Cap. 1. Recordando el pasado

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"-Akira, ¿tú y yo siempre seremos amigos, cierto?"

"-Sí Nash... Mejores amigos por siempre"

Esas palabras fueron las últimas palabras que ambos se cruzaron desde ese día hace casi más de 15 años.

Akira, quien fuese una novata japonesa de solo 16 años de edad y por las amistades dentro de la milicia de su tío Leopold, fue aceptada en las fuerzas armadas del ejército de Estados Unidos. A los pocos días de su ingreso, fue asignada al grupo de las fuerzas aéreas a cargo de Charlie Nash, un hombre con alta experiencia en la armada americana y con quien tiempo más tarde entablaría una estrecha amistad. Ambos se tenían un respeto mutuo de colegas, aunque en ocasiones Akira sacaba de quicio a Charlie por sus travesuras y actitudes rebeldes; de todas formas, Akira seguía siendo una niña, pero con un gran instinto de combate.

Al cabo de unos años, Akira decide darse de baja del ejército para ir en busca de su madre y hermanos, a quienes hace mucho no veía. Charlie sintió una leve decepción al ser notificado de la baja de Akira en su equipo, y antes de que ésta se fuera de las instalaciones, la buscó para entablar una conversación con ella.

- ¿Decides darte de baja así no más? ¡Qué decepción! Y te creía una de las mejores en esto.

-Lo siento Nash, ya no puedo continuar. Necesito respuestas ante tantas interrogantes en mi vida. Cosas que tú no entenderías. Allá afuera me espera mi familia. Necesito verlos, saber de ellos y quedarme aquí no resuelve nada. Tú jamas sabrás de mi dolor, de todo lo que he pasado, sólo eres mi superior y un conocido cercano.

Sintiéndose un completo imbécil, Charlie se quita sus gafas y pone una de sus manos en su rostro a manera de darse cuenta que se portó como un niño berrinchudo al querer que Akira quisiera quedarse en las fuerzas aéreas solo porque él así lo quería. Y sí había algo en que Akira tenía razón: él no tenía ni idea de lo que ella había sufrido antes de su ingreso a la milicia estadounidense. Al sólo querer relacionarse con ella de forma profesional y solo en raras ocasiones de manera amistosa, el rubio jamás se enteraría por todas las peripecias que había sufrido su compañera de armas. No tenía idea de cuál era su vida antes de eso y ahora que sabía que ella se iría del ejército para ir a buscar a su familia, decidió hacer algo al respecto.

-Sí Akira, tienes mucha razón... me porté como un idiota dominante al querer que cambiaras de opinión de tu retirada con mis palabras. No sé lo que sientes, yo no he pasado por esa situación. Sé que tus hermanos lo son todo para ti, pero no tuve el tacto de decirte lo que pensaba. Pensaras que es tarde para esto, pero... me encantaría ser tu amigo.

- ¿Qué dices, Nash? ¿Y ahora qué pretendes con esto? - Preguntó Akira algo aireada, puesto que Charlie se traía algo raro entre manos para que ella no abandonara su puesto.

- No te enfades... en serio que no me tramo nada con esto, es sólo que lo que dijiste tiene mucha razón de ser... Yo no sé nada de ti, es más, ni siquiera sé el por qué te portas como lo haces, así de... rebelde... digo... eres fuerte y algo testaruda, algo que aprecio mucho en un soldado... porque eso demuestra que tienes cero temores en tus acciones... la verdad... ya no quiero seguir siendo tu jefe, tu superior... quiero ser tu... amigo.

Por supuesto, Akira no confiaba en sus palabras, ella sabía muy bien que Charlie se tramaba algo para que ésta no desertara y como siempre, ésta le responde de una manera desafiante.

- Te conozco desde hace más de año y medio Nash, no insistas que no pienso quedarme, yo debo seguir mi camino, tengo que encontrar a mis hermanos, al menos... -viendo al suelo por un instante, pensando en que si sus hermanos tuvieron algún trágico destino a manos de su tío Gozaburo, pues este hombre que es parte de su pasado, era su pesadilla viviente y sabía bien que éste era capaz de todo con tal de que la gente a su alrededor hiciera lo que él quisiera y en parte era el responsable de las malas actitudes de la rubia- quiero saber si ellos están bien... pero veo que no te importa en lo más mínimo. Sólo me quieres aquí como simple herramienta de tu equipo, yo a ti no te importo en nada y ahora me vienes a decir que quieres ser mi amigo, ¿a quién pretendes engañar con eso? A mí no, los demás serán ingenuos al creerte, pero yo no y quiero que me dejes tranquila, no voy a ceder, me iré y no pienso volver.

No Hay Nadie MasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora