SOBREVIVIENDO (Prisioneros)

5 Justin

Llego al gimnasio de la escuela, paso por las canchas de tenis,  rodeadas de mallas y pasillos para cada una, parece más un laberinto que zona deportiva, paso por la pista y el campo, cuando llego al gimnasio la puerta está abierta, subo unas escaleras donde están todos los del equipo de futbol.

Logan está en el fondo levantando pesas, Logan es un tipo alto musculoso, parece más una gran pared que un ser humano, es de descendencia Irlandés, por lo que es pelirrojo y con pecas. Se molesta por eso, ya que como muchos creen, ser irlandés, es ser pelirrojo y pecoso.

Veo a Brian y Stefan parados de pie a cada lado de él, cada que Logan hace un levantamiento arruga la cara y se pone rojo, lo que lo hace ver gracioso, pues cara roja, cabello rojo y pecas,  no es una buena combinación.

-         Valla, pero si es el señor vicepresidente – dice Brian burlón, Stefan ríe.

-         Chicos, muestren respeto – dice Logan colocando las pesas en su lugar.

-         Me sorprende que los esteroides no les estropeé el cerebro – digo y ponen cara de odio hacia mí.

-         ¿Qué quieres? – dice Stefan – Los ñoños están en el salón de reuniones

-         Tranquilo Stefan – dice Logan, se pone de pie, lo que siempre hace para intimidar a alguien es ponerse de pie, aparentar ser más grande que los demás y poner esa mirada de “Te moleré a golpes si te cruzas en mi camino” pero lo conozco bastante bien para saber que no lo hará.

-         Odio al engreído numero dos – dice Brian

-         ¿Numero dos? – pregunto - ¿Quién es el uno?

-         Tu hermano claro – contesta Logan, casi escupiendo las palabras.

-         Valla, soy el segundo ¿Y por qué no el primero?

Los tres empiezan a burlarse, y no entiendo cuál es el chiste, odio no saber las cosas.

-         Deberías estar acostumbrado a ser el segundo – dice Logan

-         No sé a qué te refieres – digo molesto.

-         Veamos ¿Quién es el presidente estudiantil? – pregunta Logan

-         Austin – contesta Stefan con la mano levantada como si fuera una clase.

-         Bien, ¿Quién es el vicepresidente? – pregunta de nuevo Logan

-         Justin – contesta Brian

-         Correcto, ¿Quién fue primer lugar en gimnasia el año pasado?

-         Austin – contesta Stefan.

-         Sí, ¿Y quién fue segundo?

-         Justin, claro – dice Brian

Los tres me están molestando, aprieto mis puños con fuerza a mi costado. Todo lo que dicen es verdad, siempre soy la sombra de Austin, siempre seré el segundo, siempre será Austin y Justin, nunca lo contrario.

-         Y lo más importante – Dice Logan con una sonrisa de satisfacción - ¿Quién sale con Melanie?

-         ¡Austin! – contestan al unisonó Brian y Stefan.

-         ¿Y quién no?

-         ¡Justin! – gritan los tres.

Mi rabia aumenta, quiero soltar un golpe hacia Logan, pero no soy estúpido, sé que los tres podrían contra mí.

-         ¡Basta! – grito – No digan estupideces

-         ¿Qué estupideces? – dice Logan – ¿Crees que nadie lo sabe?

-         Los hermanos Wells enamorados de la misma chica – dice Stefan

No lo soporto más,  regreso por donde vine y escucho las risas de los tres idiotas. Esos estúpidos, llenos de esteroides. Pero si ellos lo saben, ¿Acaso no lo sabrá también Austin?, no, eso es ridículo, quito rápidamente ese pensamiento de mi cabeza, si el supiera algo ya me lo hubiera dicho.

Sigo mi camino, el sol se está metiendo, y las luces de los jardines se encienden, camino de regreso a mi dormitorio, fue una mierda de día el de hoy y mañana empeorara, estoy seguro de eso.

Paso junto al edificio principal, donde aún deben de estar reunidos los de la junta estudiantil. Decido entrar, tal vez no sea tan malo, entro al edificio por las puertas dobles, y subo las escaleras hacia el salón de juntas, los pasillos están iluminados ahora, paso cada puerta, que es una oficina de los maestros, ahora apagadas y cerradas, llego al salón de reuniones y la puerta está entre abierta.

-         Creo que es hora de aceptarlo – dice una voz y me detengo, detrás de la puerta puedo escuchar lo que dice – él no es bueno para el papel.

-         No hay que apresurarnos – dice otra voz y la reconozco, es como la de Melanie.

-         Por favor, todos aquí sabemos que es un irresponsable – dice otra voz la reconozco como el jefe de eventos, Mark, creo es su nombre – Justin no sirve para vicepresidente - ¿Qué no sirvo?, ese hijo de puta.

-         Es cierto – dice una voz femenina - ¿A cuántas reuniones ha asistido desde que lo nombraste vicepresidente?

-         Cinco – dice una voz resignada y es la de Austin.

-         Bien, creo que es suficiente – dice la voz de Melanie – dejémoslo en votación. ¿Quiénes están de acuerdo  de que Justin deje su puesto?

No puedo ver cuántos levantan la mano, pero estoy seguro que son varios.

-         Bien, a partir de ahora, Justin ya no es más Vicepresidente – dice Austin.

Mi propio hermano, me quitó de mi puesto, es un traidor, peor que traidor, siento ganas de entrar y darle una golpiza.

-         ¿Quién será el nuevo vicepresidente? – dice una voz.

-         Melanie – dice Austin – creo que es perfecta para ello.

-         Bien, ¿Cuántos a favor? – dice la voz femenina – correcto, la nueva vicepresidenta es Melanie.

Escucho pequeños aplausos, me doy la vuelta. Así que así son las cosas ahora, mi hermano me traiciona por la mujer que amo, siento ira, y no por ella, sino por él, todo se ha vuelto una completa mierda, camino de regreso hacia los pasillos, cada vez mi hermano se vuelve un completo desconocido, en otros tiempos él me habría defendido, él habría hecho cualquier cosa.

Camino, no, corro hacia la salida, y choco contra alguien.

-         Señor Wells – es el prefecto Johnson, lleva una caja de cartón – no debería correr en los pasillos, ya lo sabe.

-         Lo siento señor – digo, no estoy de humor para soportar sermones, y menos del anciano de Johnson.

-         ¿Por qué no hace algo productivo y lleva este paquete? – me entrega la caja y no puedo protestar.

-         Esta es la habitación – dice y me entrega una hoja amarilla –dese prisa señor Wells, ya empezará el toque de queda.

Cargo con el paquete,  debo ir al cuarto piso, debe ser algo para un becado, bueno creo que me desquitaré con alguien.