Miércoles 21 de noviembreA las 6:10 de la mañana Nicholas, se estacionó frente a la entrada del edificio de Danielle, encendió la calefacción y salió del auto a esperarla. Y 10 minutos exactos después apareció ella, envuelta en un abrigo y una bufanda de lana roja.
-Buenos días señorita Ross
-Nic...Susurró sin aliento, se veía tan perfecto recién rasurado..., además no lo esperaba y esa sorpresa la emocionó
-No te vas a salvar de desayunar conmigo, y esta vez iremos directo
-Bueno, no puedo rechazar una "invitación" tuya cuando te ves tan atractivo con esa arruguita en la frenteLe sonríe señalándolo mientras se acerca para plantarle un suave beso en los labios y un susurro de buenos días de lo más erótico para Nicholas
-Mierda, me vas a matar
Gimió antes de reaccionar y regresarle el beso
-Muero de frío ¿nos vamos ya? -pidió separándose unos centímetros para poder mirarlo a los ojos
-Por supuestoSatisfecho con su decisión de dejar la calefacción encendida le abrió la puerta de su deportivo ayudándola a subir y el gemido de placer que escuchó escapar de Danielle, le indicó que había hecho bien y se auto felicitó por su iniciativa y por pensar en ella. Tuvieron un tranquilo desayuno lleno de cariñitos y besos mientras Nic, le hablaba sobre todo lo que debían hacer durante el día
De regreso en la oficina Nicholas, le pidió que hiciera su rutina ya que Danielle, en cuanto salieron del ascensor se dirigió al puesto de la secretaria a encender todo
-¿Tus manos tienen algún problema?
-Me gusta mirarte, vamos llena mi despacho con tu perfume para que así pueda fantasear toda la mañana
-¿Y soñar despierto en horas de trabajo? –bromeó con una dulce sensación en el pecho al saber que le gusta pensar en ella cuando no están juntos
-Para planear todo lo que ansío por hacerte -ronroneó mordiéndose el labio inferior seductoramente
-¿Es una orden?
-Sí, lo esNegando con la cabeza halagada y a la vez nerviosa, ya que se había convencido que el sexo tan pronto definiría la relación, y no quería que la buscara solo para tener sexo. Quería ir paso a paso para poder conocerlo mejor, no solo al jefe súper atractivo que quiere sexo a todas horas, necesita que sea real porque se siente perdida, perdida en este hombre imperfectamente perfecto y ansia algo más que un capricho de un niño rico que consigue todo lo que quiere, el cliché del jefe y la "aventura" con la asistente, la mortifica que al final sea solo eso.
Sonriente como siempre Danielle, fue a su escritorio, tomó la llave de su cajón privado e hizo todo el recorrido con Nicholas, como su sombra. Y antes de dejarla ir a hacer su trabajo tomó su beso salvaje antes que desapareciera.
Una hora más tarde la llamó a la línea de la secretaria.
-Señor Allen ¿qué puedo hacer por usted?
-Te necesito para responder mi correo, no dejan de llegar mensajitos de los vejetes tomando cartas en el asunto
-Estoy acabando con unos pendientes de la secretaria y me pongo al día con eso
-Te quiero en mi oficina antes de iniciar esta tarea
-Con gusto señor...
-¡Disculpa!La fuerte y segura voz de una desconocida de pie frente al escritorio sacó a Danielle, de su nube llena de corazones a la que subía cuando Nicholas, le hablaba de ese modo tan peculiar pero cariñoso
-En unos minutos estoy con usted señor
Acabó la llamada y colgó el auricular para prestarle toda su atención a la mujer que demandaba su atención
ESTÁS LEYENDO
Porque YO lo digo
RomanceÉl es Nicholas Allen, el denominado demonio al mando. Ninguna asistente consigue superar el mes. Ninguna lo soporta. Desfilan como si de una pasarela se tratara. Y lo intentó con varones, pero resultó un completo desastre. Hasta que ella llegó. Dan...