TENEBRIS || STEAN

34. Tormenta.

-Solo queda la señora Robbins.- Dijo Melissa apurando el paso a la última habitación del pasillo.

Al llegar al cuarto una sorpresa los recibió.

No había nadie, la cama estaba destendida y no había rastro alguno de la señora Robbins.

-Se supone que debía estar aquí.- Afirmó Melissa sintiendo un escalofrío subir por su cuello, tomó el expediente de la mujer y lo leyó con detenimiento.- No debió irse hace mucho... La acababan de revisar.

-Demonios.- Gruñó Dean cuando la idea llegó a su mente.- No se refería a esto...

-¿De que hablas?- Preguntó Sam.

-"El siguiente par deberá nacer donde el anterior haya muerto..." No hablaban de Beacon Hills. El lugar donde Stiles murió. La cabaña.

Corriendo, los hermanos salieron del hospital para encontrarse con una llovizna ligera pero los truenos del cielo daban otra perspectiva que les heló la sangre.

-No tenemos mucho tiempo.- Avisó Sam mientras subía al Impala.

-No me digas.- Chistó Dean de mal humor.

Sam se tomó el tiempo de avisar a la manada y a Muerte del cambio de planes, Derek, Scott y Liam se iban a dirigir a la cabaña del bosque mientras los otros lobos se quedaban en el hospital por cualquier cosa.

Dean piso el acelerador cuando la lluvia comenzó a ser más fuerte, tenía miedo de no poder hacerlo... Estaban muy lejos, en el límite del bosque, pero como siempre la esperanza era lo último que iban a perder.

-Castiel.- Llamó el cazador rubio y al momento el ángel apareció en el asiento trasero.

-¡Cas!- Exclamó Sam.- Llevanos a la cabaña donde murió Stiles.

El ángel no dijo nada y cerró los ojos. Nada ocurrió y los hermanos se frustraron en seguida, eso sólo significaba una cosa, Chuck sabía que iban por él.

-Hay energía celestial, no puedo hacerlo.- Dijo finalmente el ángel.

Dean frenó cuando el impacto de un rayo tiro un árbol adelante de ellos bloqueando el paso y casi aplastandolos. El cazador intentó una maniobra pero el Impala no se movía.

-Vamos, no hay tiempo.- Dijo el mayor Winchester saliendo del auto que se había atascado.

Con linternas y una mochila con los ingredientes para el hechizo, los hermanos comenzaron a caminar en medio de la lluvia con el ángel guiando el camino.

El aire y la lluvia, que de hecho ya era tormenta, no dejaban  ver y avanzar a los hermanos, por cada paso era como si les regresaran dos, no sabían si se debía a Dios o al intenso clima, seguramente al primero.

A pocos metros de la cabaña, Castiel no pudo continuar pero los hermanos siguieron corriendo, al avanzar fueron consientes de los tres lobos alrededor, uno tras otro detenidos sin poder avanzar debido a alguna clase de campo protector.

-Es ceniza de serbal, solo los humanos pueden cruzarla.- Explicó Derek en un grito.

-Es como si nos estuviera esperando.- Dijo Dean al ver gran luminosidad dentro de la cabaña.

-Vamos.- Dijo Sam, corrieron entre la lluvia el último tramo, si bien ellos no habían sido detenidos, sus pies se sentían pesados y eso les dificultaba el avance.

Entraron del golpe, casi derribando la puerta, había una especie de fogata contenida en el centro del lugar, Chuck los esperaba con una sonrisa y un bultito entre sus brazos, pero no había rastro de la madre.