Pink

22

El saco de boxeo tembló bajo el fuerte puñetazo del chico. Otro. Y otra vez. Estaba tan concentrado que no se fijaba en que otra persona le observaba. Jin miraba a Namjoon desde las sombras, admirando cómo el sudor bajaba por los marcados bíceps del moreno. .

Su mente estaba perdida. Perdida en cuando Namjoon solía pegarle al saco, inmerso en sí mismo. El artefacto apenas se movía por los puñetazos de Namjoon. Ahora el saco se balanceaba con fuerza. Las cosas habían cambiando tanto en tan poco tiempo.

Namjoon se dio la vuelta, secando su frente con una toalla. Entonces su mirada conectó por fin con la del rubio.

-¿Cuánto llevas ahí?- preguntó.

Jin se encogió de hombros y le ofreció una botella de agua.

-Veo que estás en forma. El coma no te ha afectado mucho a tu físico.

-Ya, pero a mi cabeza sí.

Ambos chicos se quedaron en silencio, mirándose.

-Lo siento mucho, Jin- susurró Namjoon.

El rubio iba a preguntar qué sentía cuando los labios del moreno atacaron los suyos, haciéndole callar.

Jin se agarró con fuerza a los hombros del moreno cuando él comenzó a besarle con ansias, mordiendo sus labios y conectando sus lenguas. Se separaron y Namjoon unió sus frentes, mirándole fijamente de cerca.

-Sabes perfectamente que siempre te he seguido y te seguiré a donde sea, Kim SeokJin- le susurró el moreno sobre sus labios.

Jin apoyó sus manos en el pecho de Namjoon. Sentía su corazón, acelerado.

-Lo sé, pero tengo miedo de perderte. Por eso no quiero que me sigas esta vez. Te necesito vivo.

Namjoon apretaba su mandíbula, con el ceño fruncido.

-Yo también quiero partirles la cara a esa mierda de Lupus.

-Y yo quiero quemarles vivos, por eso déjame pensarlo- dijo Jin. Su tono de voz cambiando, sus ojos perdiendo todo su brillo. Namjoon sabía lo que eso significaba. Jin volvería a los tiempos en los que era el asesino más famoso de Corea.

-🌸🌸🌸-

El peli rosa no podía dormir. A su lado, Jungkook estaba profundamente dormido, respirando con la boca abierta y un poco de baba en ella. Tan adorable.

Se levantó de la cama y deambuló por los pasillos de la casa. Pensó en colarse en la habitación de Yoongi y robarle unos cigarros ya que a él se le habían terminado.

Fue en dirección a la habitación del peli gris cuando vio la luz del despacho de Jin encendida. El rubio estaba roncando, totalmente derrumbado sobre la mesa. Jimin le sacudió, para despertarle.

El rubio se incorporó, desorientado. A su lado había una botella de soju vacía.

-Jin... ¿Estás borracho?- le preguntó Jimin con voz suave.

El rubio negó, cerrando los ojos otra vez. Jimin le obligó a levantarse y se dispuso a ayudarle a volver a su cama cuando Jin rompió a llorar.

-S-Soy tan desgraciado Jiminie... No puedo más....- lloriqueó- quiero a mi Namjoon, el auténtico Namjoon. El chico con el que me casé, al que mandaron a matarme y estaba detrás de mi precioso culo todo el rato.

Jimin sentó el frágil y triste cuerpo de SeokJin en el sillón del despacho. Se sentó a su lado y abrazó al rubio, haciendo un esfuerzo por no alejarse por la peste a alcohol.