CAPITULO #12:

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Los labios de Christian son suaves y fríos, justamente como lo imaginé. El primer beso que empiezo a disfrutar de verdad. ¿Podría aceptar este como mi primer beso? No era que me avergonzara de mi beso con Adam, pero cada vez al recordarlo la incomodidad me invadía, y tal vez sería mejor si lo olvidaba.

Escucho a lo lejos que están tocando una puerta incesantemente, ese ruido molesto hace que Christian se aleje cada vez de mí, ni siquiera dice nada, solo se aparta de mí y con una sonrisa en sus hermosos labios se marcha.

- ¡¡PAULETTE!! – grita mi madre y me sobre exalto al verla entrar de repente a mi habitación.

- ¿Qué pasa? ¡Me asustas! – mi corazón desbocado late a toda velocidad, estaba soñando que me besaba con Christian y mi madre sin aviso entra con un exagerado escándalo.

- ¿No piensas ir a estudiar? Son las seis con cuarenta y cinco y tú aun sigues dormida.

- Eso no es cierto – digo sin concordar con la afirmación de mi madre, mientras me volteo en dirección a la mesa de noche que se encuentra a la par de mi cama donde está mi reloj rosado de princesas. Casi quedo en shock al darme cuenta de que ella tenía la razón, se me había hecho tarde, ahora solo contaba con quince minutos exactos para prepararme e irme a estudiar.

- ¿No dormiste bien? – pregunta la señora que se encuentra parada delante de mi cama a la expectativa de mi respuesta.

- Es que... - no sé qué contestar mientras me apresuro al armario para tomar mi ropa y empezarme a vestir. – anoche estaba preparando lo que haremos hoy con Christian, no quiero que perdamos tiempo y espero que todo quede perfecto, me interesa impresionar a la profesora. – finalmente termino de vestirme por completo para luego ir hacia el tocador y amarrar mi cabello.

- ¿Desayunarás?

- ¿Me lo preguntas cuando me acabas de sacar de mi cama porque ya es tarde?

Sin decir nada más dejo a mi madre en mi habitación para para bajar las escaleras y tomar mi bolsa que está en la entrada de mi casa para luego salir y empezar a correr hacia la escuela.

Mi condición física no me permite avanzar con más velocidad y el cansancio se hace presente, por suerte me encuentro a Aitana que al parecer venia de mi casa.

- ¿Por qué no me has esperado? Se supone que yo pasaría por ti siempre.

- Lo siento, lo había olvidado. Mi madre me despertó hoy y era demasiado tarde, así que en respuesta solo me preparé y sin pensarlo tomé camino. – contesto mientras con las energías que aún me quedan intento subirme a su motocicleta.

- ¿Te has quedado dormida? – pregunta en el momento que acelera para dar marcha.

- Así es, no he desayunado, tengo hambre.

No sé si Aitana ya no me escuchó lo último que dije, pero ya no responde, así que avanzamos en silencio. Quería contarle a Aitana la verdadera razón por la cual me había quedado dormida, pero no me sentía segura al respecto, de cierta manera me resultaba vergonzoso que ella supiera el tipo de sueños que tenía con Christian, aunque después de todo ¿Qué tiene de malo un beso?

- Listo, Paulette. Hemos llegado.

- Iré a la cafetería por algo de comer, sino como algo antes de entrar no poder concentrarme. Te alcanzo dentro y luego me pasas tus apuntes, ¿podrías?

- ¡Okay! Preciosa. No te tardes mucho

Casi en dos segundos me termino lo que he pedido, y sin perder más tiempo me voy a mi salón de clases. Y como es mi rutina diaria desde que Christian entró al colegio, empiezo a buscarlo con la mirada, y en efecto esta en el lugar que yo esperaba que estuviese, en el escritorio que queda al otro lado del mío. Nuestras miradas chocan y sonreímos al mismo tiempo, teníamos conexión, y eso me gustaba, me aterraba pensar que la atracción solo existía de mi parte.

14Where stories live. Discover now