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Esta vez llegaba tarde. Corría por los pasillos del hospital hasta llegar a su habitación. Cuando abrió la puerta, le pareció no verle en la cama y el pánico se apoderó de su cuerpo.

Con la pesadilla que había tenido anoche, sobre que esa persona desaparecía sin explicación alguna y él lo perdía. Esa era su peor pesadilla, perderle.

Por suerte seguía ahí, tumbado y conectado a los cables como siempre. Seguía estando igual, algo más delgado tal vez. Pero estaba seguro de que si abriera los ojos, éstos brillarían al verle y soltaría alguna frase estúpida para aliviar el ambiente. Así era Namjoon.

-Te has atrasado.

La amable enfermera que solía atender a su marido estaba revisando una tabla.

-Lo siento, pero pasé a comprarme un desayuno- dijo levantando la bolsa de bollos.

-Será mejor que alejes eso de mi antes de que te quedes sin la bolsa- le respondió la enfermera para luego salir de la habitación, dejándole solo con él.

El rubio se sentó en su sillón de siempre y tomó su mano.

-Te tengo tanto rencor- le dijo- joder, me costó tanto darme cuenta de que te amaba para que luego me dejes, ¡Eres un caos Kim Namjoon!

No se había fijado, pero las lágrimas habían vuelto a aparecer. Tenía ganas de despertarlo a puñetazos.

-Solo... Abre los ojos...- gimió entre sollozos.

La puerta se abrió con un estruendo.

-Mierda, esta no es la cafetería.

Un chico joven miraba la habitación, desorientado. Jin le miró atentamente y no pudo pasar por alto su barriga. Estaba embarazado.

-Perdona, estaba buscando... ¿¡Eso son bollos!?- dijo el chico relamiéndose.

El rubio se limpió con rapidez las lágrimas y le ofreció la comida. Solo cuando el chico tuvo la boca manchada de azúcar, le miró con ojos como platos y luego a Namjoon.

-Joder...- dijo mientras seguía comiendo- lo siento, acabo de darme cuenta de que está...

-Tranquilo, está bien... ¿de cuánto estás?- preguntó señalando su barriga.

-Cuatro meses, ya me está dando la lata, toca.

El chico acercó su mano con miedo y él la puso sobre su estómago. Sintió el bebé moverse y la sensación de estar llorando volvió a él. Él debería estar así. Debería estar lejos de los Koi, con Namjoon, teniendo hijos. Tal y como habían planeado.

-Seguro que todo saldrá bien, esto....- intentó consolarle el moreno al ver su cara hecha polvo.

-Jin, Kim SeokJin- se presentó, intentando no romperse ante él- y él es Kim Namjoon.

-Encantado, yo soy-

El sonido de la puerta abriéndose interrumpió al chico, que miró interrogante la persona que había osado molestarle mientras hacía amigos.

-Por fin te encuentro, no puedo ir un segundo al baño...

Un peli rojo había entrado en la habitación y se apresuró a apartar al chico.

-Lo sentimos, estábamos buscando la cafetería...

-No pasa nada- dijo Jin para tranquilizar al futuro padre.

-Yo me llamo Jung Hoseok. Él es Kim Taehyung- se presentó el peli rojo con una peculiar y radiante sonrisa. Ambos chicos emanaban una sensación de familiaridad, tranquilizándole.

Pink   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora