—No sabes lo que me pasó hoy —. Dice Tetsuya en cuanto nos sentamos a la mesa algunos meses después de que fuimos con toda la familia a la primera ecografía.
—No lo sé —. Le digo antes de llevarme un poco más de comida a la boca. Mi mente trabajando, pensando en lo que me dijo que haría esta mañana —. ¿No ibas a comunicarte con el grupo de la Generación de los Milagros hoy?
—Lo hice —, dice Tetsuya. Su mirada parece distante por un momento, mientras su mano acaricia su gran vientre.
A solo un mes de salir de cuentas, su barriga se ha puesto enorme, pero aún es la criatura más hermosa en la que he puesto los ojos. Y aunque cada noche tengo que masajearle los pies por el cansancio de llevar a nuestro bebé, Tetsuya nunca se ha quejado.
—¿Y? —Le pregunto, ya que parece que no continuará diciendo nada más, luego de un par de minutos en silencio.
—Al parecer, todos tenemos noticias importantes que comunicarnos —, dice volviendo una vez más a mirar a mis ojos.
—¿De verdad?
—Sí —, dice y una pequeña arruga se forma entre sus cejas —. Yo aún no les he dicho que estoy embarazado, pero cuando me vean llegar así —, dice apuntando hacia su vientre —, definitivamente lo notarán.
—Bueno, pues yo estaré ahí también. Ya hace un tiempo que no nos vemos —, le digo terminando con mi tercera porción de arroz, y estirando mi mano hacia la arrocera para servirme la cuarta.
—Lo sé —, Tetsuya muerde su labio inferior por un momento, y sus ojos buscan los míos por unos momentos antes de murmurar —, ¿crees que los chicos lo sepan?
—Yo no lo he dicho, y no he oído nada de ninguno de ellos. A menos que alguien más les haya dicho algo, no tendrían por qué saber.
—Mmh, o tal vez, ellos mismos serán padres también.
No puedo evitar que una carcajada se me escape de solo pensarlo y Tetsuya me mira con una sonrisa en su rostro.
—No puede ser que todos estén embrazados al mismo tiempo —. Le digo, pensando en los compañeros Omegas de cada integrante de los antiguos compañeros de equipo de Tetsuya. Ni siquiera puedo imaginar que Akashi esté embarazado. Eso sería demasiado gracioso. O incluso terrorífico.
Me estremezco de solo pensarlo, pero Tetsuya me mira fijamente por unos momentos. Asiente con la cabeza, y no dice nada más por un buen rato.
Cuando termino de comer, me recuesto hacia atrás contra el sofá. Tetsuya no deja de mirarme, y comienzo a sentir el calor subiendo a mis mejillas.
» ¿Qué ocurre? —Le pregunto palmeando y acariciando mi estómago abultado.
—Tu gran estómago desaparece luego de unas horas —. Dice acariciando su vientre amorosamente, con el cariño casi desbordando de su mirada —. Pero el mío lleva meses creciendo.
—En ese vientre, está nuestro bebé —. Le digo estirándome hacia él. Tomo su mano en la mía, y la llevo a mis labios, besando sus nudillos —. Ya pronto desaparecerá ese enorme vientre, y estará aquí nuestro bebé.
—¿Compramos todo lo necesario?
—Ya lo hicimos —. Le digo, tranquilizando todas sus dudas —. O nuestros padres nos lo enviaron. Lo único que falta, es comprar más y más pañales, pero no creo que se acabe los cincuenta paquetes que ya tenemos aquí, en el primer par de días, sin que pueda ir a comprar más. No tienes de qué preocuparte. Estaré justo aquí, contigo.
La mirada de Tetsuya se derrite en la mía, y le da un apretón a mi mano.
Nos ponemos de pie, y comenzamos a levantar los trastos. Mientras yo lavo, Tetsuya seca y guarda. Pero mi mente está a mucha distancia.
—¿De verdad crees que eso es lo que todos tienen que decir? —Le pregunto luego de que terminamos de limpiar y nos dirigimos una vez más hacia la sala de estar.
Tetsuya se sienta en el sofá, y me siento a su lado. Enciendo la televisión con el mando a distancia, y nos acomodamos abrazados. Mi mano va directamente hacia su barriga, y siento el movimiento de nuestro bebé en su vientre. Mis ojos se arrugan mientras sonrío. Nuestro bebé es muy inquieto.
—¿Qué cosa? —Dice Tetsuya, pero en su mirada puedo ver que solo está intentando tomarme el pelo.
—Ya sabes —, le digo moviendo mi mano —. ¿De verdad crees que todos nos convertiremos en padres este mismo año?
No hemos tenido casi ningún contacto con la Generación de los Milagros desde hace casi un año, y aunque hemos tenido partidos, no siempre estaban ellos. Y Akashi no ha aparecido en escena desde casi el mismo tiempo que Tetsuya. Diría que dejó de aparecer incluso antes que eso.
De hecho, desde que los senpai se graduaron, ya casi nunca he tenido tiempo para jugar los partidos. Y aunque soy el mejor jugador, Furihata se convirtió en el capitán desde que el capitán Hyuuga se graduó. Después de todo, todos estuvimos de acuerdo en que no tengo material para ser capitán. Soy demasiado impulsivo, pero a Furihata le queda muy bien el papel, aunque le falta un poco de experiencia.
Mi mente continúa vagando hacia la Generación de los Milagros. Si todos están embarazados al mismo tiempo, sería que la nueva Generación de los Milagros está por nacer.
» Sería demasiada coincidencia —. Murmuro sobre su cabeza, apoyando mi barbilla sobre su cabello. Mi brazo apoyado en el respaldo del sofá, su cabeza apoyada en mi hombro.
Tetsuya suspira, y una mirada de diversión aparece en sus brillantes ojos.
—Bueno, podría ser —. Dice posando su mano sobre la mía, en su barriga —. No por nada, somos la Generación de los Milagros.
ESTÁS LEYENDO
KagaKuro - Futari De (Kiseki no Sedai: Daini no Sedai #1)
Fiksi PenggemarKagami siente un olor dulce llenando su nariz, y estuvo muy sorprendido al descubrir que el dueño de ese aroma, es uno de sus mejores amigos. Y más sorprendido aún, al descubrir que le ha estado haciendo daño a Kuroko sin siquiera darse cuenta por u...