se había hecho de mañana, la claridad entraba por mi ventana y asustada veo la hora pensando que ya era de tarde, resultaba que me había despertado 30 minutos antes de que sonara la alarma, ¿pero por qué?. Salgo de la ducha y aun me queda tiempo de sobra, empiezo a vestirme, me hago un moño en el cabello, un poco de maquillaje en el rostro, incluyendo un labial rosa pálido, y el conjunto que había escogido para ese día era un vestido hasta la rodilla color azul marino combinado con unas zapatillas de colores pastel, al terminar decido bajar para poder desayunar, nunca había tenido hambre a la hora del desayuno, ¿Qué estaba pasando?.
- Señorita, buenos días. Es usted mi hija? – como era de esperarse, mi madre estaba sorprendida (al igual que yo)
- Buenos días, mamá. – contesto al acomodarme en el desayunador
- Deseas desayunar?
- Si, por favor. Tengo mucha hambre.
- En serio, eso sí es todo una novedad. – estaba sorprendida o feliz? Creo que ambas.
Mi madre me sirve el desayuno y empiezo a devorarlo como niña perdida, todo estaba realmente delicioso, al acabar, subo a mi habitación para poder cepillarme los dientes y darme los últimos retoques antes de irme a estudiar.
De camino al colegio empiezo a pensar sobre mi estado emocional, ¿a qué se debía ese cambio? La verdad que me emocionaba mucho la idea hablar sobre el tema (el libro) con Aitana, lo mejor es que me daría el libro que seguía, "50 sombras oscuras" algo así creo que me dijo que se llamaba, quería saber que pasaba con anastasia después de haberse alejado de Christian, saber si había conocido a alguien más o regresado con él, no tenía ni la más mínima idea, pero lo averiguaría. También me entusiasmaba ver a Christian, al chico nuevo de mi colegio, súbitamente en el fin de semana, mientras leía, crecía mi interés hacia él, cada vez que Anastasia hablaba sobre su Christian, yo me imaginaba a mi Christian (que no es mi Christian) porque tontamente creía que tal vez sus nombres creaban un vínculo entre ellos, y sus personalidades podrían ser parecidas.
- Cuidado! – grita alguien que me intenta esquivar con su motocicleta, mientras que yo caigo sentada a la orilla de la calle.
- Te encuentras bien? –pregunta el chico mientras baja de su motocicleta corriendo hacia mi dirección.
- Sí, estoy bien. – contesto levantándome y sobando mis caderas.
- Oye, ten más cuidado, ibas muy distraída, desde antes que cruzaras pité para que vieras que iba, pero no me escuchaste.
- Perdóname, es que llevo muchas cosas en la cabeza, creo que han consumido mis neuronas.
- Bueno, tranquila. Que bien que no paso a más, te dejo, tengo que seguir mi camino.
- Perdón otra vez, adiós. – me despido mientras cruzo la calle para finalmente llegar a mi colegio.
En los pasillos del colegio de camino a mi primera clase, me encuentro con Aitana, sonreí al verla porque estaba esperando todo el fin de semana para poder hablar con ella, me ve y me sonríe, llegamos juntas a la entrada del salón.
- Hey, que tal, Ait! – saludo con entusiasmo.
- Wow! Nunca pensé que te emocionara verme.
- Ja! Bueno, solo un poco.
Entre risas decidimos entrar para tomar cada una su lugar, e instintivamente empiezo a buscar a Christian con la mirada, y en efecto, ahí estaba, en el otro lado del salón, lo más lejos que se podía estar de mí, no entendía por que tanto interés había crecido hacia él, cada vez me resultaba más atractivo, la atracción física existía entre nosotros, bueno, solo en mi parte. Y no sé si la intensidad de mi mirada era tan fuerte que él pudo sentirla y con una sonrisa exquisita voltea a verme, y como tonta intento sonreír (falsamente) para luego voltear a ver a Aitana que casualmente se encontraba viéndome con una sonrisa de "te vi" y en efecto, así fue.