11. Dones.

3K 296 19
                                    

Los hermanos ayudaron a Stiles a levantarse y con cuidado lo sentaron en la cama mas cercana.

-Sus manos Dean.- Susurró Sam, aterrado al ver las palmas de las manos del castaño, si bien no sangraban estaban en carne viva, como su hubiera metido las manos a una forja de acero.

-Mierda.- Gruñó Dean y miro al adolescente con preocupación.- ¿Te duele?

Stiles intentó responder pero su garganta ardió, no era muy fuerte, se sentía como cuando estaba a punto de enfermarse sin embargo no podía pronunciar palabra, su voz se había ido.

Finalmente negó con la cabeza y señaló su garganta haciendo una mueca.

-¿Ahí te duele?- Cuestiono Sam, Stiles asintió y agitó la mano en una seña de "mas o menos".- Bien, lo arreglemos al salir de aquí.

Dean aprovechó que su hermano curioseaba el lugar y se quitó la camisa de cuadros que llevaba sobre la playera, la hizo tiras y comenzó a vendar las manos del castaño con suma concentración.

-Ahí está, eso servirá.- Dijo satisfecho el rubio al terminar su trabajo y luego dio un ligero beso de pico en ambas manos.- Para que se cure rápido.

Stiles sonrió con gratitud, sonrojándose al instante, que bochorno.

-No hay salida.- Suspiró cansado Sam, fingiendo No haber escuchado o visto algo de la situación protagonizada por su hermano y el chico Stilinski.-Estamos atrapados.

-No por mucho.- Dijo una voz y los hermanos nunca se sintieron mas felices de escuchar la serenidad en Castiel.

-Llegas muy oportuno, amigo.- Sonrió Dean abrazando rápidamente al Ángel.- Primero, Stiles está lastimado...

Sin más, en Ángel se acercó al joven y toco su frente con un par de dedos, pero nada ocurrió.

-No puedo curarlo.- Dijo Castiel, sorprendido.- Debemos salir de aquí.

El ángel sacó si espada he hizo un corte en la palma de su mano hasta que sangró, comenzó a dibujar un par de runas en la pared mas cercana y luego puso su mano sobre una, la pared se desmoronó y salieron, Sam sostenía a Stiles mientras Dean les seguía cuidando sus espaldas y Castiel guiaba al grupo por un montón de pasillos llenos de puertas.

-¿Cómo nos encontraste?- Preguntó Sam alerta a cualquier cosa, no se fiaba de que rescatarlos fuera tan sencillo.

-Les puse runas de detección a los tres.- Confesó Castiel, caminado confiado.- Vine con un grupo de mis hermanos, fue duro llegar hasta aquí, nos tomó casi quince días.

-¿Hemos estado aquí por quince días?- Preguntó Dean, recordaba que el tiempo pasaba diferente en el infierno pero aun así, era difícil de creer.

Entonces, unos pasos rápidos se escucharon y todos se pusieron en guardia, no tenían mas arma que la espada angelical pero Dios había hecho un bien trabajo al ponerle puños al hombre.

Un tipo vestido como guardia de antro se puso frente a ellos y quitándose los lentes dejo ver unos ojos igual de negros brillosos.

-No se irán.- Gruñó listo para atacar, sin embargo sus palabras se las llevó el aire cuando una espada le atravesó el pecho y su cuerpo cayó cual saco sin vida.

-Hola Castiel y amigos de Castiel.- Saludó una muchacha castaña.- Soy Zuriel, vengan por acá.

Rápidamente los cuatro siguieron a la muchacha.

-Debemos darnos prisa, los demás nos esperan para salir de aquí.- Dijeron Cas y Zuriel al mismo tiempo que activaban varios sellos iluminando el pasillo de manera magistral, impidiéndoles ver hasta que la luz se esfumó.

-Es un sello de protección.- Explicó Castiel.

-¿Dónde estamos exactamente?- Preguntó Sam no sabiendo si debía aliviarse de tener un camino protegido y sin riesgos, o preocuparse por tener que hacer al camino de esa forma.

-En el centro del infierno.- Respondió Zuriel.- Pero no se preocupen, pronto estarán a salvo.

-Pero, el demonio, vendrá por Stiles después...- Murmuró Dean, preocupado.- Debemos acabar con él.

-Lo haremos pero este es su territorio no podremos vencerlo.- Explicó la Ángel y una masa oscura se levantó frente a ellos.

-Me alegra que lo sepas.- Se burló la sobra, que se movía y retorcía hasta formar al hombre de traje que los había llevado hasta ahí.- Lo han hecho bien, un ejército de Ángeles, protegieron su camino, la guardia los espera para salvarlos pero fallaron en algo. Yo.- Sonrió el hombre y señaló a Stiles.- Si vienes conmigo. No mataré a tus amigos.

Los hermanos pidieron que no lo escuchara, los Ángeles prepararon sus espadas y el demonio sonrió, sin embargo la voz proveniente del cuerpo de Stiles, que salió gruesa y amable los distrajo.

-Sólo aquel héroe de corazón puro y alma fuerte, que portará los nombres de sus antepasados, recibirá la chispa con los dones del todopoderoso que le permitirán liberarse de seres malignos, ese será el elegido para encontrar al señor del cielo y salvar a las almas dignas con bondad y amor.- Luego, extendió su mano derecha hacia el demonio.- Te perdono.- Sonrió el castaño con profunda paz y una resplandeciente luz azul brotó de su palma, obligando a los hermanos y a los Ángeles desviar la vista, el grito desgarrador del demonio les recorrió el cuerpo y de pronto el silencio se apoderó, ya no había luz azul, ni demonio.- Es hora de irse.

En un parpadeó, todos estaban en la vieja casa de Bobby.

-¿Pero... Qué a pasado?- Preguntó Stiles, sentía una enorme paz en su cuerpo que de cierta manera lo dejaba un poco mareado.

-Yo te lo explico.- Dijo la misma voz que había salido de su cuerpo anteriormente, era la de un hombre que se aproximaba a ellos a solo un par de pasos.

-¿Chuck?- Habló Sam, con genuino asombro.

-Bueno, antes solían llamarme, Dios, Padre, Papá.- Dijo el hombre, tenía barba y lucía un atuendo desaliñado pero limpio.- Pero creo que esta bien, Chuck.



































































-*-*-*-*-*-*-

Woooooooooooo, aquí les dejo otro capítulo. Espero lo disfruten.

Dejen votos y comentarios.

Xx. ❤️

TENEBRIS || STEANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora