XI

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Pasaron solamente dos días desde que se fue Natalia y Alba seguía pensando en aquella chica. ¿Qué había pasado con ella? ¿Estaría bien?. Natalia, en cambio, la pensaba muchísimo mas que Alba a ella. Solía pensar de vez en cuando sobre lo que sintió aquella noche, si estaba en lo cierto o era una visión que que alcohol le estaba dando. Prefería olvidarse de los problemas mientras fumaba un cigarro en el balcón del piso, junto a Marta que leía un libro tan tranquilamente cuando aprovecho para el plan de las Capitanas.

― Oye, ¿Qué tal con esa chica?

― ¿Qué chica? ―preguntaba Natalia pareciendo no saber de quién era.

― Aquella chica, Alba.

― Ahhh ―dijo tomándose otra calada― muy bien.

― ¿Paso algo entre vosotras?

― La verdad es que no, pero ¿Por qué tendría que pasar?

― Vamos a ver Natalia hija mía ―decía bajándose las gafas de leer, dejándoselo en la punta de la nariz― se te notaba a kilómetros que se te caía la baba con ella.

― Marta sabes que estoy con Mikel ―decía pareciendo segura de sí misma.

― Eso no tiene nada que ver

― ¿Ah no? ―decía mirando su cigarro― Tú y yo tenemos visiones muy diferentes.

Marta cerró el libro y apoyo los pies sobre la mesa, justo como estaba Natalia. Natalia quiso aparentar que estaba segura, pero aquella insistencia de Marta parecía demostrar que no lo estaba consiguiendo.

― Natalia, te conozco lo suficiente como para saber que no dormirías y tirarías fichas tan descaradamente como lo hiciste con ella.

Natalia suspiró.

― ¿Y qué? ―decía tirando el cigarro por el balcón, con algo de furia― todos sabemos que no hay nada.

― Solo ha sido una noche y ya has dormido con ella ―decía sonriente, empezaba a sacarle información de oro― además, su primera noche, tómatelo con más paciencias.

― Si me conoces lo suficiente sabes que soy demasiado impaciente para eso.

― Pues te vas a quedar sin una chavala que te ha estado cuidando a una chica que no conocía de nada y que fue con ella la más borde al principio. Si eso no es interés no se tu que será.

Natalia miró a Marta, como con tristeza. Estaba con Mikel, y aunque no sintiera lo mismo sabia que debía pensar más sobre el tema.

― ¿Y entonces qué hago?

― Te aconsejo que sigas así ―decía riéndose, causando que ella también se riera.

― ¿Tan bien lo he hecho?

― Bueno, hay cosas que debes mejorar, como todos al fin de al cabo, pero te recuerdo que mañana es viernes y nos vamos al camping...

― ¿Y qué quieres que haga? ¿Qué le escriba una canción o qué? ―dijo irónicamente.

Marta abrió los ojos como platos y se rio. Natalia aun no entendía nada y estaba demasiado confusa como para hacerlo.

― ¿Y por qué no? Ósea es una gran idea, tienes 24 horas, y seguro que sabes hacerlo.

― Esto es de locos ―decía riéndose.

― No, no lo es tía ―decía apoyando su mano en su hombro― gánatela, y ya verás como algún día me darás la razón.

Se levantó de la silla y cogió el libro, saliendo del balcón para empezar a hacer la maleta del camping. Ella solía tardar años en hacer las maletas, incluso aunque solo fuese a ser un día.

Natalia sacó de su bolsillo un pequeño cuaderno, donde tenía algunas letras de canciones que estaba empezando a componer. Tenía unos acordes que sonaban perfectos para cualquier canción, ¿Por qué no hacerlos para Alba?.

Y así se paso toda la tarde, escribiendo y borrando estrofas para una canción de alba, mientras ensayaba como quedaría con aquella guitarra negra. Marta no quiso perder la oportunidad, y la grabo un par de veces, enviándoselo al grupo de las Capitanas.

María: ¡¿QUE LE ESTA ESCRIBIENDO UNA CANCION?!

Marta: La he convencido para ello ;)

Julia: Se lía mañana señoras

Noelia: Oye pero mañana les cerramos con llave que os parece y así que se suelten todo jajaja

María: No me parece mala idea oye

Julia: Pues venga, ya sabemos qué hacer.

María: Nos vemos mañana a las 8 de la mañana debajo de la casa de Noelia, nos vendrán a recoger en autobús.

Julia: Se lo aviso al resto?

Marta: Deberias

Noelia: Como al final no vengan le digo a mi tio que te corte la cabeza

Julia: Tranquilidaaaad

Aun, ninguna de las dos, sabria lo que iba a pasar entre ellas dos. Era todo tan aleatorio, que hacia que todo fuese mejor. Natalia estaba cada minuto se le hacian horas, y Alba, bueno, estaba demasiado ocupada pensando que ponerse para mañana.

Rebeldia | albaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora