Martes 27 de noviembre
Nicholas, no llegó a buscarla la mañana siguiente.
En el fondo Danielle, sabía que él, estaría probablemente furioso por su respuesta, así que intentó no pensar mucho en ello. Tomó el bus y se fue al trabajo. Inició su rutina y se puso a trabajar pendiente del ascensor nerviosa por que apareciera...
A las 10:30 de la mañana Danielle, se levantó por una taza de té, comenzaban a presentarse los fastidiosos dolores del periodo. Tomó un par de calmantes y al regresar se encontró con una caja de bombones sobre su escritorio, observó a todos lados en busca de Nicholas, y allí estaba él, apoyado en el marco de la puerta de su despacho luciendo perfecto y algo preocupado
-Ven aquí
Con voz baja e íntima le pidió que se acercara sin dejar de observar sus movimientos, pensativo le seguía dando vueltas a lo sucedido la noche anterior, así que no se perdió el modo en que ella bebió un sorbo de su taza de té recién hecha, la dejó sobre su mesa de trabajo y caminó hasta la puerta, se detuvo junto a él, esperando que se hiciera a un lado para que le abriera el paso pero no lo hizo así que de todos modos Danielle, entró y sus cuerpos se rosaron, la mano de Nicholas, inmediatamente fue a aquella sexy cintura rodeándola con firmeza. Cerró la puerta detrás de ellos y la guio hasta su escritorio manteniéndola pegada a su cuerpo. Tomó asiento en su cómoda silla y atrayéndola a su regazo la acomodó todo lo cerca que le fue posible
-Buenos días –susurró Danielle, antes de darle un casto beso en los labios
-Lamento no haber llegado a recogerte, me quedé dormido
-Tranquilo, no es una obligación –le acarició la mejilla con delicadeza, traía unas ojeras difícil de ignorar
-Quiero hacerlo porque me gusta ser el primero en ver tu sonrisa
-¿No estás molesto conmigo por lo de anoche? –le sostuvo el rostro con ambas manos a la espera de ese ceño fruncido
-Dani -suspira pensando muy bien en lo que dirá-. Mi familia me odia y anoche no debí ir a verte, al menos no en ese estado y para..., ya sabes
-Ellos no te odian –y el que pensara eso la puso mal
-Son así, al menos mi mamá y hermana necesitan saberlo todo y estar involucradas, son un fastidio
-¿No has pensado en explicarles? –insinúa algo ilusionada
-Es un riesgo que no estoy dispuesto a tomar, además no tengo que pedir permiso de nada, es mi vida y puntoSorprendida lo observó en silencio, estaba molesto y no quería que lo estuviera así que decidió distraerlo, le rodeó el cuello con los brazos entrelazando sus manos en la nuca de Nicholas, quien observaba atento a la espera de ese lento y pausado beso
-Quiero esa cita que me prometiste –le recordó entre besos
-Ahora mismo no tienes tiempo, tu agenda está llena y solo han pasado 2 horas y media de trabajo –hizo un puchero mientras le sostenía el rostro con una de sus manos
-Mierda
-Eso mismoSe tomaron unos minutos más para besarse con calma antes de ponerse al día con la agitada mañana. El teléfono de Nicholas, no dejó de sonar y Danielle, acabó trasladando su trabajo al despacho de su jefe, continuaron con la planificación del proyecto de Kobayashi
A las 6 de la tarde Danielle, se despidió de Nicholas, tenía una cita con Jim, para el tratamiento de su mano y luego de protestas, incluso de dudar de los motivos por los que debía ir a diario por las siguientes dos semanas se dio por vencido. A medias
-Quiero que me llames cuando estés con Jim –espetó de malhumor
-No me des órdenes, no soy una niña –protestó reuniendo todas sus cosas para salir del despacho
-No quieres que te lleve, entonces llama –insiste ofendido
-Nicholas, tienes que ir a esa cena finolis a la que el señor Emerson, insistió que debes asistir, es por el proyecto, no puedes llevarme y está bien
-¡Lo sé! Pero no me gusta que andes sola –ya había levantado la voz
-¿Desde cuándo? No necesito niñera para salir a la calle –abrazó las carpetas que había recolectado lista para marcharse
-Desde que el psicópata de tu ex novio te hizo daño ¿o qué? ¿Ya lo olvidaste?
-No, no lo olvido..., pero no puedo andar por la calle con miedo, ya no puede manipularme
-Te voy a llevar y no me discutas
-Basta, no seas odioso, voy a estar bien... -suspiró sin ganas de discutir-. Me van a llevar –confesó preparada para lo que seguía
-¿¡Quién!? ¿Por qué me lo ocultas? ¿Es ese amigo tuyo, el DJ? –con la respiración agitada rodeó su escritorio y se plantó frente a ella con la más amenazante de las miradas
-No, Leo, me va a acompañar y luego iremos a comer algo, quiere que hablemos, me escribió hace media hora
-¿Por qué me lo ocultabas?
-Tus celos, no quería que acabaras así de molesto
-¿Mis celos? ¿Vas a ocultármelo cada vez que te veas con tus "amigos"?
-No, claro que no Nic..., pero no puedes hablarme así cada vez que no quiera hacer lo que tú demandas
-Entonces haz lo que quieras, pero no descuides tu trabajo
-Jamás lo haría, sabes que me lo tomo en serio
-Te estas retrasando con nuestro viaje a Japón –suelta con desdén regresando al otro lado del escritorio furioso por que se vaya con otro
-Ya le escribí a la asistente del señor Kobayashi, es un poco lento debido a las 13 horas de diferencia horaria, pero estoy trabajando en ello
-Eso espero -soltó con ironía y sin dirigirle la mirada-. Ya vete a tu "cita", acabamos por hoy
-Nicholas...
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Porque YO lo digo
RomanceÉl es Nicholas Allen, el denominado demonio al mando. Ninguna asistente consigue superar el mes. Ninguna lo soporta. Desfilan como si de una pasarela se tratara. Y lo intentó con varones, pero resultó un completo desastre. Hasta que ella llegó. Dan...