3.

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La noche transcurre y los dos apenas pueden dormir, la angustia de Thomas lo despertaba cada tanto y la ausencia del mismo no ayudaba a Christopher en lo absoluto, ¿desde cuándo no dormían separados? Definitivamente no lo sabían, pero el calor del cuerpo ajeno siempre les ayudó a conciliar el sueño. Al menor le gustaba abrazar la cintura de su hermano y clavar su nariz en el cabello del mismo, aspirando hasta lo imposible su delicioso aroma a vainilla; Thomas disfrutaba plenamente como la cálida mano del rubio se paseaba por su cuerpo hasta que ambos se dormían.

Era una completa lástima que fueran lo suficientemente orgullosos como para buscar al otro.

[...]

El sol se cuela por los espacios que hay entre las cortinas y eso ayuda a que ambos hermanos despierten, Thomas lo hace primero y aprovecha para, igualmente, ser el primero en ducharse. Se tarda más de lo normal, pues más que bañarse, pasa gran parte del tiempo perdido completamente en sus pensamientos, no le sería tan fácil olvidar a Christopher bailando con la mujer que él escogió por quién sabe qué razones.

—"¿Thomas?"—Escucha la característica voz del menor afuera del baño, más no dice nada.

El silencio reina por algunos segundos, el pelinegro estaba tan dolido, se rehúsaba a responder; sin embargo, él era inteligente, usaría eso a su favor, no podía dejar que aquella situación le costara años y años de sacrificio.

—"¿Cariño?"—Esta vez, la voz está detrás de la cortina y él se gira para darse cuenta que alta silueta de Christopher está ahí.—"Thomas, tenemos que hablar..."

—"Me estoy duchando, ¿acaso no puedes esperar?"—Sus palabras son tan secas y frías que instantáneamente hieren al rubio.

Lo último que escucha es la puerta cerrarse.

[...]

—"¡Pensé que era buena idea, Thomas, sólo lo hice por eso!"—Grita el menor y el pelinegro sólo atina a entrecerrar los ojos.

¿Por quién lo estaba tomando? Lo conocía de toda la vida y aún así creía que podría engañarlo.

—"Claro, te creo."—Le sonríe y se acerca lentamente a él.—"Es decir, ¿por qué me mentirías?"

Y jugaría con su mente hasta que Christopher no pudiese más, no iba a dejarlo tan fácil, nadie podría quitárselo así como así.

—"No estás hablando en serio, yo..."

—"Hablo en serio, amor, yo..., siento todo esto, sabes lo malo que soy manejando los celos."—Su pulgar acaricia la rasposa mejilla de su hermano.—"Confío en ti y..., estuve pensándolo, vas a pedirle matrimonio y quiero que le des esto..."—Saca un llavero de su bolsillo y de este un anillo con un rubí en el centro, el menor abre los ojos a más no poder y niega varias veces con la cabeza.—"Dáselo como anillo de compromiso."

Christopher toma el anillo y lo observa a detalle, Thomas lo podría usar sin ningún problema, sus manos eran delgadas y bastante finas, si no fuera porque era, evidentemente, para una mujer, el pelinegro difícilmente se lo quitaría o lo prestaría para algo así.

—"Te lo devolveré apenas todo esto se termine."—Promete y después lleva la mano del más bajo a sus labios, besando el dorso de la misma.

"Más te vale" piensa el mayor de los Sharpe.

[...]

En la noche de ése mismo día, Christopher y Thomas se encontraban arreglados y esperando su carruaje. Otra cena, esta vez en la residencia de los Cushing, los esperaba. Sería meramente para discutir respecto al proyecto que les presentó el inglés, según tenía entendido, era probable que Carter Cushing hubiera aceptado, después de todo, el apoyarlo. Ambos vestían de negro como habitualmente lo harían, con la única diferencia de que eran trajes elegantes, no podían presumir que eran los últimos de algún diseñador, pero ellos no necesitaban eso, tenían el porte suficiente como para que la marca fuera lo de menos.

Crimson Peak |Thorki/Hiddlesworth|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora