26

174 18 6
                                    

Era tarde. El sol comenzaba a ocultarse cuando Jimin metió su pistola en la funda colocada en su cintura. Él ya estaba listo, pero Jungkook había empezado a ponerse el ajustado traje. El peli rosa observó cómo su novio se ponía la parte superior, negra y ajustada, tapando unas marcas rojizas en su espalda.

Esos arañazos se los había hecho el propio Jimin, unas horas antes. Cuando Jungkook comenzó a ponerse el chaleco anti balas sonrió, pensando en cómo había cambiado todo.

Su vida sexual, por ejemplo, era bastante activa. Mínimo tres veces por semana. Jungkook ya no era tan tímido, si no que había mostrado una faceta totalmente distinta, más caliente y seguro de sí mismo.

Eso no se lo esperaba.

Jungkook en cambio estaba atravesando una mezcla de emociones. El chico estaba entre ansioso y muerto de miedo. Saber que se iba a enfrentar a una panda de mafiosos le aterraba un poco. Bueno, le aterraba bastante. Pero le consolaba saber que tenía a Jimin y a los demás a su lado.

Se dio la vuelta y contempló a Jimin en unos pantalones anchos, con estampado militar, una camiseta negra ajustada que hacía que se le marcara todo. Todo eso junto con su pelo rosa, peinado hacia atrás dejando ver su frente, y esa mirada tan decidida...

El moreno sabía que acababan de hacer el amor, pero no le importaba quitarle todo la ropa a Jimin y hacerle gritar su nombre ahí mismo.

Ambos chicos escucharon cómo SeokJin les llamaba desde abajo, así que se encaminaron a la puerta, pero antes de salir por ella, Jungkook cogió la mano de Jimin. El peli rosa le miró justo cuando Jungkook capturó sus labios en un pequeño beso, un simple roce de labios.

-Cuando terminemos todo esto, me casaré contigo y tendremos hijos- susurró el moreno cuando se separaron.

Jimin le miró, intentando buscar algo de duda en sus ojos, pero solo encontró seguridad y una cantidad infinita de amor. Tanto amor que su cuerpo tembló. Le regaló una pequeña y cariñosa sonrisa antes de unir sus narices en un beso esquimal, un beso que tenían la costumbre de hacer cuando se iban a dormir.

Solo esperaba que ese deseo de Jungkook se pudiera cumplir.

-🌸🌸🌸-

-Por favor Tae suéltale, se está poniendo morado.

-¡No!- el embarazado no soltaba el cuerpo de su mejor amigo, el cual se removía intentando salir.

Tras muchos esfuerzos, Jungkook consiguió salir vivo. Todos suspiraron y se dispusieron a marcharse cuando Taehyung cogió de la mano a Yoongi.

-¿A dónde te crees que vas sin despedirte? Cerdo insensible- le dijo.

Ahora Yoongi era la nueva víctima de los abrazos apretados de Tae, algo difíciles por culpa de la barriga. Se separaron y Yoongi abrazó rápidamente a Hoseok. Empezó a dirigirse a la camioneta donde le esperaban los demás, pero dio media vuelta con rapidez y besó las mejillas de la pareja.

-Volveré, lo prometo- dijo mirándoles fijamente.

A Tae se le aguaron los ojos.

-Muy buena Romeo, ahora no dejará de llorar- se quejó Hoseok.

-Creía que el bebé no había nacido todavía- bromeó el peli gris.

Pink   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora