Capítulo 48: "Víspera de una reconciliación"

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Cerca de las 12 del día el celular de Nicholas, comenzó a sonar en la mesita de noche de Danielle, y ella por costumbre lo tomó medio dormida, pero cuando vio el nombre de Frida, brillando en la pantalla de IPhone, se sentó en la cama de un salto recordando la noche anterior

-¿Qué, que pasa? ¿Estás bien?

Asustado por el brusco movimiento Nicholas, también se despertó y se sentó junto a Danielle, a la espera que le dijera algo

-Lo siento, el teléfono me despertó..., es tu esposa

Le extendió el celular con una amarga sensación en la boca al decir aquella palabra. Nic, tomó el teléfono y rechazó la llamada.

-Ignórala
-¿Qué tipo de relación tienen?
-Absolutamente ninguna, yo doy las órdenes y ella obedece a cambio de dinero, mucho dinero, nada más lo prometo

Le acarició la espalda baja rodeándola con uno de sus brazos para abrazarla, Danielle, se dejó caer con cuidado en el pecho de Nicholas, mientras la acariciaba con delicadeza

-Se siente horrible decirlo en voz alta...
-Olvídate de ella, nosotros tenemos algo que hacer y no puedo esperar a irnos
-¿Seguro que puedes tomarte unos días en el trabajo? Se supone que regrese mañana a mi puesto
-Podemos tomarnos cuanto tiempo deseemos tú no te preocupes por nada
-Pero Nic, no quiero descuidar mi trabajo
-El trabajo es tuyo, nadie te lo va a quitar y ya te he dicho que si yo no estoy entonces tampoco es necesario que lo estés tú
-De acuerdo, mejor háblame de lo que quieres hacer porque no creo que tengas nada planeado
-Solos tú y yo ese es todo el plan –cuchichea besándole la oreja con ternura
-¿Tu familia no se va a molestar porque desaparezcas en navidad?
-No son los más cariñosos ni "tradicionales" cariño, así que no te preocupes por eso
-De acuerdo
-¿A qué hora te gustaría partir?
-Por la tarde Jim, me dijo que hablaría con una amiga para que me examinara los dientes y fue muy convincente cuando dijo que no aceptaba un no
-Sí, probablemente debas asistir a esa cita mientras yo preparo todo
-Puedo ayudar ¿Qué quieres que haga?
-Solo la maleta para unos días

A las 3 de la tarde Nicholas, la recogió en el apartamento y estaba particularmente ansioso por alejarse de la ciudad. Frida, lo había estado llamando durante todo el día, pero estaba decidido a ignorarla, nadie arruinaría su escapada junto a Danielle.

-¿Estás segura de esto? Porque podemos escoger cualquier otro día
-Estoy segura -le dedica una resplandeciente sonrisa cargada de complicidad y emoción
-Dime qué tan segura
-Quiero estar contigo ahora ya, lo necesito, lo necesitamos además yo solía pasar las navidades con Mika, Leo y Amanda y no quiero incomodarlos porque puede que las cosas con Mika, estén bien pero Amanda, es cuento aparte
-¿Y tu tía? Ella se va a preocupar
-Pasará la navidad con su esposo y sus amigos, a mí no me gusta meterme allí, no me agradan esos hombres
-De acuerdo, entonces es hora de irnos y mantenerte todo el tiempo pegada a mí porque no sé qué haría si te extravías por 4 días
-¿A no?
-No -le rodea la cintura para mantenerla cerca-. Estoy loco por ti, necesito saber dónde estás siempre, aunque no estemos juntos. Me tranquiliza saber dónde te encuentras
-Eso es lo más lindo que me has dicho, no hay nada antipático ni mezquino ¡estoy orgullosa!
-Pequeña revoltosa y provocadora.
-Ya dime donde será ¿la casa de la playa o esa cabañita a la que me llevaste engañada?
-Tendrás que aguantarte –depositó un suave beso en sus labios fruncidos en un puchero al no obtener la respuesta que deseaba
-Entonces tú también –refunfuñó cruzándose de brazos
-¿Qué tengo que aguantarme? –peguntó divertido con el juego
-No más toqueteo hasta no saber dónde me estás llevando
-¿Qué? –intentó no reír porque estaba seguro que eso no sucedería
-¿Me abres la puerta? –señaló la puerta de la camioneta sacándole la lengua en un gesto infantil
-Si me vuelves a sacar esa lengüita tan dulce tentándome ya que no me permitirás tocarte durante todo el maldito camino te juro que te haré pagar en la cama, conozco tus puntos débiles dulzura y te haré sufrir largo y tendido
-No me pongas ansiosa
-Que ganas de darte unos azotes –se muerde el labio mientras desvía la mirada al trasero de Danielle.
-La puerta Allen –finge seriedad cuando lo único que deseaba era sonreír

Porque YO lo digoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora