12. Oh my Chuck!

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Con dificultad y la promesa de que los vería después, Chuck mandó a Cas y Zuriel con los demás Ángeles, para que estuvieran todos juntos cuando él fuera con ellos.

Bobby había salido de la casa y no pudo alegrarse más por ver a los muchachos, su felicidad fue tan grande que un par de lágrimas salieron de sus ojos.

Pronto, los Winchester y Bobby decidieron darle suficiente privacidad a Stiles y a... Dios. Para hablar, así que entraron a la casa y dejaron a los otros dos hablar en el porche.

-Sé que es muy difícil para ti.- Comentó Chuck, tomando la mano del castaño.

-Lo es.- Admitió Stiles, se sentía seguro, en paz.- ¿Qué pasa conmigo?

-Hijo, un gran poder radica en tu interior.- Comenzó a hablar Chuck.- No sé si puedas recordarlo, estabas exhausto, pero utilicé tu cuerpo para ayudarlos con el demonio. Lo primero que pasó, es que dije una profecía. La primera.

-¿De todas?

-Si, es una profecía tan vieja como yo, no creí que algún día se cumpliría pero aquí estás...- Confesó Dios.- Eres tu, el héroe de corazón puro y fuerte, portador del nombre de sus antepasados.

-No soy un héroe.- Murmuró Stiles con sensibilidad latente.- Sólo soy un chico normal...

-No te menosprecies.- Rogó Chuck, sintiendo el dolor del muchacho.- Llevas muchas responsabilidades, cuidas a tu padre mas de lo que puedes, tu buscas una solución a cada problema incluso si no estas involucrado, ayudas a tus amigos cuando quien mas necesita ayuda eres tu.- Sonrió.- Eres maravilloso, hijo. Comienza a creerlo.

Las lágrimas bañaron el rostro del castaño y se lanzó a los brazos del hombre, sentía como un gran peso se iba de su pecho, como si respirará por primera vez.

-Ahora, intentaré explicar lo que sucede con nosotros, ni siquiera yo he terminado de entenderlo.- Balbuceo Chuck.- Bien, debido a esta profecía es que tu y yo estamos unidos, tienes mis dones y estos te servirán para defenderte de criaturas como las que Dean y Sam cazan. En este punto no sé que tan lejos puedas llegar, pero entre mas los utilices, mas podrás controlarlos.

-Creí que mi destino era ser más... Normal.- Negó con la cabeza.- ¿Cómo es que siquiera cumplo los requisitos?

-Ya te lo dije, una fuerza en mi interior, sabe lo que haz pasado, conozco tu corazón Stiles... Y también tu nombre...-Completó el de cabello oscuro.

-Portará el nombre de sus antepasados.- Recitó el castaño, comprendiendo todo, o al menos un poco.- Mieczyslaw y Stiles. Así conocían a mis abuelos.

-Exacto, con el tiempo te será mas fácil, por ahora ya puedes relajarte e ir a casa.

Esas simples palabras causaron emociones contradictorias en Stiles, estaba encantado de poder regresar a su casa, estar con su padre y sus amigos... Pero estaba ese sentimiento profundo de desilusión por separarse de Dean... Y Sam, el señor Singer y el ángel de gabardina.

-Apuesto a que si se lo pides, podría quedarse un tiempo contigo.- Animó Chuck y el castaño le miró sorprendido.- Sé lo Dean, tu le gustas.- Dijo causando un enorme sonrojo a Stiles.- Pero él no te lo dirá, se pone raro cuando una persona le gusta de verdad, se las da de super macho conquistador pero es un chico muy tierno.

-Le conoces bien, ¿eh?- Rio Stiles, claro que era gracioso, era Dios, por el amor a Chuck.

-Bastante, tratalo bien.- Pidió el hombre antes de desaparecer dejando una hoja de papel ligeramente doblada en donde antes había estado sentado.

"También puedes hacer esto, piensa en un lugar, concéntrate en él y pronto estarás ahí."

El castaño sonrió y negó con la cabeza, le costaría acostumbrarse a su situación, pero por lo pronto debía resolver algo más... Dean.










































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TENEBRIS || STEANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora