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Llegamos a mi casa y suelto la mano de Kuroko antes de ir al baño a preparar el agua para que él tome un buen baño caliente. Kuroko ha parecido incómodo todo el camino hacia aquí, y ahora, una de mis prioridades, es que él se sienta cómodo y feliz

Al volver al salón mientras el agua de la bañera se calienta, veo a Kuroko cerrar su móvil y girarse hacia mí con una mueca en su rostro que intenta ocultar detrás de su cara de póquer, pero es demasiado tarde para evitar que la vea.

—¿Ocurrió algo malo? —Le pregunto acercándome a él. Tomo su rostro en mis manos e inclino su cabeza hacia atrás para mirar en sus ojos.

Kuroko deja escapar un suspiro y se inclina hacia mí, apoyando su cabeza en mi pecho.

—Acabo de llamar a mi familia, y les dije que tengo que hablar con ellos esta noche cuando llegue a casa.

Mis ojos se abren de par en par por la sorpresa y apoyo mis manos en sus hombros, empujándolo un poco hacia atrás.

—¡No te puedes ir! —. Le digo, apretando sus hombros y sacudiéndolo un poco. Mis alarmas se disparan ante la sensación de abandono —. Acabamos de enlazarnos, y sabes que saldré tras de ti tan pronto como cruces esa puerta —. Indico hacia la puerta principal, y por extraño que parezca, Kuroko no parece ni siquiera un poco sorprendido por mi arrebato.

—No lo harás —. Dice, antes de dar unos pasos hacia la cocina —. Ya hemos pasado por la etapa de la confianza.

—No es en realidad un tema de confianza. Confío en ti, pero el resto del mundo es una cosa diferente —. Puedo sentir mi rostro arder antes mis propias palabras, pero Kuroko es mío y tengo todo el derecho de ser sobreprotector —. ¿Qué se supone que haga si alguien te hace algo y no puedo ayudarte?

Kuroko me mira por unos momentos antes de dejar salir un largo suspiro.

—No hay de qué preocuparse —. Me dice —. La mayoría de la gente ni siquiera se da cuenta de que estoy en el lugar.

Mi boca se abre para replicarle, pero una carcajada se me escapa al darme cuenta de que tiene toda la razón.

—Aun así, no deberías querer irte. Separarnos tan pronto... —Puedo sentir esa burbuja de felicidad atorarse en mi garganta con la angustia de estar separados, aunque sea solo por una noche.

—Voy a traer mis cosas mañana —. Dice apoyando sus manos en mi pecho —. Se supone que vendría a quedarme desde la próxima semana, pero, así como están las cosas ahora, sería mejor que simplemente venga mañana.

—Podrías venirte hoy mismo —. Le digo apretando sus manos en las mías —. Vamos a hablar hoy con tu familia, y así puedo traer tus cosas de inmediato para que te vengas a vivir conmigo.

—Se supone que tienes que hablar con tu familia también antes de traerme a vivir contigo.

—A mi viejo no le va a importar si es que te vienes a vivir conmigo.

Kuroko deja salir un suspiro y mira a mis ojos mientras habla.

—Supongo que le va a importar cuando le digas que estamos emparejados y no solo somos dos amigos compartiendo un apartamento —. Dice caminando hacia el sofá. Yo lo miro por unos momentos antes de caminar hacia él, y arrodillarme entre sus piernas —. Esto no es como si solo fuéramos a seguir siendo amigos. Ahora somos una pareja enlazada y podríamos morir de soledad si nos separamos por mucho tiempo. Es necesario que tu padre sepa esto también.

Dejo escapar un suspiro y me paso la mano por el cabello. Agacho la mirada ante sus palabras. Kuroko tiene razón, y no es como que simplemente las cosas volverán a la normalidad. Desde ahora, las cosas serán muy diferentes.

KagaKuro - Futari De (Kiseki no Sedai: Daini no Sedai #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora