Novus amor peperit: El nacimiento de un nuevo amor

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12 de diciembre de 2018

Comía con mi hermana en la mañana antes de irme a trabajar. Isabel me había ido a visitar al apartamento después de una discusión con su marido. El bastardo hijo de puta de Felipe Vidaurre. No lo soportaba.

– Ya casi no queda nada entre él y yo. Es como si la llama se hubiera apagado y alguien hubiera echado agua a las cenizas. – Suspiró jugando con su café con leche. Miraba hacia abajo con expresión triste.

– Sepárate, no te lo voy a decir de nuevo. Te he visto más feliz con tu amante que con él. – Metí una cucharada del cereal con frutas en mi boca y sonreí mientras masticaba para probar mi seguridad con respecto al tema

– Sht. Basta, desubicado. – Sabía que se le caía la cara de vergüenza admitir que había tenido un amante, pero a mí me daba igual lo que ella hiciera. El amor es amor, y era claro que con el estúpido de su marido no tenía de eso. Además, el imbécil me caía como patada en el culo.

– ¿Cómo se sabe que te gusta alguien? – Pregunté de repente. Pensar en amor me hizo saltar la duda. Hacían cinco años que había recuperado mi vida y en esos años no estaba seguro de haberlo sentido aún... Bueno, casi, casi estaba seguro. Isabel me enarcó las cejas y me sonrió como el gato rizón.

– ¿Te gusta alguien? ¿La conozco? ES FLORENCIA – Dijo emocionada. Se notaba que yo jamás preguntaba esas cosas.

– Qué va, esa plástica no me va ni me viene. – Sonaba horrible, pero la verdad nunca me movió un solo pelo del cuerpo. Había momentos en los que dudaba si sería capaz de sentir algo así después del derrame.

– Tú le vienes a ella. – Movió sus cejas arriba a abajo hacia mí. – ¿Quién es? Anda dímelo muero por saber. – Me arrepentí de haber abierto la boca inmediatamente.

– No la conoces. – Mentí. Hizo un mohín en protesta.

– Pero ¿cómo te puede gustar alguien si apenas sales de tu trabajo? – Frunció el entrecejo tratando de pensar en una respuesta a su propia pregunta.

– Está bien, olvida que te pregunté – Me levanté de la mesa para prepararme un café en la taza portátil.

– Se siente todo diferente – Dijo al cabo de unos minutos. Me volteé a mirarla.

"Todo cambió cuando te vi"

Iba manejando con la cabeza en cualquier parte, no me di cuenta de que el semáforo estaba en rojo hasta que casi atropellé a una bella mujer en bicicleta. Bella hasta que pateó mi parachoques y me insultó cual cocinero experimentado descolocándome por completo.

"De blanco y negro al color me convertí"

– Hasta los colores son distintos, más brillantes. La tristeza de pronto ya no existe, solo eres feliz y aún más si le ves. – explicó jugando con sus manos, se veía que ella misma pensaba en esa persona que le encendía la llama. – Da igual el tiempo, da igual todo.

"Y fue tan fácil quererte tanto algo que no imaginaba, fue entregarte mi amor con una mirada"

– Todo es fácil. Estás dispuesto a entregarlo todo. – Ví en mi hermana algo que no veía desde hace mucho mientras se perdía en su explicación.

"Todo tembló dentro de mí, el universo escribió que fueras para mí"

La tenía tan cerca de mí que sentía su aroma dulce a vainilla. Estaba ardiendo de rabia porque había cambiado mi receta, nadie me desafiaba como ella, pero ardía más de rabia porque la tenía tan cerca y no podía hacer nada. ¿Qué quería hacer? Me cuestioné.

Casi, casi te recuerdo. Serie Casi, Casi #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora