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Pregunta del hechizo5:00 AM
4/7/15Cuando Steve se hallaba sobre la hierba aún podía oír lo que ocurría a su alrededor, aunque pareciera que se hubiera desmayado, lo peor de haber seguido consciente después de haber caído fue que el ardor seguía molestándolo, le quemaba el brazo y el pecho. Michael llevaba una camisa negra con mangas largas y un pantalón del mismo color, estaba un poco despeinado, no se le notaba en el rostro las horas sin dormir en las que estuvo pensando en lo que hizo Steve, ¿Qué era eso? Esa esfera negra nunca había sido vista por él, y él era un mago experimentado, había visto muchas cosas, pero nunca una esfera negra que recoge objetos, pero si se pudiera estudiar, si se pudiera entender, el hechizo tenía potencial, pero Michael tenía que preguntar antes de hacer algo con Steve, no podía obligarlo a hacer algo que no se sabe si, en verdad, es peligroso, porque el chico lo había pasado muy mal, al principio sólo pensaba que estaba logrando mover la rama, pero luego empezó a gritar por algo que le quemaba el pecho y el brazo aunque no presentara ni una sola marca, tampoco mostraba quemaduras.
Los codos le empezaron a doler muchísimo, y es que, en realidad, estaba dormitando; Michael adoraba apoyarse por las mañanas en el balcón del segundo piso de su hogar, Steve se encontraba durmiendo en el primer piso en un cuarto antiguo que antes estaba completamente vacío porque el mago practicaba sus hechizos ahí. Michael bostezó unos segundos y luego ingresó por la puerta que dirige a una pequeña sala que hay en el segundo piso, y a unos metros de Michael caminaba Nath tranquilamente, tal vez riéndose de Steve y de la memoria de Michael ¿Por qué de la memoria de Michael? Aún no lo sabe...
Michael bebía de un vaso de café, el sueño no le dejaba pensar muy bien, por eso decidió descansar en el sofá que estaba frente a la mesa, en la cual aún reposaba el libro de las piedras; el mago dejó el vaso sobre la mesa y comenzó a dormir.
Nath bajaba las escaleras, cuando llegó al primer piso vio a Michael, sonrió un poco y siguió su camino, atravesó la sala completa y justo frente a él estaba la puerta, y detrás de ésta estaba Steve, abrió cuidadosamente la puerta y saltó hasta caer en el pecho de Steve quien dormía boca arriba, Nath saltó una y otra vez sobre el chico, Steve abrió un ojo y se levantó de golpe tumbando a Nath.
-Mi pecho... Despareció el ardor.
Steve frotó la palma de su mano contra su pecho. Steve recuerda algunas cosas después de haber caído sobre la hierba, recuerda escuchar a Michael susurrar:
-Steve...
Luego recuerda sentir un ligero mareo, seguía con los ojos cerrados, todo estaba oscuro. Salió del cuarto junto a Nath y pasó por la sala sin notar a Michael acostado sobre el sofá, fue hacia el librero y cogió el libro de hechizos de su maestro y se fue rápidamente fuera de la casa.
Recogió una rama que encontró en la entrada y la dejó al frente de sus pies, en la misma posición de ayer, esta vez estaba decidido, tenía que dominar este hechizo si quería convertirse en un mago, en un mago como Michael, pero antes tenía que practicar, por más que le queme, él no sabía que era lo que había sucedido ayer, pero de alguna forma recuerda haberlo visto en algún lugar.
Steve tardó un poco en dibujar las extrañas figuras al frente de él, pero después de leer el libro de hechizos de Michael parecía comprender lo que se escribía, era un símbolo que asemejaba a una “Q”, este significa: Mandato. Terminó de mover su mano en el aire y extendió el brazo hacia la rama, como si se acercara para cogerla. Nunca va a olvidar el momento en el que empezó el ardor, recuerda que fue creciendo desde la palma de su mano hasta que llegó a su pecho. Al principio el hechizo no funcionó, lo intento nuevamente, esperó unos minutos y... Nada ¿Cómo es posible? Michael lo hace sin esfuerzo, o es acaso que Steve no sirve para esto.
—¡De ninguna manera! —gritó Steve, dibujó nuevamente la figura, estaba completamente quieto, logró concentrarse un poco más, pero aún nada. — ¡No puede ser!
El grito posiblemente fue escuchado por Michael, pero no se sabe si lo despertó por completo. No tenía sentido, estaba quieto, lo dibujaba bien, entendía la figura, ¿pero estaba realmente concentrado? Recuerda que en los libros se podía leer que un mago necesitaba estar tranquilo y realmente concentrado. Pero él sabía que no estaba tranquilo ni concentrado, tal vez en su primer intento no pudo llevar a cabo el hechizo por el miedo que le tiene a su padre y a lo que pueda pasar con él, y ahora, de seguro por el miedo que el ardor regrese, sí, que regrese, pero que esta vez no sólo lo deje desmayado, tenía miedo que lo mate. Suspiró unos segundos y se dijo a sí mismo.
—¡¿Quieres ser un mago sí o no?! ¡Claro que sí! Entonces ¿qué importa si tus manos arden en llamas? ¿Qué importa lo que hará mi padre conmigo? No importa nada de eso ahora, sólo olvida esas estupideces y realmente concéntrate.
Esos pensamientos se fueron de la misma forma que se apaga una luz, suspiró nuevamente, dibujó la figura, extendió el brazo y completamente concentrado dijo:
—Muevete...
La esfera apareció nuevamente frente a los ojos de Steve y se dirijo rápidamente hacia la rama y la levantó, el ardor ya ni lo sentía, era como si el ardor sólo hubiese existido en su cabeza, eso explicaría por qué no se encontraron quemaduras, pero fue tan real y Michael también lo vio tan real. La esfera desapareció, pero la rama se mantenía levitando frente a él. Michael se asomó por la puerta y dijo.
—Eso es, Steve. ¡Vamos!
Steve dirigió su mirada hacia Michael y sonrió estúpidamente, hasta Nath están sorprendido, tenía el hocico abierto y sus ojos bastante abiertos también.
Steve sintió un mareo y perdió la concentración, la rama cayó sobre la hierba, los pensamientos regresaron en forma del ardor que sentía aún en las palmas. En ese momento Michael se dio cuenta de que tenía que preguntarle a alguien sobre esto.
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El Mago
Science FictionEl Concejo Edward asesina magos por una razón que muchos desconocen. El hijo de uno de los integrantes se hace lo que su padre más odia, y junto a un mago llevará la revolución al reino.