CAPÍTULO 23: "Señor Allen"

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Cuatro horas de sueño, si claro, como si después de lo sucedido en un baño para discapacitados probablemente lleno de fluidos de extraños, pudiera olvidarse fácilmente. En su cabeza Danielle, tuvo sexo toda la noche

PORQUE NO PENSÓ EN OTRA COSA

Cuando su despertador sonó la mañana siguiente solo una ducha consiguió que abriera un poco los ojos. Odiaba el café, pero esa mañana sentía que si no conseguía uno sus ojos se iban a cerrar y nada conseguiría abrirlos en al menos 8 horas.

Pasó por el Starbucks que está a una cuadra de la oficina y compró el vaso más grande que tenían. Café con leche, eso era lo máximo que su estómago aguantaría.

Con un desastroso peinado subió a la oficina, hizo todo su recorrido, tomó correspondencia y demás. Encendió los computadores, incluyendo el de Nicholas, esperaba que de una vez por todas regresara a su puesto.

A las 8 de la mañana le entregaba unos documentos a Frida, cuando Nicholas, apareció por el ascensor, le lanzó la típica mirada de desprecio a su secretaria y ladró al pasar por su lado

-Ross, en mi oficina ahora.

Y siguió su camino, entró en su despacho soltando un portazo ruidoso.

-¿Qué le pasó? Que fastidio tenerlo de regreso –protestó Frida
-Eso lo dices porque eres una holgazana –la regaña por su comentario
-Ve con tu jefecito y déjame disfrutar un poco más de mi libertad
-Lleva los documentos ahora, no esperes a que llamen pidiéndolos, mueve el trasero
-¡Sí jefa!

Ignorando su protesta, Danielle, se acercó a su escritorio por su Ipad, para tomar notas, no sabía lo que quería Nicholas...

Y no tuvo que preguntarlo, apareció con impaciencia junto a ella, la agarró del codo y la arrastró al interior de su despacho cerrado y muy privado...

Contra la misma puerta la besó desesperado por revivir lo ocurrido la noche anterior. Danielle, no era la única que no consiguió dormir. Con sus fuertes manos le agarró el trasero con fuerza y la pegó a su erección. Acababa de llegar y ya tenía una. Se frotó con ganas mientras no paraba su apasionado y lujurioso beso succiona vidas.

En una abrir y cerrar de ojos los pantalones de Nicholas, estuvieron en sus rodillas y sus dedos luchaban con la falda de Danielle. A tirones se la subió hasta dejar libre sus muslos y su ropa interior

-Oye Nicholas...

Intentó detenerlo, pero enseguida tuvo su lengua en las amígdalas, el exigente beso la atontó, eso y sus manos en todas partes. Pero él, sabía lo que quería y sin preámbulos fue directo a ello. Le bajó las medias y la ropa interior de un tirón, borracho de deseo se agarró el pene y la penetró hasta el final de una sola estocada, soltando un fuerte y placentero gemido

-¡Oye!

Chilló Danielle, intentado empujarlo para que se calmara un poco. Pero Nicholas, la ignoró e inició el vaivén brusco de sus caderas, golpeando la puerta con escándalo, por suerte era una puerta resistente y no hacía tanto ruido como los gemidos que salían de su garganta... Sin nada más que rendirse le rodeó el cuello y lo besó intentando silenciar su locura, estaba un poco nerviosa por el hecho de que alguien podía descubrirlos, pero Nicholas, no dejaba de gritar de placer, así que no le quedó más remedio que cubrirle la boca con ambas manos.

Por suerte el cabeza dura se dio cuenta que golpeaba sus caderas con demasiada fuerza y alzándola en el aire dio tres pasos hacia el lado, la acomodó a su altura y continuó con su impulsivo round.

Porque YO lo digoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora