25 Matt

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Mire el cuerpo inerte de Austin, mi rostro tenia rastros de su sangre, de alguna manera mis ojos se llenaron de lágrimas, pero las limpie rápidamente. Un chico de diecisiete años no debería ir matando a otros chicos. Tome las sabanas que cubrían los viejos mueles, me limpie el rostro lo mejor que pude, al no tener espejo, confié en que lo hice bien. Cubrí su cuerpo con la sabana, mire por última vez a Austin y me dirigí hacia el pasadizo.

Ser quien escucho sus últimas palabras, me hace sentir mal, debía ser su hermano, su novia. Pero él quiso que fuera yo, no olvidare lo que me dijo.

Después de que todos se fueron, se quedó sentado, sosteniendo su brazo.

-         Lo siento Matt – dijo.

-         ¿A qué te refieres? – pregunte.

-         Ser quien haga esto –  sonrió tristemente – pero no podía pedirle a mi hermano que me…

No termino la frase, se a que se refería, matar a tu propia familia, matar a alguien a quien quieres.

-         No te preocupes, entiendo.

-         No quiero que te sientas culpable – dijo, su voz comenzó a sonar muy baja.

Nadie dijo nada después, el tosía más y más fuerte, sacaba sangre negra y espesa, faltaba menos para que se convirtiera en una de esas cosas.

-         ¿Puedo pedirte una última cosa? – pregunto, con un poco de sangre en la boca.

-         Dime.

-         Ayuda a mi hermano – dijo, y eso desconcertó – sé qué piensas que es un idiota, pero solo es un buen chico, necesitara ayuda con Melanie.

-         ¿Qué tipo de ayuda?

-         Él nunca dice lo que siente – dijo con una sonrisa – siempre guardándose todo.

Tosió pero siguió hablando.

-         Incluso cuando ama a Melanie.

Me quede callado por un momento, ¿Justin está enamorado de la novia de Austin? ¿Y Austin lo sabía?

Austin vomito sangre y se quedó sentado, cerró los ojos lentamente, hasta que su respiración paro, sostuve el hacha fuertemente, esperando que despertara en cualquier momento.

-         Cuidare de ellos, señor Presidente – dije, y el abrió los ojos.

Sus ojos blancos al igual que esas cosas, de su boca salieron unos rugidos aterradores, y sin más, le di un duro golpe en la cabeza, cortando su gruñido. Su sangra salpico mi rostro y cerré los ojos por un momento.

Llegué al pasadizo y vi a Justin y Melanie abrazados llorando, no dije nada, me sentía mal por ellos, perder a un ser querido es uno de los dolores más grandes. Justin me observo, y llevo a Melanie por el pasadizo, los seguí, pero antes cerré la puerta oxidada.

El pasadizo era oscuro, húmedo y frio, parecía no tener fin, caminamos hasta que alcanzamos a los demás. Agua se filtraba de algún lado, dejando charcos en el suelo, estábamos en completa oscuridad, hasta que a lo lejos, se vio un poco de luz.

-         Esa es la salida – dijo Justin.

Lo seguimos, hasta que la luz se filtró, por una rendija, una pequeña línea de luz, un rayo de sol se asomó más y más. La salida era una puerta de madera muy vieja, Justin la abrió y la luz del sol nos cegó, estaba amaneciendo, debían ser las cinco o seis de la mañana.

Salimos todos del túnel, estábamos en el bosque, la puerta del túnel estaba entre una pequeña colina, podíamos ver la carretera hacia la ciudad, arboles nos rodeaban, mire hacia riba y vi el comienzo de los muros de la escuela.

-         Si seguimos por la carretera – dijo Ángela – llegaremos a las primeras casas y podemos pedir ayuda.

Todos estuvimos de acuerdo, pero mi cuerpo comenzó a notar la falta de sueño, toda una noche de terror, necesitaba dormir, o por lo menos una taza de café si es que quería seguir caminando.

Llegamos a la carretera, no pasaba ningún auto, no veíamos a nadie en particular, seguimos la carretera, volteé a ver la escuela, podía ver los muros y lo que parecía ser el edificio principal, una columna de humo se formaba desde ahí.

-         Fuego – dije.

Todos voltearon a ver a la misma dirección que yo, y se quedaron observando.

-         La bomba debe de haber consumido parte del edificio – dijo Justin con voz neutra, sin ninguna emoción.

Seguimos caminando, pero se notaba nuestro cansancio en cada paso, llegamos al comienzo de la autopista y nos detuvimos un momento.

-         Desde aquí podremos ver la ciudad – dijo Logan.

Caminó hacia a autopista, mientras los demás nos sentamos en el suelo, completamente cansados. Justin y Melanie seguían juntos, ambos sin decir nada, podía notar el dolor en sus rostros. Jamie y Ángela se sentaron a mi lado, ambos igual de cansados.

-         ¡Chicos! – gritó Logan - ¡Vengan Rápido!

Me levante, y corrí con el hacha en la mano, cuando llegue, él estaba de pie en el mirador de la autopista, señalo la vista y lo vi. La ciudad de Londres, columnas de humo se formaban en todas partes, parecía que un tornado, una guerra o algo malo, habían destruido la ciudad, hace dos días, pase en auto por ella, y ahora estaba devastada. Los demás llegaron a mi lado, y contemplaron la misma vista. Se podía escuchar uno que otro disparo, un lejano grito.

Había más de esas cosas, no solo fue la escuela, fue la ciudad completa, tal vez el mundo entero, la pesadilla no había terminado, este era solo el comienzo.

SOBREVIVIENDO (Prisioneros)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora