Que alguien secuestre mis nervios

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¡¡Una tila doble por favor!!
Parezco una mosca encerrada en un vaso pululando por mi habitación.
¡¡Que tarde!! Estoy un poco mayor para ciertas emociones.
Que si ya era una sorpresa (si puedo considerarla como tal pues me da que me estaba esperando) encontrar a Erik en el andén, el resto de la tarde podrían ser escenas de una película.
(Tanto lo bonito como lo que no)
Eso sí, corroborado queda su amabilidad y también que ojito como las gasta en momentos de tensión.
Y el momentazo donde solo faltaban que llovieran pétalos de rosa a nuestro alrededor (los dos agarrados a la barra entre el vaivén del vagón, una fluida conversación, alguna sonrisa adornada..) acabó de repente al llegar a la tercera estación de mi recorrido.
Mi primera impresión ha sido que había entrado en pánico y por eso salía escopetado hacia el andén.
Pero la realidad era que el carterista de turno me acaba de levantar la cartera de mi bolso.
¡Mi me he enterado! Y eso mismo hubiera querido el carterista con Erik.
Solo a faltado que anunciarán por la megafonía "Delincuente en vuelo rasante, extremen la precaución"
Ni un solo peldaño a tocado antes de estamparse contra el suelo del andén una vez que le alcanzó.
(Menos mal que hoy llevaba pantalón que si no me tropiezo con mi tanga al verle en plan héroe)
Así que lo que era un encuentro de diez minutos, han pasado a ser tres horas, entre ir a comisaría y volver a casa.
Hasta el portal me acompañó y como la cosas iban de robar cosas... disfrazado de descuido le he robado un beso.
(Por suerte yo no he salido volando)
Para al segundo decirme : "Enorme Minerva, las cartas boca arriba a las primeras de cambio"
Nada me ha faltado para desmayarme en el ascensor que las rodillas no respondían.
Y para colmo al contarle a mi madre lo ocurrido (excepto lo del portal claro) ¡¡¡Que quiere invitarle a comer como muestra de agradecimiento!!!
(Va a pensar cualquier cosa o que estoy tan desesperada que quiero cazarlo, y eso sin tener en cuenta que mis vecinas como sepan lo del robo, le ponen su nombre al descansillo del octavo... ¡que alguien secuestre a mis nervios!)

¿Y si resulta que eres mi hilo rojo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora