XIX

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Alba y Natalia se miraron ante el comentario de María, que para la opinión de las dos, iba muy en serio.

― ¿Hola? ―decía Natalia algo molesta― ¿Por qué no te lo iríamos a decir?

― Ni que fuésemos tumbas ―decía Alba, mirando a María.

― De Natalia me fio ―decía María cruzándose de brazos― pero de Alba no.

Alba notó ese comentario como una flecha impactando en su cuerpo.

― ¿Sabes? Para ser mi compañera de piso sabes más poco que Natalia sobre mí.

― ¿Ah sí? ―decía María― ¿Entonces me lo vas a decir?

Natalia entendió la actitud de María, era una trampa para que Alba lo dijese, así que decidió bajar la mirada cuando la bomba explotó de la boca de Alba que se levantó de la cama para soltarlo.

― ¿Pues sabes que eh? Me he besado con Natalia, me he acostado con ella y he follado con ella, ¿Contenta?

Todas se quedaron en shock, aunque cada una de una manera diferente. Noelia y Julia movían su cabeza hacia atrás de el impacto del comentario de Alba, Marta se quedo con la boca abierta, parecía que se le iba a salir la mandíbula, y María, bueno, seguía de brazos cruzados con una sonrisa.

― Lo sabia ―decía María sonriendo― sabía que ibas a explotar...

Alba se tapó la boca con las manos, siendo conscientes de lo que había hecho. Miró a Natalia, que estaba atrás suya. Ella la miró con una sonrisa, y hizo un gesto con las manos como de <<No te preocupes, me la suda>>, cosa que Alba agradeció con su mirada.

María se acercó para abrazar a Alba mientras se empezó a reír de aquella metedura de pata. Después Julia y Noelia se unieron al abrazo con María, sin parar de reír y saltar de la alegría. Marta seguía aun en shock en aquella zona de la habitación.

― Tío María te odio ―decía riéndose de la vergüenza, en ese momento estaba sufriendo un Tierra trágame.

― Tranqui, queda entre nosotras ―decía María― estábamos muy seguras de que iba a pasar.

― Por no decir a un 100%

― ¿Entonces lo que nos despertó ayer no eran solo relámpagos verdad? ―decía Marta, interesada por la respuesta.

Natalia se levantó, dejando la guitarra en la cama y se unió al abrazo mientras se reía como loca de aquella situación.

― Te pienso devolver la jugada María, que lo sepas.

Alba notó una mano en su hombro, cuando todo el mundo se empezó a separar de ella. Era Natalia, como era de suponer. Alba la miró fijamente a aquellos ojos, aunque algo distraída aun por la situación. Natalia en cambio, aprovechando que todas las miraban a las dos, como si esperaran alguna respuesta se acercó a ella y, agarrándola de las caderas, la besó.

Si Marta antes estaba en shock a punto de desmayarse con ese beso estaba a punto de meter un pie en la tumba.

Alba aceptó aquel beso como si fuese un regalo, y agarrando con delicadeza los mofletes de Natalia, la empujo hacia ella para que no se separara de aquel beso. Tras unos pocos segundos se vieron obligadas a parar, demasiado para tan poco tiempo de reacción.

― Joder, un beso de Natalia Lacunza ―decía Natalia mirando a las dos en bucle.

― ¿Entonces oficialmente os podemos shippear? ―preguntaba Julia― ¿O sois algo ma'?

Rebeldia | albaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora