—Pensé que estarías con tu madre y hermanas en México —la opinión de Alice sonó más como una reprimenda.
—De hecho, estaba allá. Pero como Carol y Santana llegaron... Por fin puedo regresar a mi trabajo.
—¿Elizabeth Ángeles trabajando? —Alice estaba sorprendida. Carol rió con incomodidad.
—Se que suena a algo jamás pensado. Pero, estoy tratando de ahorrar dinero… Quiero irme de la casa en cuanto mi madre muera —dijo sin una pizca de dolor o tristeza.
Elizabeth siempre había sido la más fuerte entre las hermanas Ángeles. Y eso es lo que todas las amigas le envidiabamos. Aunque no siempre dejaba salir sus verdaderos sentimientos y con el paso del tiempo explotaba.
—¿Y en qué trabajas? —le preguntó Alice.
Eli lo pensó por unos segundos, se decirle su verdadero trabajo, o inventarse otra cosa.
—Sólo hago unos encargos para la familia de Emma —apuntó con la barbilla al chico frente a Alice.
—Me parece bien… Siempre y cuando no te metas en problemas como la última vez —Alice recordó la vez que Mónica, Lucía y Alice la habían ido a sacar del ministerio público, por entregar volantes con propaganda indecente a unos menores de edad.
—No se volverá a repetir —le aseguró Eli—. Pero ahora tu ayúdame a entender algo…
—El coche se detuvo en medio bulevard y Emma es el único que contestó a mi llamada —se apresuró a decir Alice.
—Y como el mecánico que atiende las veinticuatro horas se tardó un rato para atendernos, Alice tenía hambre y vinimos a comer lo que había en mi refrigerador —apuntó a su departamento.
—Y de paso se duchó —los labios delgados de Eli se juntaron hasta formar una línea horizontal.
—¿Quién eres? ¿Mi esposa? —Emmanuel se acomodó las muñecas de la cazadora gris.
—Bueno. Solo vine a dejarte ésto —le tendió las bolsas y Emmanuel las tomó—. Tu hermana quiere que le contestes los mensajes de voz cuanto antes… Podría ser una cuestión de vida o muerte —les dió una última sonrisa y se dirigió al elevador.
—Espérame un momento —Emmanuel se apresuró a su departamento y Alice se quedo parada pensando en lo que Eli podía haber hecho con él, si ella no estaba cerca.
Alex: Hermana. Papá me ha contado lo que pasó con Adrián.
Alex: Espero no verlo cerca de ti, porque le rebanó la cabeza en cuanto lo vea.
Alex: Iré a México para ver a mamá. Espero verte por allá. Tenemos muchas cosas que contarte.
Una media sonrisa se dibujó en el rostro de Alice. ¿Su papá ya sabía lo del incidente con Adrián y no había hecho un escándalo?. ¿Porqué no la llamó tan siquiera para saber si estaba bien?. ¿Porqué se hacía preguntas mentales que solo la hacían sentir más mal de lo que ya la estaba pasando?. ¿Qué es lo que dirán su papá y hermanos cuando se enteren que Adrián tiene un hijo de cuatro años con la "pobre" chica a la que le habían dado asilo por semanas?. ¿Su mamá estaría bien?. ¿Porqué Alice seguia preguntándose cosas con una voz de locutor teniendo ya enfrente a Emmanuel?. Quién la miraba como si estuviera loca, por cierto.
—Alice. ¿Nos vamos?.
—Seguro.
En el camino de regreso su celular comenzó a sonar como loco. Había ignorado cuatro llamadas de números desconocidos, pero a la quinta vez que el celular sonó; el identificador había rastreado el nombre de Tom.
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Embarazada De Mi Mejor Amigo
Novela JuvenilAlice: ¡Adrián! Estoy embarazada. Adrián: ¿Qué?. ¡Dime que es una broma pesada! Alice: No es una broma, carajo. ¡Por una vez en tu vida toma las cosas con seriedad, Adrián! Adrián: Lo siento... Alice... Yo... E.D.M.M.A. [En edición constante] Inicio...