Allí estaba él. De pie en el centro del despacho con sus gafas de lectura puestas, sin chaqueta y con las manos metidas en los bolsillosTODO UN ESPECTÁCULO.
Tan atractivo como la primera vez que lo vio y serio como siempre con esa mirada oscura clavada en ella, la observaba de pies a cabeza y por primera vez Danielle, se sintió insegura de su apariencia, no llevaba una gota de maquillaje y no iba arreglada como cuando se vestía para el trabajo. Con su armadura, lista para todo.
-Buenos días
Saludó ella, al ver que Nicholas, permanecía en su lugar mirándola con tanta atención, como si intentara averiguar lo que estaba pensando..., lo peor de todo es que su actitud le provocaba esta sensación de estaba frente a un completo desconocido.
-Buenos días Danielle, cierra la puerta y acércate
Rompió el silencio como mejor sabía, dando una orden y sin moverse de su lugar.
No podía ser tan sencillo, pensó Danielle, armándose de paciencia y valor para enfrentar a un hombre imposible. Cortó el contacto de sus miradas para girarse a cerrar la puerta, su mano temblaba, ya le asustaba lo que fuese a salir de aquella boca pecadora y venenosa. Tomó su lugar al menos a tres metros de distancia y aguardó a que hablara
-Quiero disculparme por mi comportamiento del día de ayer, me excedí al exigirte que aceptaras el descuento sin haberlo hablado antes
-De acuerdo... -murmuró bajito mientras asentía aceptando aquello
-Tengo tu cheque listo -anunció mientras la observaba-. Y tus cosas tambiénDescruzando los brazos Nicholas, se acercó a su escritorio para tomar el cheque que descansaba sobre todos los objetos que le regresó Danielle, el día anterior, seguían en el mismo lugar, los observó unos instantes y no pudo evitar experimentar esta amarga sensación de ser rechazado, miró las tres cajas de distintos tamaños, luego a Danielle, y finalmente se acercó hasta ella y le ofreció el cheque
Nerviosa e incómoda Danielle, aceptó el cheque, lo tomó procurando evitar el contacto de sus manos y bajo su atenta mirada lo leyó
-¿Todo bien?
-Este cheque está mal –suspiró resignada ¿no podía ser tan fácil, no?
-¿Qué tiene de malo? –fingió no saber de lo que hablaba
-Esto no es lo que yo saqué el mes pasado, es más
-Yo lo veo bien
-Pero... ¿por qué es más? –necesitaba saberlo porque lo que su cabeza pensaba no era lindo-. Espero que no esté mezclando las cosas..., señor
-No, esto es lo que te voy a pagar de ahora en adelante, decidí darte un aumento antes de tener sexo contigoMala elección de palabras, aquello fue un golpe directo a su orgullo, le dolía escucharlo decir eso cómo si fuera una tontería sin importancia cuando para ella no lo fue.
-No lo mencione, por favor -pidió con suavidad-. Y no quiero sonar malagradecida pero es extraño, no quiero que esto signifique que puede llamar a la hora que se le dé la gana, tengo un contrato que especifica horarios y debe respetarlos. No soy una esclava
Ouch. Nicholas, intentó no demostrar emociones, ella estaba en lo correcto y lo sabía.
-Danielle..., tú..., simplemente has sido la mejor asistente que he tenido en los dos años que llevo a cargo
-Creo que lo que quiere decir es "la asistente que más ha durado soportando sus malos modos de tratar a la gente"Y viendo que Nicholas, ni la interrumpió ni protestó, continuó, ya era suficiente de guardarse las cosas necesitaba sacarlas o se volvería loca.
-Usted exige modales cuando, por muy jefe que sea, me ha demostrado en más de una ocasión olvidarlos, su petulancia es ofensiva
Y una vez más lo sabía. Se mordió la lengua para no soltar una de sus frasecitas, ella tenía razón, no podía discutirle eso, es lo que mejor se le da. Ser un imbécil.
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Porque YO lo digo
RomanceÉl es Nicholas Allen, el denominado demonio al mando. Ninguna asistente consigue superar el mes. Ninguna lo soporta. Desfilan como si de una pasarela se tratara. Y lo intentó con varones, pero resultó un completo desastre. Hasta que ella llegó. Dan...