El día empezó de mal en peor, si creí que ayer fue malo, hoy fue horrible, la mañana fue normal, fui a desayunar, y los vi ahí, el idiota del nuevo, con el ratón becado.
Pero lo peor fue toparme con Austin y Melanie en el almuerzo.
- Tenemos que hablar – dijo mi gemelo serio.
- ¿Se puede saber de qué? – obviamente ya sabía, me habían quitado de mi puesto como vicepresidente y habían puesto a Melanie.
- Es sobre el consejo de alumnos – contestó ella, avergonzada.
- Ah sí, ¿Qué sucede, no hay suficiente papel en los baños para los alumnos? – dije sarcástico.
- Justin ¿podrías ser serio solo por un minuto? – dijo molesto Austin.
- Bien – dije y caminé a un lugar alejado de los demás, no quería que escucharan – si es por lo de mi puesto ahórratelo – dije ya enojado.
Ambos me miraron sorprendidos.
- Sí, así es, ya lo sé – dije mirándolos con odio – iba hacia la junta cuando estaban hablando sobre mí, hermanito.
- Bueno, tienes que admitir que es verdad – dijo mi querido hermano – jamás cumples con tus responsabilidades, Melanie es mejor en eso.
Miro a Melanie, pero ella solo agacha la mirada, sonrojada, busca hacia otro lado que mirar, la amo, pero la odio a la vez, ¿Cómo es posible eso?
- Bien – digo – que te aproveche el trabajito – digo esta vez a Melanie – pero no me voy por ustedes, yo renuncio.
Los dejo y salgo de la cafetería, camino sin rumbo, perderé clases, no me importa nunca me ha importado, si mi hermano quiere jugar a ser el gemelo bueno, bien. Yo seré el gemelo malo.
Subo hacia el último piso del edificio de dormitorios, abro la puerta y me quedo en el techo, saco un cigarro de mi bolcillo y lo enciendo. Mierda, nada de esto estaría pasando si Melanie se hubiera quedado en casa, si nunca nos hubiéramos conocido, me siento en el suelo, recargando mi espalda hacia la puerta del techo. Inhalo y suelto el humo del cigarro, seguro Austin se molestaría por lo que hago. Sin mencionar a mi padre.
Mi padre siempre ha sido el tipo que le da importancia a la imagen, y está en una campaña ambientalista, si la prensa se enterara de que uno de sus hijos fuma, se volvería loco. Pero cuando Austin y yo fuimos importantes, papá se puso orgulloso, pero sé que en el fondo, siempre al igual que los demás, prefieren a mi hermano que a mí.
Termino mi cigarro y lo apago en el piso, no sé cuánto tiempo llevo aquí, seguro ya me perdí el almuerzo. Fumar siempre me ha provocado hambre.
Me levanto del suelo y entro al edificio, bajo y llego a mi habitación. Entro y me dirijo a la pequeña nevera, siempre guardo un bocadillo por las dudas, no me tomo el tiempo para quitarme el uniforme y ponerme algo cómodo, estoy cansado y quiero ver televisión. Cuando la enciendo no hay señal, lo que es raro, se supone que los pisos superiores tiene televisión por paga, mierda. Esta escuela se está yendo al carajo.
Como y me voy a la cama, tomo mi ¡Pod, pongo música, coloco mis auriculares y subo el volumen, miro hacia el techo de mi habitación.
¿Por qué estoy molesto? Cierto, mi hermano me traiciona, ¿por quién? Por su novia, que es la chica que más amo.
Me dejo llevar por el sonido de la música, subo más el volumen y cierro los ojos. No sé cuándo ni cómo, pero termino durmiendo, olvidándome del día de hoy.
Estoy de pie, en un lugar que jamás he visto, parece un precipicio, solo veo la nada frente a mí, detrás de mí hay un bosque, camino hacia él, pero algo me dice que voltee hacia el precipicio. De pie, a la oriya, está Austin, su ropa está sucia, tiene manchas de sangre, se ve tan mal, no solo en apariencia. Desde pequeños hemos sentido cuando uno del otro está mal, y en este momento ciento que algo no está bien.
- Ayúdame – dice con un susurro, de su boca sale un hilillo de sangre
No puedo moverme, de pronto la escena de él y la junta estudiantil vienen a mí, él me traicionó, ¿Por qué debería ayudarlo?
- Ayúdame – vuelve a repetir, esta vez extiende su mano.
- Justin – alguien me llama – Justin, déjalo.
Volteo y es Melanie, tan hermosa como siempre, con su cabello castaño volando por el viento, lleva puesto un vestido blanco, que hace que su piel cremosa resalte más.
- Déjalo y ven conmigo – dice ella, y me extiende su mano.
Vuelvo a ver a mi hermano, ahora está más cerca de la orilla, un paso más y caería por el precipicio.
- Ella es mía ahora – le digo a Austin, no reconozco mi voz, es fría – siempre debió ser mía.
Camino hacia Melanie, le doy la mano y miro a mi hermano, da un paso hacia atrás y cae. Lo único que escucho es un grito.
Me despierto sobresaltado, mi música sigue sonando, pero escucho unos gritos más. Apago el reproductor y escucho más claro, alguien está corriendo por los pasillos, hay un gran escándalo afuera. Sigo con el uniforme puesto, me levanto de mi cama y voy hacia la puerta, el ruido cada vez es más fuerte, me doy cuenta de que la alarma de incendios está encendida, pero escucho algo más, fuera de lo normal, como un gruñido, como un perro atacando, como si alguien fuera atacado. Pongo mi mano en el picaporte y giro, cuando abro la puerta no hago nada más que quedarme de pie, petrificado.
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SOBREVIVIENDO (Prisioneros)
Science FictionInstituto San Andrés, la escuela más prestigiosa de toda Europa. Grandes instalaciones, buenos maestros y grandes áreas verdes. Eso es lo que decía el folleto, lo que no tomo en cuenta el colegio es una probable invasión zombie. Dejando a mis amigos...