Nadie dijo nada después de haber dicho que mi compañero de cuarto era uno de los herederos más ricos de todo el mundo. Matt Taylor, que al parecer mintió diciendo que no tenía dinero y era un becado, corría junto a Logan hacia la cafetería, después de haber entrado a ella, Austin, Ángela y yo, esperamos en la ventanas a ver que sucedía.
Los Zombies se juntaban y golpeaban las puertas de la cafetería, gruñían y gemían, por lo que parecía, esas puertas no durarían mucho tiempo, por lo que tendrían que salir de ahí, de cualquier modo, si no querían terminar comidos.
- ¿Por qué Matt Taylor es tu compañero de cuarto? – pregunto Ángela.
- No lose – dije.
Seguimos observando pero no veíamos nada más.
- El Prefecto Johnson lo llevo a mi cuarto – dije, no sé por qué estaba dando explicaciones.
El tiempo pasaba y no había señale de ellos. Esas cosas se amontonaban en la entrada, cada vez eran más y más. Cundo fueron demasiados las puertas se rompieron y todos cayeron dentro, comenzaron a entrar a empujones.
- No – dijo Ángela, cubriéndose l boca.
- Mierda – dijo Austin
Los tres estábamos asustados, solo veíamos como entraban esas cosas, era imposible que salieran vivos. Quien quiera que los haya ayudado también debieron de haber muerto. Matt, ese chico que fingió ser un becado y me trato bien, sin importar cuánto dinero tuviera, y yo lo trate mal.
- Esperen – dijo Austin – vean.
De un lado de la cafetería salieron corriendo unas sombras, no pude distinguir mucho, hasta que se acercaron a las lámparas de los jardines.
- ¡Es Melanie y Justin! – grito Austin. - ¡Están vivos!
Se notaba su felicidad, detrás de ellos venían Matt y Logan, golpeaban y mataban a cualquiera que se les cruzara, Justin traía un hacha, con la cual golpeaba las cabezas de los muertos. Melanie parecía traer un palo de escoba con una punta filosa, embestía con ella y quitaba de su camino a los Zombies.
Justin miro hacia riba, cruzando mirada con Austin, vimos como corrían todos al edificio donde estábamos, unas cuantas cosas más de esas, corrían tras ellos, cuando vimos que entraron al edificio, respiramos, sin notar que habíamos aguantado la respiración todo el tiempo.
- Debemos ayudarlos – dijo Austin caminando hacia la puerta.
- Espera – lo sujete – es mejor esperar que ellos lleguen, ya vieron que estamos aquí, solo hay que abrirles la puerta cuando estén aquí.
Austin me miro unos segundos, en su rostro se notaba preocupación.
- Ellos llegaran – dijo Ángela – viste como pelearon afuera.
- Pero no sabemos cuántos de esas cosas hay aquí dentro – dijo Austin.
Él tenía razón, no sabíamos que había dentro del edificio, incluso Rebeca y Mark estaban asustados.
- Estarán bien – dijo Ángela.
Austin se relajó por un momento, pero los tres nos sentamos junto a la puerta, esperando oír algo que nos indicara su llegada. Austin tenía un trozo de madera en las manos, lo suficientemente grande y duro para golpear si era necesario.
Y así nos mantuvimos un tiempo, en silencio y en guardia.
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SOBREVIVIENDO (Prisioneros)
Science FictionInstituto San Andrés, la escuela más prestigiosa de toda Europa. Grandes instalaciones, buenos maestros y grandes áreas verdes. Eso es lo que decía el folleto, lo que no tomo en cuenta el colegio es una probable invasión zombie. Dejando a mis amigos...