1 Matt

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Mi padre me lo advirtió más de una ocasión, ahora estoy dentro del auto, con mi equipaje rumbo al peor lugar de toda Europa, el internado San Andrés, según mi padre, la mejor escuela de todo el mundo. ¿Que cómo llegué aquí? Bueno, mi padre es Michael Taylor, el empresario más exitoso de toda América.  Y porque me atraparon conduciendo un auto, que no era mío, y porque mi licencia fue suspendida. Es candidato para ser presidente de New York, por lo que tener un hijo delincuente de diecisiete años no es bueno para su campaña.

Además de que está en su tercer matrimonio con una modelo, que no puede ser más estúpida, que sus pechos de silicón, ella “sugirió” que el Internado San Andrés era un lugar perfecto para mí.

-         Podrás regresar a casa en verano – Dice el tipo que se hace llamar mi padre, está sentado a mi lado, usando sus típicos trajes de color gris.

Dicen que tenemos un parecido, ojos café claro, cabellera castaña y piel un poco pálida, además como ya dije siempre usa traje. A mí, en cambio me gusta el color negro, por lo que siempre uso ropa negra. Ojalá hubiera sacado algo de mi madre, recuerdo sus ojos azules y cabello negro. Sé que era una buena mujer, nunca fue como las madres de mis otros amigos, usando joyas y ropa de marca, siempre fue una mujer sencilla. Ella murió en un accidente de automóvil, yo tenía diez años, dos años después mi papá se casa de nuevo.

-         Muero de ansias – Respondo sarcásticamente, cruzo los brazos y miro por la ventana, el Internado San Andrés se encuentra a las afueras de Inglaterra.

Los hijos de gente importante y rica, son los alumnos de tan importante escuela.

Veo cómo los pocos edificios, o mejor dicho, la poca civilización se pierden y es remplazada por vegetación.

-         Sabes que tú mismo te lo buscaste – dice mi padre.

Y lo ignoro por completo.

Cuando al fin llegamos, veo el enorme muro de piedra gris de casi quince metros que rodea la escuela, un portón enorme de hierro negro con el escudo de la escuela; al abrirse no solo se aburre por completo mi mente, sino también mi futuro. En fin, aquí vamos.

El edificio principal es enorme, construido con piedra café, pareciendo casi un castillo, digo casi porque lo que realmente veo es una prisión juvenil. El edificio está rodeado de grandes extensiones de pasto y árboles, lo que no es tan malo.

-         Bien hemos llegado – dice mi padre, como si no lo hubiera notado. – Escucha, por favor, por lo que más quieras,  no hagas que te expulsen.

Lo miro y saco mi sonrisa más falsa posible.

-         Lo intentaré – Digo y bajo del auto.

-         Hablo en serio Matt – Dice y baja del auto.

-         Mira, solo vete y déjame  - digo sin mirarlo y solo observo la entrada del edificio.

-         De acuerdo – dice mi padre soltando un suspiro – llámame por cualquier cosa.

Y con eso último lo veo irse en el auto hacia la salida, tomo mis maletas, y entro. No empaqué demasiado, no planeo quedarme aquí mucho tiempo.

La estancia, es de color gris, con sillones de cuero negro, tomo asiento y espero, lo que es una eternidad, contemplo las paredes, el techo, hasta que llega un hombre de traje negro, está un poco calvo, y me mira.

-         ¿Matt Taylor? – pregunta el tipo.

-         Soy yo – digo, mientras me levanto.

SOBREVIVIENDO (Prisioneros)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora