CAPÍTULO 30: "No quiero ser el jefe"

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NICHOLAS

¿Por qué aun no aparece?

Conociendo su maravillosa puntualidad ella ya debería estar aquí. Siempre llega al menos media hora antes..., no quiero suponer que se hartó de mí y que no volverá..., no, no, no puedo ir allí otra vez, ya me pasé el fin de semana completo pensando en la posibilidad de perderla y NO ES UNA OPCIÓN. PUNTO.

Aquí voy otra vez. Ya es quinta vez que me dirijo a la maldita sala de descanso esperando verla preparándose una taza de té con dos cucharadas y media de azúcar, sí, por muy patético que suene me he fijado en cómo le gusta su té, desde que me sentí en aprietos cuando quise prepararle una taza cuando se sintió mal y me di cuenta que desconocía algo tan simple como aquello que desde entonces estoy pendiente de lo que hace y como lo hace...

Y ahora yo la hago sentir mal...

Estoy convertido en un completo y absoluto desastre, no dejo de pensar en todas las cosas que le dije a Danielle, y en cómo la traté porque estaba furioso...

Y lo peor es que ahora analizando el motivo por el cual inició mi fastidio con ella, me doy cuenta que esa noche cuando conseguí que me contestara podría haber ignorado los celos, el enojo, lo ofendido que me sentí por haber sido olvidado y haberle dado una nueva oportunidad..., habríamos pasado al fin la noche juntos y creo que la mañana siguiente porque no pensaba dejarla ir tan fácilmente...

Pero no lo hice.

Me pasé el fin de semana entre lamentos y vaciando el bar de mí casa. Soy un pésimo bebedor, me emborracho y no me detengo hasta caer inconsciente..., que fue lo que ocurrió el sábado.

Y el domingo..., el domingo la odiosa de Kristal, mi hermanita se plantó en mi casa sin previo aviso a las 9 de la mañana y no se movió hasta que consiguió que saliera de la cama, me diera una ducha y me vistiera apropiadamente. Me arrastró hasta la casa de mis padres, tendrían un almuerzo con los Mitchell, la familia de Vanessa, son amigos de toda la vida e insisten en que yo esté presente porque aún creen que un día me declararé, si claro, somos amigos, es linda y sexy, pero no mi tipo

Mi tipo es Danielle, solo..., Danielle...

Ella es..., demonios pero si estoy sonriendo solo de pensar en Danielle..., tengo que parar y controlar mis hormonas o alguien me verá y añadirá a mi descripción "desquiciado".

Y la sala de descanso sigue vacía, solo quedan 10 minutos para las 8 de la mañana. Saco mi celular del bolsillo de mi pantalón y miro la pantalla, voy a su número en la lista de contactos, miro la información y no, no la llamo, pero no es por falta de ganas, de hecho me sobran, pero ella quiere espacio, y está bien, lo entiendo...

Regreso el celular a mi bolsillo, me giro y camino hasta recepción y me paseo por 20 malditos minutos hasta que aparece la secretaria. Tarde. Como siempre.

Me entretengo llamándole la atención y recordándole que el dinero no se regala, se gana...

¡MIERDA!

Danielle, no va a venir a trabajar hoy, aun no le pago. Soy un imbécil, llevo más de medio mes de retraso todo por mi estúpida venganza, bueno ya no es por eso, ahora solo es por mi ineptitud.

Le suelto un "ponte a trabajar" a la secretaria ignorando sus excusas y regreso a mi despacho volando, le marco a Tamara, me contesta la asistente, le pido que me llame cuanto antes y mientras me regresa el llamado me siento en mi escritorio y busco la planilla del banco para hacer la transferencia..., pero recuerdo que no tiene sus documentos, tiro el mouse lejos y busco mi chequera en el cajón y garabateo su cheque, y no me gusta mi caligrafía así que lo rompo y trato de nuevo hasta que queda perfecto, como los que hace ella...

Porque YO lo digoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora