Miro por la ventana hacia el exterior. El día está completamente soleado y no hay ninguna nube que cubra el cielo.
Bostezo ante la aburrida clase cuando, de repente, un dulce aroma flota hasta mi nariz. Me quedo completamente inmóvil en mi asiento cuando la tensión se levanta en el salón. Miro alrededor girando lentamente la cabeza, buscando al dueño de ese olor. Se puede sentir la tensión crepitando en el aire, y los otros dos Alfas del salón se voltean en mi dirección.
Al sentir que mi territorio es desafiado, un gruñido bajo casi inhumano sale de mi garganta. Los Alfas se dan cuenta de mi reacción y se voltean una vez más hacia el frente, pero la tensión aún no abandona sus espaldas.
Tan rápido como llegó, el dulce aroma desaparece, y miro hacia las ventanas buscando cuál está abierta y si es por ahí por donde entró el olor, pero todas se encuentran cerradas.
Confundido, intento controlar mis instintos por salir en busca del dueño de ese aroma, y puedo escuchar cómo el escritorio y la silla crujen por la fuerza que utilizo en mantenerme en el lugar.
El timbre suena y el murmullo se levanta rápidamente en el salón. El sonido de la puerta suena alto al abrirse y cerrarse. Me volteo en esa dirección, pero no alcanzo a ver quién salió antes de que a esté completamente fuera de la vista.
Tomo una profunda respiración, intentando relajar mis músculos, pero no consigo nada. No puedo olvidar ese dulce aroma inundando mi nariz y mi cuerpo reaccionando a él. Tampoco consigo sacar de mi cabeza el hecho de que alguien salió corriendo de aquí solo minutos después de que algo como eso haya pasado, y menos aún que no haya conseguido ver quién era.
La realidad me golpea de frente a la cara cuando me volteo a ver el escritorio tras el mío y lo veo vacío. Kuroko debería haber estado ahí.
Empujo mi silla hacia atrás con un fuerte chirrido y me pongo de pie para salir en su búsqueda, cuando me doy cuenta, una vez más, de que él no me dijo ni una palabra. Tal vez no quería que saliera tras él. Tal vez, él era el dueño de ese olor.
Trago saliva ante el significado de eso. Tal y como lo imaginaba. Kuroko nunca huele a nada. Kuroko es Omega y utiliza supresores para ocultar su aroma. Pero ahora, por algún motivo, estos fallaron y su olor golpeó directamente mi nariz. Algo tiene que haber cambiado.
Me vuelvo a sentar. Si voy en su búsqueda ahora mismo, no podría controlarme, y no es así como quiero que sean las cosas entre nosotros. Podría intentar forzarlo a hacer algo que él no quiere, y no quiero que se arruine nuestra relación por eso.
Suspiro y golpeo mi cabeza contra el escritorio, quedándome en esa posición.
Luego de las clases tenemos entrenamiento, tal vez podría preguntarle, casualmente, qué es lo que pasó. Niego con la cabeza ante mis pensamientos. Solo haré que las cosas se pongan incómodas. Pero no es como si solo pudiera olvidar ese dulce aroma. Mi cuerpo está tan tenso que duele.
Suspiro y apoyo los antebrazos en el escritorio cuando la siguiente clase comienza. Casi puedo sentir como los segundos se arrastran, pero Kuroko no vuelve de donde sea que haya ido. ¿Y si le pasó algo en el camino? Hay casi veinte Alfas en la escuela, y Kuroko es débil. Incluso para ser un Omega, es demasiado débil para defenderse de un ataque.
Un gruñido se forma en mi pecho al pensar en alguien atacándolo. Kuroko es una de las pocas personas que considero como amigos cercanos, y si alguien se atrevió a hacerle algo, podría matar a ese alguien.
Espera un minuto. Kuroko siempre ha estado rodeado de Alfas. La generación de los milagros está casi completamente compuesta por ellos, así que no es como que sea totalmente indefenso. Tiene que tener algún truco o algo.
Sacudo la cabeza intentando concentrarme en algo más, pero mis pensamientos continúan corriendo a lo mismo. Tal vez está en la enfermería. Incluso, puede que haya vuelto a casa. No es como que se pueda quedar en la escuela si es que repentinamente su celo lo golpeó.
Pero el olor desapareció tan rápido como apareció. ¿Por qué?
—¡Agh! —Un sonido de frustración sale de mis labios y sacudo mi cabello con mis manos —. No logro entenderlo.
Suspiro una vez más, y levanto la mirada. El profesor me mira con los ojos muy abiertos, y algunos compañeros están volteados hacia mí con la misma expresión.
—Si quieres, puedo explicarlo otra vez —. Dice él, pareciendo confundido y sorprendido.
Asiento con la cabeza, sin tener ni idea siquiera de en clase de qué estoy, y con la mente aún revuelta con pensamientos de Kuroko y ese dulce aroma que altera tanto mis sentidos.
El profesor habla, pero solo puedo ver que sus labios se mueven sin escuchar ninguna palabra que dice, y cuando parece que me está hablando solo asiento con la cabeza.
Mi mirada una vez más es atraída hacia el exterior y veo como una nube aparece en el borde de la ventana. La miro durante quién sabe cuánto tiempo, hasta que desaparece por el otro lado, pero Kuroko aún no vuelve.
Mi estómago se retuerce de la preocupación, y me digo a mí mismo que iré a buscarlo para el siguiente receso, si es que no vuelve por sí mismo. No quiero correr riesgos con él. Con la decisión tomada, siento que mi cuerpo se relaja un poco.
Después de un tiempo, el timbre vuelve a sonar, y me empujo hacia atrás para ponerme de pie, cuando la puerta se abre y Kuroko se asoma. Dejo salir un suspiro de alivio cuando lo veo llegar como si nada hubiese pasado.
Kuroko camina hacia su escritorio y se sienta. Me giro hacia él de inmediato, pero él agacha su mirada evitando la mía.
—¿Dónde estabas? —Le pregunto sin intentar presionarlo.
—Fui a la enfermería —. Me dice, aun evitando mirarme a los ojos.
—¿Por qué? ¿estás bien?
—Sí, todo está bien.
Asiento hacia él, y disimuladamente tomo una respiración para sentir su aroma. Como siempre, no huele a nada y casi puedo sentir como si mi imaginación me hubiese jugado una mala pasada. Si no fuera por la reacción de los otros Alfas, podría haber llegado a creer que tal cosa fuera posible, pero verlos reaccionar a ellos, hace que no pueda ser solo mi imaginación.
—Pensé que te irías a casa —. Le digo y él por fin levanta su mirada hacia la mía. Por un segundo sus ojos parecen heridos, y demasiado grandes para su rostro, pero una vez más agacha su cabeza, y no puedo asegurar que no lo haya imaginado.
—¿Por qué haría algo cómo eso? —Puedo sentir un ligero desafío en su voz, pero estoy tan sorprendido por ello, que me quedo en silencio, solo mirándolo.
Él levanta la mirada lentamente, una vez más, pareciendo asustado y yo le sonrío para tranquilizarlo.
—Es solo algo que pensé —, le digo —. No tienes que tomártelo tan a pecho.
Dando por terminada la conversación, me volteo una vez más hacia el frente y apoyo la barbilla sobre mi puño. Miro por la ventana hacia el exterior, intentando calmar mi ira.
No hizo nada para hacerme enojar, pero sentí como si me hubiera golpeado a la cara con esa forma de hablarme. Como si no tuviera nada que ver conmigo. Como si yo no pudiera, o debiera preocuparme por él.
Suspiro, pero el dolor en mi pecho no desaparece tan fácilmente.
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KagaKuro - Futari De (Kiseki no Sedai: Daini no Sedai #1)
FanfictionKagami siente un olor dulce llenando su nariz, y estuvo muy sorprendido al descubrir que el dueño de ese aroma, es uno de sus mejores amigos. Y más sorprendido aún, al descubrir que le ha estado haciendo daño a Kuroko sin siquiera darse cuenta por u...