Cuñados || JOERICK || •Terminada•

21 | Un demonio de el pasado

Después de haber pasado toda la tarde caminando el centro comercial, Mamá me agarraba fuerte de la mano mientras íbamos a casa.
— Mami, Me tomas demasiado fuerte — Dije mientras trataba de Librarme de su amarre.
— Cariño — Me soltó un poco la mano — Las calles están muy solas y oscuras, No queremos que un hombre malo te lleve ¿o Si? — Negué inmediatamente con la cabeza. Ahora era yo el que se aferraba a su mano.
Las farolas Daban una tenue luz en las calles, Formando un entorno parecido a una película de terror.
Al acercarnos a casa escuchamos unos gritos provenientes de esta. Papá está en casa. Pegué mi rostro al antebrazo de mamá y apreté por unos segundos los ojos.
— Tranquilo cariño — Sobo mi cabello mientras lentamente me llevaba a la entrada de la pequeña casa.
Mamá sacó las llaves de su bolsillo para luego introducirlas en la cerradura de la puerta. Al abrirla lo primero que escuchamos fue un ¡MALDITOS! de parte de papá.
— Mami... — Susurré con la voz temblorosa.
— Quiero que salgas inmediatamente a tu habitación y cierres con llave, Tu hermana hoy dormirá con Tu tía Susan. — Entramos a casa y mamá cerró la puerta. Al sentir otro grito de papá corrí a mi habitación y cerré la puerta con llave como mamá me ordenó. Mi corazón golpeaba bruscamente contra mi caja torácica mientras intentaba calmar mi Respiración.
— ¡DONDE ESTÁ MI MALDITA CERVEZA! — Escuché a través de la puerta los gritos de papá.
— No lo sé cariño — Dijo mamá. Sentí miedo en su voz y eso hizo que corriera a mi cama y me tapara con las sabanas de pies a cabeza.
— TENGO HAMBRE MUJER!
— ahora te la preparo
— ESTUVISTE TODO EL MALDITO DÍA EN LA CALLE, QUIZÁS CON QUIEN TE ESTABAS REVOLCANDO! MALDITA ZORRA!
— Elian, sabes que no seria capaz de eso, respetame.
— ¡CALLATE!  MALDIGO EL DÍA EN QUE ME METÍ EN ESTA CASA CONTIGO Y ESOS BASTARDOS. — Sus gritos hacían que todo mi cuerpo temblara.
— Pero Elian como puedes — Su voz fue interrumpida por un golpe sordo. Me quedé hecho hielo en la cama. — ¿¡Por que me pegas!? — Escuché otro golpe.
— QUE TE CALLES! — Gritó papá mientras propinaba otro golpe. Tapé mis odios con mis manos intentando no escuchar los gritos de suplica  de mamá, Quería salir a ayudarla  pero debo obedecerle. No me di cuenta el momento en que los golpes cesaron. Bajé de la cama y lentamente me acerqué a la puerta. Posé mi mano sobre la Chapa y la giré quitando el seguro. Abrí la puerta y asome mi cabeza, Mis ojos escrutaron Toda la casa en busca de mamá pero no la encontré. Vi la sombra de alguien alto y corpulento acercarse a la sala, Entre a la habitación y cerré la puerta rápidamente. Corrí a la cama nuevamente y me escondí tras la sabana. Escuché como la puerta rechinaba al ser abierta, Un frío recorrió todo mi cuerpo y mi pulso se aceleró.
— Cariño — Escuche la voz de papá y sentí como mi Corazón paralizo por unos segundos. — ¿Estas ahí? Soy papá. — Al escuchar como Sus pasos se acercaban sentía como cada vez la respiración me faltaba, mis pulmones no querían pasarme oxigeno y empezaba a marearme.
Cuando sentí su peso sobre el colchón, Mi corazón Quería romper mi caja torácica y salirse. Su mano tocó mi pierna sobre las sabanas mientras sobaba lentamente mis muslos. — Cariño... — Volvió a susurrar. Cuando me di cuenta las sabanas ya no me cubrían y al encontrarme con sus ojos color miel perdidos en el color rojo de su ___ palideci. Una sonrisa diabólica se formó en su rostro y bruscamente me dio media vuelta quedando de espaldas a el. Mis ojos empezaron a llenarse de lágrimas. Sus manos frías tocaron por de debajo de mi suéter mi abdomen, Con mi rostro pegado a la almohada las lágrimas quemaban mis mejillas mientras los sollozos desgarraban mi garganta.
— Otra vez no papito, Por favor... — Suplique entre llantos, con una pizca de esperanza de que hubiera un poco de piedad en el — Por favor, papá... Me Lástimas — Solloze. — Bruscamente sus manos se deshicieron de mi pantalón quedando completamente desnudo ante el, Otra vez. Solté un grito desgarrador, Mientras pedía socorros de algún ángel, de algún Dios que me liberara de las Garras de este demonio.