Armadura con volantes de impaciencia

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¡Qué hartura!
Otra tarde como esta y muero.
Lo tengo clarísimo.
Yo, me arrejunto (si algún día me veo en esa coyuntura claro) con tal de librarme de semejante lío.
Aparte de mi ignorancia en cuanto a los vestidos de novia para una celebración civil.
Si es por la mañana un modelo, por la tarde otro...
No exagero nada, una veintena se ha probado mi amiga.
(Mejor no detallo el desfile que al décimo ya me parecían casi todos iguales)
Y todo para no decirse por ninguno. ¡Ole tú kiwi guapa!
(Va a tener razón mi madre con eso de.. Minerva tu virtud no es la paciencia)
Más allá claro del derroche de lágrimas y la contaste comparación de que parecía una princesa ¡que manera de llorar más gratuita, de verdad!
Sera que aún llevo la armadura de la insensibilidad puesta porque de mis ojos ni una lágrima.
Armadura provocada por el encuentro de ayer con Alex que no fue a ningún lado.
Vamos... más atascada la cosa que el tráfico en hora punta.
Y eso que al segundo gintonic ya me daba igual ocho que ochenta (menos mal que no vi al amigo de mi hermano) pero tampoco era plan de que crea que soy una fresca.
(Y ahora pensándolo Romeo es más echado para adelante)
Ufff que la cosa se equilibra y esto es un empate técnico.
(Si pudiera cogía lo que me gusta de cada y me fabricaba un novio)
Aunque creo que será mejor ir a la farmacia por si allí hay algo que ayude con eso de ser paciente.
Porque si no, en una de estas vuelvo a los mensajes espaciados con Alex haber si así espabila.
Y de paso doy una vuelta al perro (al menos el animalito a su manera me da besos sin que se los pida) que se va a poner como un tonel estando todo el día tirado en mi cama.
(Minerva anotación mental... no le pongas volantes a la armadura y el día de la boda si tira el ramo no te muevas que vista la suerte... lo mismo se cumple eso de quien lo coge se casa...)

¿Y si resulta que eres mi hilo rojo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora