Un gran desastre

612 17 2
                                    

Narra Tai

Y así fue como llegué a esto... ya no tenía nada que perder, salvo mi vida claro.

Perdí a mi mejor amigo, a mi compañero, a mi hermana y a la chica que más amaba. Todo esto era un gran desastre.

Pero... ¡Aún podía salvarme!... recuerdo que había puesto unas vendas de primeros auxilios en mi mochila, eso podría detener el sangrado por unas horas. Tal vez eso no sería suficiente y tal vez no había nadie quien me pudiera ayudar... pero era mi única opción, prefería eso a morir congelado y desangrado.

Tai: Vamos... tú puedes Tai, solo...solo no te rindas -decía mientras me arrastraba hacía mi mochila.

Estaba a un par de metros de mi mochila cuando de repente empecé a escuhar voces.

???: ¡No te puedes dar por vencido! -decía una voz muy familiar.

???: ¡Tú eres muy fuerte, Tai! -dijo otra voz.

Al abrir mis ojos, no pude creer lo que estaba viendo. ¡Eran Joe y Mimi! Solo estaban ahí parados cerca de mi mochila, dándome ánimos.

*Joe: ¡Vamos Tai tú puedes hacerlo! -decía mientras apretaba sus puños.

*Mimi: ¡No te rindas, eres fuerte!

Tai: Joe... Mimi... ¡Por favor ayúdenme! -pero al momento de tratar de lanzarme hacía ellos. Ellos simplemente desaparecieron como su fueran humo.

¡Vamos Tai, reacciona!... solo fue un simple producto de tu imaginación.

Sea como sea logré llegar hasta mi mochila y pude agarrar una cuantas vendas. Las cuales empecé a ponerme rápidamente.

¡Diablos! Esto si que duele -pensaba mientras me ponía las vendas- No importa...tengo que encontrar ayuda, no me importa ni me interesa si el que me ayuda sea amigo o enemigo, humano o digimon, solo quiero salir de este infierno helado.

Empecé a caminar sin rumbo a ningún lugar, con la esperanza de encontrarme a alguien quién me pudiera ayudar, fuera amigo o enemigo.

Mientras caminaba empece a recordar esas posibles últimas palabras que me dijo Agumon

Esas palabras me dolían mucho, pues era el último recuerdo que tenía de mi mejor amigo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Esas palabras me dolían mucho, pues era el último recuerdo que tenía de mi mejor amigo. Al cual sin darme cuenta había lastimado y ofendido.

Al seguir caminando por unas cuantas horas, empecé a escuchar su voz... la voz de Agumon, pidiéndome ayuda desesperadamente.

Agumon: ¡¡Alguien ayúdeme... por favor.... estoy muy.. herido!! -gritaba a lo lejos.

Pero, eso era imposible, él estaba muerto, estaba seguro.

Agumon: ¡¡Por favor... quién sea... ayúdenme!! No resisto...más.

Pero su voz sonaba cada vez más fuerte y no pude ignorarla, y empecé a seguir su voz.

Un Vínculo PoderosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora