No puedo creer la cantidad de comida que compró el nuevo, o Matt, estoy seguro que lo he visto en algún lugar, pero no puedo recordar dónde. Espero él no caiga en las tentaciones que brinda el Internado, que no caiga en los comentarios de los demás. Aunque, para ser becado no parece ser afectado por la forma en que lo observan los demás. Pero debe serlo, por las pocas cosas que trajo, solo dos maletas, incluso yo traje más.
Caminamos de regreso al edificio, está obscureciendo y las luces de los jardines empiezan a encenderse, este es el momento en que varios estudiantes aprovechan para salir e ir a los lugares oscuros para besuquearse.
- La comida no es tan mala – dice Matt a mi lado – eso es bueno, si estaré en esta prisión al menos saben cómo cocinar.
Su caminar es despreocupado, como si nada le importara, sus expresiones son casi vulgares, como si todo le diera igual, increíble que aceptaran a alguien como él aquí.
Cuando presenté el examen para poder entrar a esta escuela, todo era muy estricto, para los de baja economía claro, reglas de etiqueta, modos de hablar, formas de comer. Cosa que él no tiene, supongo que el entrar en medio semestre tiene que ver.
- Estoy tan cansado – dice y bostezando, pone sus manos tras la cabeza y camina casi arrastrando los pies.
- Debemos darnos prisa, ya obscureció – digo y camino más rápido.
Los estudiantes no solo aprovechan la obscuridad para salir con sus parejas, matones como Logan y sus gorilas lo aprovechan para “jugar” con los estudiantes que hay afuera. No quiero toparme con ellos, además no sería bueno que el primer día que llega Matt, sea víctima de los abusos de esos tres.
- ¿Por qué? Hay muchos chicos afuera – dice y mira alrededor, y es cierto, la mayoría están sentado en una banca otros caminan, pero lo repito esos chicos tienen el privilegio de ser, por así decirlo más ricos.
- Ya te lo dije, los becados no pueden estar aquí – dije y sin mirarlo camine a la entrada del edificio de los hombres.
Lo sentí caminar detrás de mí, pasé por la sala de entretenimiento del primer piso, y justo cuando me dirigía a las escaleras, la mano de Matt se aferró a mi brazo.
- ¿Qué crees que haces? – pregunta con una sonrisa en el rostro que decía “problemas”
- Subir a nuestro piso – dije.
- Chico tonto – dijo y alborotó mi cabello como si fuéramos amigos de siempre – para eso está el elevador.
Quité su mano sobre mi cabeza y le lancé una mirada de odio, o lo que mejor pude, ya que no se percató de notarla.
- Ya te dije que no podemos ocupar el elevador – dije empezando a subir las escaleras – además mi nombres es Jamie, no “chico”.
- Vamos, estoy cansado - dijo cruzando los brazos aun con esa sonrisa – no pienso subir las escaleras solo porque niños presuntuoso me lo digan.
Y con eso último me jaló del brazo y me condujo al elevador, presionó el botón de llamado y me empujó dentro del elevador. Tal vez él no lo haya notado, pero al decir “niños presuntuoso” la mayoría de la sala volteo a vernos con odio, de nuevo.
Subimos en silencio, Matt con una cara de satisfacción y yo con un miedo por dentro, sabía que mañana uno de los chicos que estuvieran abajo me molestaría, ya sea a mí o a Matt.
Las puertas del elevador se abrieron al fin y salimos de él, caminamos hacia nuestra habitación, cuando noté que había alguien de pie en nuestra puerta con una caja.
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SOBREVIVIENDO (Prisioneros)
Science FictionInstituto San Andrés, la escuela más prestigiosa de toda Europa. Grandes instalaciones, buenos maestros y grandes áreas verdes. Eso es lo que decía el folleto, lo que no tomo en cuenta el colegio es una probable invasión zombie. Dejando a mis amigos...