Crimson Peak |Thorki/Hiddlesworth|

8.

El ambiente tenso entre los hermanos era palpable. Estos apenas se dirigían la palabra y durante unos cuantos días, Thomas usó sus camisas abrochadas por completo, tenía unas horribles marcas violáceas en su cuello que no sabía cómo cubrir o explicar. La indiferencia del pelinegro hería a profundidad al rubio, sabía que se lo merecía, sin embargo. Había sido un salvaje con su hermano; actuó completamente fuera de sí y no podía culparlo por no querer siquiera verlo.

—"¿Está todo bien entre Thomas y tú?"—La mujer acaricia el semi-largo cabello del oji-azul.—"Los escuché discutiendo la otra noche..."

—"Peleas de hermanos, nada de qué preocuparse."—Toma la mano de la chica y la pone sobre su hombro.

—"Últimamente ni siquiera come con nosotros, si hay algo que pueda hacer..."

—"No, querida, necesita tiempo. Elizabeth lo cuida bien, estoy seguro de eso."—Forza una sonrisa.

Thomas se la había pasado pegado a Elizabeth, Sebastian y Christopher desde su pelea. El menor se sentía jodidamente frustrado, no podía hacer nada para que el otro quisiera hablar con él, iba a su habitación en las madrugadas y este lo echaba a patadas, durante el día se la pasaba encerrado en su cuarto y ya no sabía qué más hacer. Comenzaba a aborrecer a Edith porque, según él, todo había sido su culpa, ella lo había besado, ella..., ugh, ella hacía todo más complicado y deseaba con todas sus fuerzas el jamás haberla escogido.

—"Amor, estás algo decaído y de verdad, si yo pudiera..."

—"No, Edith, no puedes hacer nada, ya se le pasará, ¿bien? Así es Thomas."—Se levanta de la silla y toma su abrigo.—"Iré a ver cómo va la reparación del techo."

Abandona el lugar dejando a una herida chica detrás de él. Al parecer, las emociones de Thomas resentían mucho en el rubio, como si este las sintiera multiplicadas. Si Thomas estaba enojado, Christopher se ponía tenso e irritable con todos menos con él; si Thomas estaba decaído, Christopher también y lo seguía como un perrito faldero intentando animarlo. Oh, pero si ella, su esposa, se ponía de mal humor, Christopher la culpaba y le decía que debía ser menos irritable y si de casualidad le dejaba ver que estaba triste, Christopher no iba a animarla, simplemente le ofrecía un jodido té amargo y le daba un par de palmadas diciéndole que todo estaría bien.

Intentaba entenderlo, a final de cuentas, Thomas era su hermano, pero a veces los encontraba en situaciones tan..., raras. Christopher se le acercaba más de lo necesario o Thomas le susurraba cosas antes de que se fueran a "dormir" a sus respectivas habitaciones y cuando despertaba en la madrugada, el rubio no estaba. Aquello iba fielmente de la mano con que el parecido entre ambos era nulo, uno era rubio, el otro azabache, uno era tan pálido como una hoja de papel, el otro estaba ligeramente bronceado; ni hablar del tema de la musculatura y la altura, que si bien, ambos eran monstruosamente más altos que ella, no quitaba el hecho de que Thomas, a lo mucho, estaba a la altura de la nariz de su "hermano".

No quería pensar mal, de verdad que no, pero eran tantas cosas... No podía preguntarle a su esposo para salir de dudas, sería una ofensa monumental. Y se regaña a sí misma por estar pensando tales cosas, no podía estar confundiendo una relación tan buena de hermanos con algo más. Pecaba de imprudente.

[...]

—"¿No la vas a..., ahora, cierto?"—Cuestiona el hombre que bebe de una copa mientras yace sentado en un sillón.

—"Por supuesto que no, aún no firma los papeles."—Deja su segundo cigarrillo en el elegante cenicero.—"Además, Christopher es el que tiene que encargarse de ella."

—"¿No eres tú el que hace eso?"—El castaño alza una ceja.

—"Sebastian..."—Regaña otro hombre a su lado.