- El Regreso -

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A la mañana siguiente ensillaron los caballos. Montaron

para emprender el último tramo del periplo. Estuvieron

callados durante casi todo el trayecto. Candor, más animado,

ya sin la mansedumbre de cordero que lo venía caracterizando,

se cruzaba de lado a lado delante de los caballos. Era el único

que ladraba. Sofía y Montiel seguían sorprendidos por el efecto del

caldo. Ella se había nutrido de una cultura desconocida.

Sofía pensaba en el reencuentro con su padre. Sabía que lo primero

que le diría al verla sería un rosario de reproches. Ella, apoyada

en el afecto familiar y en su astucia, sabía cómo convencerlo

de que la decisión tomada tiempo atrás había sido la correcta. Que

el amor que tenía hacia Montiel era genuino. Había aprendido las

costumbres y supersticiones indias.

Las elucubraciones de Montiel giraban en torno al reencuentro

con su madre, Francisca. Extrañaba sus tortillas y su puchero con

mazorcas. Estaba ansioso por comenzar el rastreo de su hermano.

Confiaba en que Modesto había regresado al pueblo y así continuar

con la búsqueda del legado del virrey. Cualquier cosa antes que tener

que encontrarlo en una capilla recibiendo auxilios espirituales.

Montiel no quería convertirse en un miliciano, eso sería convertirse

en un vago: dormir, beber y blasfemar todo el día. Ese pensamiento

lo había motivado a iniciar el viaje. Otra parte de sus pensamientos

rondaban en torno al encuentro con el padre de Sofía. El primer

paso era pedirle la mano de su hija.

A mitad del camino Montiel le preguntó a Sofía si Tiburcia le

había enseñado a realizar un preparado o alguna infusión que lograra

que su padre lo acepte como parte de la familia. Ella le dijo

que ya no podía preparar más caldos ya que le faltaban semillas de

Marcos Merenzon

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Mandrágora y raíz de Cizaña seca, plantas fundamentales para elaborar

los preparados de Tiburcia y que sólo se podían conseguir en

Brasil. Montiel le prometió que irían a buscar lo que ella necesitaba

al país vecino, una vez que su padre aprobara el matrimonio entre

ellos.

Sobre el atardecer y luego de recorrer varias leguas, pudieron ver

sobre el horizonte algunos ranchos y el humo de una fogata. El

aroma a madera quemada que viajaba con el viento los acompañó

en el último tramo despertándoles recuerdos de tiempos pasados.

Regresaban con la experiencia de un viaje que les había cambiado

la forma de ver la vida.

En la habitación donde se encontraban el abuelo y sus nietos reinaba

un desorden total. Varios vasos con restos de leche con chocolate,

migas de las masitas de Ramona dispersas por todas partes,

servilletas hechas un bollo, tiradas sobre la mesa. Las mellizas acostadas

una al lado de la otra, acababan de dormirse. El más pequeño

hacía un largo rato dormía, con la boca abierta. El mayor de todos

seguía atentamente el relato y en la pausa del abuelo, preguntó:

-Abuelo Montiel: ¿Qué pasó con Modesto? ¿Qué fue de la bolsa

con las monedas de oro? ¿Candor se pudo recuperar?

-¡Basta por hoy! Ya es suficiente. Todos a dormir. Es muy tarde.

Si tu padre se entera que los tuve despiertos hasta estas horas no me

va a dejar dormirlos otra vez.

-No abuelo, mi padre no va a decir nada ¿quién se lo va a contar?

Dele, siga, ¿qué pasó cuando llegaron al pueblo?

-¿Qué les voy a contar en unos pocos minutos? ya es muy tarde,

es hora de ir a dormir. Los mellizos recién se durmieron y la más

chica está en el quinto sueño. La seguimos la próxima ¿Te parece?

-¡Yo estoy despierto! Me lo cuenta a mí y mañana se lo cuento a

mis hermanos.

El abuelo Montiel sopló el pabilo de la vela y así apagó el último

farol que iluminaba la habitación. Acomodó a los nietos en sus resEl

legado del Virrey

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pectivas camas y los cubrió con una frazada a cada uno. El mayor,

el único que continuaba despierto, seguía insistiéndole para que se

quedara un rato más. El abuelo besó a uno por uno en la frente y

salió.

La abuela Sofía lo esperaba en el cuarto con dos tazas blancas

con motivos geométricos en color azul oscuro y una tetera haciendo

juego. Era un té preparado con una receta especial que le había

dado Tiburcia.

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⏰ Last updated: Nov 20, 2018 ⏰

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El legado del virreyWhere stories live. Discover now