El pueblo abandonado

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Steve ya había recogido diecinueve flores, faltaba poco para acabar e irse, pero tendría que esperar un poco más para que la piedra recuperara su color natural. Se sentía bien ayudando a su maestro, o al menos eso es lo que creía.

Habían hogares deshabitados, animales que se habían apoderado de los terrenos y la naturaleza abrazaba con sus raíces las paredes de las casas, habían muchas aves de alas azules, de las que se encontró hace un tiempo. Y junto a una fuente Se hallaba la flor, Steve se acercó y estaba a punto de arrancarla cuando alguien le preguntó.

— Hey, ¿Por qué arrancas esas flores? ¿Acaso sabes que estás robando el alimento de muchos de los animales de aquí?

— Lo siento, yo no sabía... — contestó Steve, al darse vuelta vio a su madre.

Su mamá también se había sorprendido, para nada se lo esperaba. Los dos intercambiaron sonrisas, se acercaron rápidamente y se abrazaron.

Steve necesitaba esto, necesitaba a su madre. La emoción fue tanta que no se había preguntado él mismo: ¿Qué hace mi madre aquí?

— Steve... Hace mucho que no te veo, estoy muy feliz.

— Yo también estoy feliz, pero... ¿Qué haces aquí? Pensé que habías viajado al reino “Cloverdowm”.

— Y lo hice, Steve, pero hay muchos monstruos en ese lugar, en todos los pueblos, molestan mucho. Bueno, simplemente pasaba por aquí. ¿Tú qué haces aquí? — Dijo Adele, madre de Steve.

— Estoy aquí para recolectar flores rojas, Madre... La piedra que me regalaste la encontraste en Autbrey ¿Correcto? Hablo de la piedra morada.

—Claro, hijo. ¿Te gustó?

Ella llevaba una blusa y una falda muy larga, su cabello era parecido al de Steve, solo que el de ella es mucho más largo.

— por supuesto, claro que me gustó, ¿Pero no encontraste más piedras en ese lugar?

— Claro que sí, habían muchas, pero eran comunes, esta era la más llamativa del lago en el que la encontré. ¿Por qué preguntas eso?

— Por nada, no lo entenderías — explicó Steve. ¿Por qué me regalaste esa piedra?

— Me recordaba mucho a tí, tal vez fue por sus características. ¿Por qué estás arrancado esas flores?

— Un buen amigo me dijo que las recolectara.

— Un amigo... ¿Te dijo para qué tenías que recolectarlas?

— No, no me dijo, pero tengo que llevarselas ahora mismo.

— ¿A Autbrey?

—No, a otro lugar...

—Bueno, te acompaño.

— Lo siento, madre, pero no puedes, te sorprenderías mucho, no serías capaz de asimilarlo, y seguro que tendrán que matarme si te das cuenta.

— ¿Dime qué es? ¿Qué te ocurre?

— Madre... Soy un mago.

Los brazos de Steve cubrían su rostro completamente, tenía cerrado los ojos y se preparaba para recibir los insultos de su vida, pero no, lo que recibió fue un abrazo.

—¿Madre?

— ¿Si, Steve?

— ¿No me vas a golpear ni a insultar?

— No...

— No tiene sentido.

— Claro que sí, yo también soy sé controlar la magia.

La cabeza de Steve había emprendido muchos vuelos anteriormente, pero éste fue el más brusco, el más fuerte, nunca pudo haber imaginado esto.

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El comandante de las cadenas seguía buscando la piedra,ya había buscado por Whitney, ahora ya está terminando en Cloverdowm, luego buscaría en Calev.

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El rey recordaba como había encontrado el cuerpo de su padre, luego ver a ese mago, no pudo ver su rostro, por eso había mandado a asesinar a todos los magos del reino, para vengar a su padre.



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