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Entré a mi habitación de madrugada después de estar concentrado en el entrenamiento. Gracias a los conocimientos que Jin me enseñó, sabía que no estaba solo.

-¿Pasa algo?- le pregunté al rubio que estaba sentado en mi cama.

-Namjoon, tenemos que hablar.

Suspiré algo cansado, tiré mi bolsa de deporte a un lado y me senté con él en la cama.

-¿Qué he hecho ahora? Si es porque el otro día intenté besarte yo...

Antes de que pudiera continuar, Jin agarró mis mejillas y unió nuestros labios. Di un respingo porque no me lo esperaba. Siempre era yo el que trataba de acercarme al rubio, recibiendo rechazos de su parte.

Pero ahora estaba rozando su lengua contra la mía, dando pequeños picos a mis labios, disfrutando de ellos.

Cuando nos separamos, me quedé contemplando como un bobo su rostro. Siempre le miraba así.

-Tenemos que hablar de lo nuestro- siguió hablando tan tranquilo- ¿Qué somos, Namjoon?

La pregunta me tomó por sorpresa, pero por suerte yo tenía una respuesta. Me coloqué bien las gafas y le contesté.

-Bueno, supongo que como habrás notado desde el maravilloso día en el que nos conocimos, yo siento algo por ti. Y sé que tú también sientes algo por mi, Jin.

El rubio me miraba serio, sin moverse. Yo me estaba empezando a poner nervioso porque había aprendido que si SeokJin se mantenía quieto mucho tiempo, algo iba a pasar.

Y pasó.

Jin se quitó la máscara que protegía sus sentimientos delante de los demás. Esa máscara de seriedad que no funcionaba conmigo. El rubio volvió a besarme y yo le correspondí inmediatamente. Atraje su cuerpo al mío y lo rodeé con mis brazos. Cuando nos separamos por la falta de aire, mordí con delicadeza sus rosados labios y besé sus mejillas.

-Nam...- jadeó, algo desorientado por la intensidad del beso- quiero que lo hagamos...

-¿Hacer qué, bebé?- le pregunté mientras juntaba su nariz con la mía.

-Quiero que hagamos el amor, aquí y ahora.

Debe ser que expresé demasiado la alegría que sentía en mi cara porque Jin se rió con dulzura y me besó. Tumbé el cuerpo del rubio en la cama y me acomodé entre sus piernas. Atrapé su labio inferior entre mis dientes y tirando de él comencé a besarle con ansias, siendo correspondido con rapidez.La ropa empezó a desaparecer entre mis sábanas a medida que el calor se iba acumulando en nuestros cuerpos. Contemplé el cuerpo desnudo de Jin y casi me da un ataque al corazón. Este hombre era demasiado hermoso.

-¿Quieres una foto?- preguntó entre risas. Yo solo cogí el móvil que estaba en la mesilla de noche y le saqué una foto rápida.

Jin me miró sonrojado desde abajo.

-Dime que no acabas de hacer eso- dijo con los ojos como platos.

-Es un recuerdo, para en un futuro la gente me crea cuando les diga que me acosté con el hombre más bello del mundo.

Jin se rió y me miró como nunca antes lo había hecho. Había amor. Su mirada estaba llena de amor. 

-Te quiero, Namjoon- dijo mientras bajaba los boxers que yo tenía puestos. 

Me quedé helado por unos segundos. Me había dicho que me quería. Kim SeokJin, el chico que llevo persiguiendo desde que nuestras miradas conectaron. El asesino más peligroso del país.

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