entrándole de repente un ataque de euforia y empezando a saltar con esos saltitos que siempre daba cuando estaba contenta. Era como si una ratoncita empezase a hacer deporte o algo parecido.

― ¡Soy su novia tías!

― ¿De quién? ―preguntaban las dos a la vez con los ojos como platos, casi levantándose del sofá.

― ¡De Natalia! ―gritaba mientras daba saltos cada vez más grandes.

La respuesta consiguió que María y África empezasen a saltar con ella mientras gritaban. María parecía que cantaba una canción de rock, pues movía sus pelos como lo haría si cantase alguna canción de ese género, África saltaba riéndose de la situación.

Rebeldia | albaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora