-¿Dani?
-...Hola –sonrió nerviosa
-¿Qué pasa?Preocupada Mika, se acercó a Danielle, y con su instinto más maternal tomó una de sus manos
-Estás temblando
-Yo...Lo meditó, tomó un par de cortas respiraciones, observó los rostros de sus amigas y aun con el pulso acelerado se trabó, no sabía qué decir.
-¡Suéltalo!
Gritó Amanda, con impaciencia. La música en el club estaba demasiado alta como para escucharla. Sí, la cena entre semana acabó en su club preferido.
-Un..., un ¿extraño? Acaba...., acaba de besarme
Ella sabía quién la había besado pero aún no estaba lista para contarlo
-¿Un qué? –repitió Amanda, incrédula con una tremenda sonrisa en el rostro, orgullosa de su amiga
-Me besó y bueno..., lo besé, pero tuve que sacármelo de encima porque se estaba frotando contra mí... -contó acalorada de tan solo recordarlo
-¡Tenía una erección! –chilló Amanda, emocionada
-Sí, bastante evidente –afirma con una risita
-¡Vaya Dan! Creo que te dejó mal –bromeó Mika, sorprendida. Danielle, siempre había tenido precaución a la hora de los hombres
-Bueno, bueno ¿y la cara de espanto por qué es?
-¡Amanda! No la molestes –protesta Mika, regañándola
-Nunca me habían besado así –suspiró pensativa, llevándose una mano a la boca, imaginando el tacto de esos labios...
-Entonces fue bueno, es lo importante
-Y que lo digas Ams, mira como me dejó de tiritonaLas tres rieron con ganas ante la sinceridad de Danielle, estaban contentas de verla repuesta. No les gustó para nada ver lo que el idiota de Cameron, había causado en su amiga.
-Muy bien chicas locas, necesito un poco de aire, no se emborrachen, mañana hay que trabajar –anunció Danielle, sonriéndoles con cariño
-¿Te acompaño Dan-Dan?
-Estaré bien Mika, ya regresoCon las mejillas rosadas atravesó el mar de gente a pesar de ser miércoles, el lugar estaba lleno. Afuera buscó un lugar apartada de los fumadores y apoyada en la pared cerró los ojos y disfrutó de la fría brisa..., y nada más eso bastó para volver a ese intenso momento...
Había corrido al segundo nivel del club en busca del baño, las chicas se habían vuelto locas bebiendo piña colada así que con la vejiga llena entró, hizo la fila dando pequeños saltitos para contenerse y 5 minutos después sintiéndose ligera como una pluma se miró en el espejo retocó su labial, ordenó sus ondas naturales y salió de allí
Y entonces lo vio
Apoyado contra la pared estaba Nicholas, con su clásica mirada seria que nada dejaba ver, concentrado en la puerta aguardó hasta que finalmente ella salió. Vistiendo unos elegantes pantalones azul marino y una camisa negra ajustada, la observó de pies a cabeza, lucía demasiado tranquilo para lo que estaba por suceder.
Con extrema tranquilidad Nicholas, sacó las manos de los bolsillos de su pantalón, acortó la distancia con la mirada fija en esos hermosos ojos azules y con toda la calma del mundo sostuvo el rostro de Danielle, con suavidad. Aproximó su rostro lenta y seductoramente a esos labios que gritaban ¡bésame!
Depositó el más suave de los besos en sus suaves y generosos labios, con los ojos siempre cerrados disfrutando del momento le succionó el labio inferior y entonces empujó su lengua a un ritmo vertiginosamente pausado, y eso era nuevo, no era precisamente el hombre más paciente, pero ella le provocaba serlo ¡Y le encantaba!
Sedujo su boca hipnotizándola con la intensidad, las sensaciones, su toque tan delicado y vehemente, su aroma a hombre, no quería que parara, ojalá durara eternamente esta sensación de estar en las nubes
ESTÁS LEYENDO
Porque YO lo digo
RomanceÉl es Nicholas Allen, el denominado demonio al mando. Ninguna asistente consigue superar el mes. Ninguna lo soporta. Desfilan como si de una pasarela se tratara. Y lo intentó con varones, pero resultó un completo desastre. Hasta que ella llegó. Dan...