Cogió la toalla que colgaba de la ducha y la amarró a su estrecha cintura. Salió de la tina con cuidado de no resbalarse. Secó su cuerpo con pereza, adormilado.
Había pasado unas cuantas horas mirando a la nada, comiéndose la cabeza con un peli rosa que se negaba a salir de su cerebro.
Suspiró agotado y salió del baño.
De repente pega un grito y casi se desmaya al ver a Jimin sentado tranquilamente en su cama, observando sus calzoncillos de la suerte.
-Deberías cambiarlos- comentó como si nada- tienen agujeros en la parte delantera.
Muerto de vergüenza, Jungkook arrebató la ropa interior de las manos del chico, escuchando su dulce risa.
-¿Qué quieres Jimin?- dijo débilmente. Esa sensación de dolor en su corazón todavía estaba presente, no quería dañar más al peli rosa.
-Saber cuánto has escuchado de la conversación que tenía antes con Yoongi.
Mierda. Le daba mucho corte haber sido pillado como un niño pequeño escuchando conversaciones ajenas, pero no podía hacer nada. Agachó la cabeza como un perro regañado y admitió la realidad.
-Todo, lo he escuchado t-todo.
Jimin asintió lentamente y se levantó de la cama dispuesto a irse. Jungkook sintió que el aire se le iba de los pulmones por un segundo al ver que el más bajo se quería manchar así que agarró su mano. Jimin le miró y al conectar sus ojos con los grandes y tristes de Jungkook, sintió ganas de dejarse abrazar y que él le dijera que todo iba a salir bien, que le quería tal y como era.
Pero eso nunca iba a pasar.
-También venía porque Jin me ha encomendado una misión. Volveré mañana al medio día, así que entrenarás con Yoongi. Solo quería decirte eso, desearte buenas noches y comentarte que... estaré bien, supongo.
-¿Como que estarás bien?-preguntó Jungkook preocupado acercándose al cuerpo de Jimin.
-Esta misión es algo arriesgada porque hay seguridad, personas armadas. Pero no te preocupes, estaré-
Sus palabras murieron en su garganta al sentir los labios de Jungkook contra los suyos. El beso del castaño era desesperado y con poca experiencia. Se notaba que hacía todo lo posible para que Jimin no le dejara. No quería separarse del peli rosa. No quería que le hicieran daño.
Jimin gimió y tiró de los revueltos cabellos que caían sobre la nuca del castaño cuando éste introdujo su lengua en la boca de Jimin con timidez. El cuerpo de Jungkook se calentó, notando cada una de las sensaciones en su interior. Toda una jauría de mariposas solo por besar al peli rosa. El ya conocido estremecimiento de placer recorrió la columna vertebral de Jungkook cuando Jimin rozó su lengua con la de él.
La traviesa mano del peli rosa viajó por la ancha espalda del más alto, dejando ligeras caricias mientras besaba tiernamente sus hinchados labios. Pronto terminaron tumbados en la cama, con Jimin sobre el castaño.
Un agudo gemido salió de la boca de Jungkook cuando Jimin comenzó a tocar su torso, jugueteando con un pezón. Su mano siguió recorriendo la tostada piel, marcándola y dejando huella allí donde posaba sus dedos.
-Pero qué tenemos aquí...- susurró en el oído del más alto, haciendo que una corriente eléctrica atravesara su cuerpo, deteniéndose en su semi erecto miembro- ¿vas al gym, Kook?
Jimin susurró aquellas palabras mientras acariciaba las abdominales de Jungkook, besándole el cuello con sensualidad. La suavidad característica de los labios del peli rosa hacia jadear al pobre Jungkook, que notaba cómo su pene se endurecía más con cada toque. Tener los mullidos labios de Jimin rozando y lamiendo esa parte tan sensible de su piel, le estaba llevando lenta y tortuosamente al límite. El peli rosa lamió el cuello de Jungkook solo para escuchar otra vez esos gemidos que tanto le atraían. Sin darse cuenta, el castaño se había colado en su corazón.
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Pink
FanfictionCuando pensamos en el color rosa, generalmente nos viene a la cabeza lo femenino, delicado e inocente. Si vemos la vida en general de manera positiva o favorable, se dice que la vemos color de rosa. Pero cuando Jungkook vio ese color en el pelo de a...