Lo llevo claro si.
Sentido el minuto de silencio que le he dedicado a mi móvil.
Pues eso de vibrar tal y como tenía la pantalla debía ser lo más parecido a sufrir un infarto.
Encefalograma plano al tercer tono y la consideración de vender un ovario para poder comprarme otro.
(Eso último es una forma de hablar que ni de coña hago eso)
¡Para que más!
He retrocedido unos cuantos años con eso de estar incomunicada.
(Considere las señales de humo como medio de comunicación más)
Un poco me costó al principio que era como salir sin bragas.
(Va exagero)
Pero a media mañana ya era soportable.
(Y el aplauso que me he llevado de más de una de mis compañeras por hacer eso)
Y casualidad o no, tal vez eso de no tener las ondas del teléfono cerca de mi neurona durante tantas horas ... ¡¡Premio!!
¡Ya se de que conozco al chico del placaje!
(Ufff lo que voy a disfrutar al adelantarme a mi amiga, esta vez, gané yo)
Pero hasta ahí llegó mi alegria, que por lo que recuerdo.... insulso me pareció un rato el par de veces que coincidimos, aparte de muy normalito claro.
(Es mi destino y aquel que no es normalito esconde como personalidad, un sapo)
Aunque dudo que él se acuerde de mi o al menos no me lo pareció tras embestirle.
En fin, que a falta de emociones nuevas a las que volverse adicta hice caso a aquello de deshacerme de la pulserita.
Por si acaso me he comprado un amuleto en una tienda esotérica.
(Sonará a locura pero prefiero pecar de precavida)
El gritó en el cielo ha puesto su majestad al escuchar que entré en una de esas tiendas.
(Que si ya era insoportable embarazada, más.)
Vamos me miró como si eso fuera un sacrilegio antes de decirme:
"Cuñi deberías creer un poquito más en ti"
Va a palabras necias oídos sordos, aunque en esta ocasión un poquito de razón lleva.
(Yo y mis viajecitos en esa montaña rusa con tirabuzón incluido)
Hasta que el "Mine al teléfono" gritado por mi madre a pleno pulmón me sacó de mi nebulosa.
Ufff ha sido como volver a la adolescencia ¡¡que recuerdos!!
Las charlas interminables con mi amiga, las ganas de comerse el mundo sin pensar en su posible indigestión, esa inocencia sin pensar que te romperían el corazón..
(Va va que me pongo ñoña... aquellos maravillosos años...)
Ainsss en fin, que lo de ganar a mi amiga ha sido efímero.
No solo sabe quien es, ha quedado con él mañana para tomar café.
(¡¡ La madre que la pario ya me la volvió a liar!! Ufff .. y yo celebrando que la había ganado.. )
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¿Y si resulta que eres mi hilo rojo?
Altele¿Quien no ha creído que su hilo se rompió alguna vez? Aunque la leyenda dice que es indestructible. Y todos de algún modo soñamos con encontrarlo. Minerva a través de su diario, contará su periplo para volver a creer y preguntarse: ¿Y si resulta que...