MAGIC • LIAM DUNBAR.

❝O11❞

—LIAM.

Pasaron dos días desde que decidí no participar con la manada. Dos días desde que America me evita, dos malditos días y ya la extraño. Me había acostumbrado tanto a su compañía, que es difícil estar sin ella ahora.

Me había podido despejar, gracias a que había invitado a Mason, para jugar videojuegos. Y por ahora yo iba ganando.

—Uh, ¿Cuándo mejoraste tanto? ¿estuviste practicando? ¿o adquiriste habilidades superhumanas? — Me preguntó mientras reía.

Debía destacar que lo último me había hecho poner muy nervioso, así que contesté lo primero que pensé correcto.

—Practiqué. Sí, practiqué. — Afirmé varias veces. —Además America me enseñó algunas cosas nuevas, así mejoré. — Al nombrarla, me quedé callado luego de terminar, mirando un punto fijo. Pensaba en ella y lo mucho que me gustaría que esté ahora hablando conmigo.

—Sí, America. Ustedes son muy raros. ¿Qué ocurre entre ustedes? — Mason me miró fijo.

—¿Q-qué? ¿cómo que ocurre entre nosotros? ¿qué quieres d-decir? ella no me parece linda, nop. Para nada. — Negué mientras sentía como el calor subía a mi cara y mí cuerpo ardía de la vergüenza.

—Me refería a que hace dos días que no los veo juntos. Y las últimas semanas estuvieron muy juntos, parecía que se llevaban muy bien. ¿Acaso te gusta? — Mí amigo me miró, y sinceramente no podía responder su pregunta.

Me relajé mientras soltaba un gran suspiro, y hablé calmado.

—No lo sé. Ella es muy linda, y me gusta mucho pasar tiempo con ella. Pensar que nos odiamos al principio, pero ahora que hace dos días no hablamos, ya la extraño tanto. — Me tiré al suelo, mientras miraba al techo, y oía la risita de Mason.

—Yo sabía que ustedes dos se traían algo. Mís lindos amigos harían una muy linda pareja juntos. Se podría decir que te atrae. — Mason siempre sabía como aconsejarme, y siempre lograba hacerme sentir mejor.

—Sí. Pero no creo que alguien como ella le atraiga alguién como yo. Su último amor fue Jordan Parrish, el agente que trabaja con su padre. Tiene un estándar alto en chicos. — Me quejé mientras me acurrucaba entre mis brazos. Era todo un adolescente sensible.

—Liam, lo único que voy a decirte, ¿por qué no le atraerias? — Me miró como si supiera algo que yo no sabía. Y luego palmeo mí pierna. —Bien, debería irme a estudiar.

—¿Adónde vás? — Pregunté levantándome de golpe. No quería estar solo.

—¿A casa? Mañana tengo examen de historia.

—Vamos, un partido más.

—Eso dijiste cuatro partidas antes. — Mason tenía razón, pero tampoco quería quedarme solo.

Mason se levantó, y me desesperé.

—Estudia aquí. Puedes quedarte. — Soné muy desesperado seguramente, pero no importaba. —Vamos, un solo juego más. Uno solo...

—¿Estás bien?

Entendí que parecía loco, así que miré al suelo y luego cerré mis ojos mientras negaba.

—Sí, tienes razón. Debes irte.

Mason me miró algo dudoso, pero finalmente se fué a su casa.

Apagué todo, menos la luz que descansaba en mí mesita de noche, y me acosté mientras me tapaba. Dudé entre apagar o no la luz. Además llovía y eso no ayudaba mucho.