Lunes 31 de Diciembre
-Tenemos que hablar, ahora
Sin previo aviso Danielle, entró en el despacho visiblemente molesta alertando a Nicholas, que algo no iba bien
-¿Acerca de qué cariño? –intentó ignorar su seriedad
-Nosotros obviamente, no estoy entendiéndote yo te... -comenzó a decir pero se detuvo frustrada al no encontrar las palabras
-Danielle, soy egoísta y me centro en lo que quiero y como lo quiero. No lo tomes como algo negativo es mi determinación a recuperarteExplicó con tranquilidad intuyendo que a eso se debía su visita, pero pendiente, Danielle, estaba muy alterada y apenas habían pasado 4 horas desde que llegó a la oficina.
-Sí, pero..--
-Te quiero a ti -la interrumpió levantándose de su silla para acercarse-. Y no voy a quedarme de brazos cruzados viendo cómo te alejas
-Sí, pero te dije que no me ibas a convertir en tu amante y esta mañana llegaste y me besaste en mí puesto de trabajo y... -lo siguió con la mirada hasta tenerlo en frente-. Y, y solo fueron unos segundos pero el hecho es que eres un hombre casado, todos aquí están al tanto y debes controlar tu "determinación" Creo que debí ser más clara con este... -señala a Nicholas y luego a ella misma-. Asunto...
-¿Qué te molestó? -gruñó disgustado con lo que escuchaba-. ¿El beso? ¿Ahora no te puedo besar?
-Has estado toda la mañana saliendo de tu despacho a decirme cosas al puesto que era de tu esposa, la secretaria y allí en tu escritorio hay una línea privada que te comunica directamente conmigo para esas cosas ¡solo levanta el auricular y llámame! Por puedes decirme lo que quieras –acabó sin aire
-Me gusta verte
-Tómame una foto –soltó con una mezcla de sarcasmo y enojo
-Solo si estás desnuda –acaricia su brazo desde el hombro hasta la palma de la mano
-¡Ya basta! No es momento de bromas –lo fulminó con la mirada apartándose de su contacto
-De acuerdo, dime que es lo que te está molestando, ahora
-Cuando fui al baño escuché a un par de chicas hablando sobre cómo me miras y que te comportas raro y..., y solo ha pasado un día y ya es una locura. Odio los chismes, no quiero que me miren como la aventurita del jefe ahora que la secretaria no está –angustiada agachó la cabeza
-También hablan de mí
-Sí, pero yo soy la que se mete en un "matrimonio" además es un mundo machista, al hombre no lo critican, la mujer es la que queda como zorra. Siempre.
-¿Quiénes son las chismosas? Solo dame sus nombres y me deshago de ellas en este instante. Nadie va a hacerte sentir menos
-Es irrelevante -tomó aire-. ¡Concéntrate Nicholas! No es a lo que quiero llegar
-Bien -extendió su mano y la agarró de la cintura-. Dime que hago entonces –preguntó en ese tono íntimo que la hacía sentir especial
-Llevas casado ¿12 días? –apartó la sensación, necesitaba esta conversación
-Sí, y solo he visto a esa mujer 3 veces, le di órdenes y una tarjeta de crédito, con eso se entretiene, le gusta gastar a lo grande –comentó con desprecio
-Vaya, tienen algo en común después de todo –da un paso atrás alejándose de su agarre
-No digas eso –le pidió frustrado y nervioso
-Vive en tu casa -Nicholas, asintió-. ¿Y su hijo, también tiene un cuarto allí?
-No. Le advertí que no quería a un crío corriendo por mi casa y estuvo muy dispuesta a dejarlo con su papá
-Esto es tan retorcido, no me gusta, me provoca nauseas
-Dime lo que te molesta, lo que piensas ¿estás arrepentida? ¿Es eso?
-Sigo enamorada de ti Nicholas, pero creo que deberíamos mantener la distanciaCon dolor pero sobre todo angustia porque sabía lo que pensaría Nicholas, en cuanto oyera esas palabras que debió decir durante el viaje juntos para aclarar toda la situación en la que se encontraban atrapados. Pero en vez de eso se dejó seducir por sus sentimientos y pretendieron que nada ocurría.
-¡NO ESTÁS HABLANDO EN SERIO!
En un paso demasiado largo llegó hasta ella y la tomó de los hombros sujetándola en su lugar, sus ojos ahora eran suplicantes no quería perderla
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Porque YO lo digo
RomanceÉl es Nicholas Allen, el denominado demonio al mando. Ninguna asistente consigue superar el mes. Ninguna lo soporta. Desfilan como si de una pasarela se tratara. Y lo intentó con varones, pero resultó un completo desastre. Hasta que ella llegó. Dan...