Exhala el humo del cigarrillo mientras su pierna se mueve constantemente de arriba a abajo. Los copos de nieve caen y él los observa a través de la ventana de su habitación; hacía frío, el clima provocaba que su nariz se tornara roja y sus manos temblaran ligeramente al sostener el cigarro. El abrigo que porta evidentemente amortigua el casi insoportable frío, pero no es suficiente, se pregunta cómo estará su hermano, ¿cómo podía soportar estar afuera considerando las condiciones climáticas? ¿Cómo podía no enfermarse? ¿Estaría bien abrigado? Suspira, totalmente rendido. Su cabeza gira ligeramente hacia la izquierda y da un pequeño salto al ver de imprevisto al rubio-castaño parado en el umbral de la puerta.
Lo mira expectante.
—"¿Cenarás aquí? Edith cocinó y..."
—"Bajaré en un momento."—Corta el pelinegro.
A Christopher no le queda nada más que asentir y retirarse con la mirada gacha. Thomas lo compara con un cachorro regañado.
"Espera", quiere decir, quiere detenerlo y..., y quizá disculparse con él, pero todo lo que hace es observar la ancha espalda del menor desaparecer por el sombrío pasillo. Deja el cigarrillo en su cenicero, posteriormente pasa una mano por su rostro y siente unas inmensas ganas de gritar, de llorar ¿Podría seguir soportando la situación en la que se hallaba? Necesitaba que Edith se largara de una buena vez y que dejara de abrumarlo. Estaba harto de esperar a que Christopher hiciera algo..., parecía que él ni siquiera quería hacerlo.
Cinco minutos es lo que le lleva recorrer el pasillo y bajar las escaleras. Se quedó parado al final de las mismas, pensando en si debía ir y cenar con ellos después de casi dos semanas sin hacerlo. Finalmente cede. Entra a la cocina y la única interacción que tiene con los presentes es una simple mirada y la declinación que hizo a la oferta de la rubia de servirle. Él podía hacerlo por sí mismo.
Toma asiento para comer en silencio, siente el cuarteto de ojos posado en él y no puede sentirse más incómodo. Un suspiro cargado de fastidio parece alertar a la pareja, pues rápidamente desvían la vista a sus respectivos platos y comienzan a ingerir los alimentos dentro de estos.
No es como si Thomas pensara en sí como el mejor cocinero, pero sabía hacerlo, así que fácilmente podía juzgar la comida de su cuñada y catalogarla como horrible. El pollo que había preparado estaba seco y le faltaba más de un kilo de sal. No era incomible, pero definitivamente era mejor no probarlo siquiera. Se compadece de Christopher, el pobre había tenido que soportar aquellos atroces intentos de cocina por más de tres meses. Era casi inaudito que la chica no hubiese tenido un avance, por más mínimo que este fuera.
—"En tres semanas el techo estará listo."—La rubia rompe el silencio al fin.
—"¿Tres semanas? Creí que serían dos."—Hay un deje de queja en la voz del rubio.
—"Querido, el clima no está siendo dócil con los trabajadores y si las tormentas de nieve siguen así, no serán tres semanas, sino un mes."
—"Entiendo, es sólo..., es sólo que quiero darte una buena vida aquí y..."
En ese preciso instante el pelinegro dejó de escuchar. Una profunda opresión se alojó en su pecho, le costaba respirar. No eran sólo celos, no era..., él tenía miedo, estaba teniendo un ataque de ansiedad, el primero después de muchos años. Sus manos tiemblan e intentan aferrarse a los cubiertos que sostiene, comienza a balbucear y Christopher nota al instante la actitud extraña de su hermano.
—"¿Thomas?"—El nombrado empuña las manos y niega con la cabeza antes de levantarse.—"No, no, quédate ahí..."
Christopher se levanta rápidamente y va a auxiliar a su hermano, cargando el tembloroso cuerpo del mismo. Ni siquiera se toma la molestia de decirle algo a Edith, simplemente lo lleva escaleras arriba y posteriormente camina rápidamente a la habitación del pelinegro para dejarlo en la amplia cama.
—"Amor..."—Murmura el rubio.—"Necesito que te calmes..."—Observa el tembloroso cuerpo de su hermano y el sentimiento de culpabilidad rápidamente lo atrapa.
Las manos de Thomas tiemblan y debe tomar una de sus almohadas para presionar esta contra su cuerpo y así evitar el hacerse daño. Era un modo de auto-protección que había aprendido cuando los ataques de ansiedad lo atacaban con mayor frecuencia y terminaba con moretones y rasguños terribles.
—"¿Qué le pasa?"—La voz femenina de Edith devuelve a Christopher a la realidad.—"¿Puedo..., puedo hacer algo para ayudar?"
El rubio niega, ni él sabía qué hacer en situaciones así.
La chica comienza a sentirse frustrada. Siempre la trataban como si no supiera nada, y no era así. Christopher nunca le permitía tocar a Thomas, o siquiera ir a ayudarlo, eso era otra cosa extraña que había notado. Siempre era como..., "no puedes", "no le gusta", "mejor quédate". Al principio pensó que eran celos, le pareció tierno, pero ahora no estaba segura de si su esposo estaba celoso de su hermano o de ella. Siempre que intentaba convivir con el pelinegro, Christopher parecía querer desaparecerla con la mirada. Y eso tampoco le parece normal.
[...]
—"Él puede ayudarlo."—Insiste la mujer.
—"Thomas no querrá."—Repite por milésima vez.
Habían pasado un par de horas desde el incidente de la cena. Los esposos no se fueron de la habitación del mayor hasta asegurarse de que estaba dormido. Ahora se hallaban discutiendo respecto a la salud del mencionado. Edith insistía en llamar a Benedict, clamaba que él podía ayudar a Thomas mientras que Christopher peleaba por que ese doctor no se acercara siquiera a su casa. No olvidaba el suceso de la cena en casa de los Cushing.
Queda demás decir que Edith estaba lo que seguía de confundida. La explicación del rubio no la convencía: "no podemos traer a alguien desde América para revisar algo que seguramente no es tan grave". ¿Qué tenía de malo el doctor Cumberbatch? Edith lo conocía desde hacía años, el hombre siempre estaría dispuesto a hacerle favores a ella.
—"Si te importara tanto como dices, dejarías que Benedict viniera a revisarlo."—Frunce el ceño.
—"Me importa." —Gruñe.—"Más que cualquier persona en este mundo."
—"¡¿Entonces por qué no quieres que Benedict lo ayude?"
—"¡Porque no! No tengo dinero ni espacio para recibir personas.
—"Benedict no va a cobrarnos nada."
—"Mi respuesta sigue siendo no."
—"No se va a..."
—"No digas nada, por favor."—Se aprieta el puente de la nariz.
—"Estamos a tiempo, Chris. Benedict es el mejor doctor que he conocido."
Christopher suspira y debe pensarlo mucho antes de responder.
—"Bien, puede venir."
—"Genial, porque le pedí que viniera desde hace un mes y me envió su confirmación hace poco."
El rubio sabe que sería una noche larga, probablementea más tortuosa. Sabe que los días en los que el susodicho doctor estuviera en su casa serían largos e interminables.
Brodis, edité el capítulo porque lo último lo redacté cuando literalmente estaba quedándome dormida y puse puras mamadas de una computadora y no sé qué, onda ¿qué pedo? JAJAJAJAJAJAJA, pues ya, eso. Sori peris.
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Crimson Peak |Thorki/Hiddlesworth|
Fanfiction"El único error que cometiste fue creer que podrías quedarte con lo que es mío."