十三

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—Hace algunas horas llevé a Kuroko al hospital —, comienzo, tomando la mano de Kuroko entre las mías —. Al parecer sus supresores comenzaron a fallar desde hace cerca de un año, y ha estado haciendo regulaciones de dosis semanales desde entonces.

Mi madre lleva su mano a su boca y un jadeo sale de ella mientras toma la mano de mi viejo, que se ve completamente confundido.

» Yo no sabía que lo causaba, o por qué se estaban descontrolando las cosas, pero solo parecía que él estaba en peligro, así que no pude dejarlo ir solo —. Me aclaro la garganta y siento el rubor correr por mi rostro mientras hablo —. El doctor nos dejó solos para terminar de completar el lazo, y luego me explicó la situación.

» Al parecer, el hecho de que yo no me diera cuenta que nuestro lazo sentimental se había formado, estaba causando que el celo de Kuroko se descontrolara, y el no, eh, completarlo le estaba haciendo daño —. Me paso la mano por el cabello mientras miro a mis padres, que parecen casi tan incómodos como yo, pero mi viejo aún tiene el ceño un poco fruncido en confusión —. La mejor solución fue completar el lazo, pero la idea era... eh... entonces... yo...

—Las cosas se salieron de control —, dice Kuroko, mirando mis ojos antes de mirar a mis padres —. Terminó por morderme y no utilizamos protección.

—¿¡QUÉ!? —Dicen mis padres poniéndose de pie.

—Acabamos de hablar con mis padres. Taiga-kun dijo que podría venir a vivir con él, así que..., aquí estoy.

—¡Espera! —Dice mi madre empujando las manos frente a ella, con las palmas hacia afuera —. ¿No utilizaron protección?

—¿Y lo mordiste? —Dice mi viejo mirándome con los ojos muy abiertos.

—¿Estas con tu celo? —Le pregunta mi madre a Kuroko.

Kuroko aprieta mi mano y parece preocupado, pero le sonrío y asiento con la cabeza hacia mis padres.

—Así están las cosas.

Mis padres se paralizan por unos momentos, antes de que mi madre camine directo hacia Kuroko y tome su mano, tirando de él lejos de mí y hacia el pasillo. Los miro alejarse, confundido, y miro a mi padre que me mira seriamente.

—Lo mordiste cuando estaba con su celo, se acoplaron sin protección, pero ¿te anudaste con él? —Dice mi viejo con la voz muy baja, parecido a un zumbido.

—Sí... —Susurro con el rostro completamente ruborizado. No creía que tendríamos que dar tantos detalles respecto a nuestra primera vez. Menos aún que tendría que dárselos a mis padres y a los suyos. Hablando de mortificaciones.

—Entonces está embarazado —. Dice haciéndose para atrás sobre el sofá, y apoyando la cabeza en el respaldo.

—Aún no se ha hecho la prueba, por lo que no podemos solo asegurar-...

—Está con su celo, Taiga —. Dice mi viejo alzando la voz —, te anudaste dentro de él. Es imposible que no lo esté.

—... —Me quedo helado ante la realidad que me negaba a ver de frente.

—¿Qué van a hacer? —Dice sacando una cajetilla de cigarrillos del bolsillo de su pantalón.

—¿No se suponía que lo habías dejado? —Le pregunto con un nudo atorado en mi garganta. El miedo crudo ahogándome.

—Solo fumo de vez en cuando. Pero el estrés de esta situación es mayor de lo que esperaba —. Dice encendiendo el cigarrillo. Inhala el humo y luego deja salir una bocanada por la boca antes de darle otra calada —. Se desharán de él, ¿cierto?

—¡No expondré a Kuroko a esa clase de peligros! —Le digo con los dientes apretados —. Es demasiado riesgoso que se haga un aborto. Él podría morir también, y no me arriesgaré a perderlo.

—Esa posibilidad es casi inexistente con la tecnología actual —, dice él, y camino hacia la ventana para abrirla y que el humo del cigarrillo no se quede encerrado dentro del lugar. Sería malo para Kuroko si de verdad está embarazado. No correré ese riesgo.

—Pero es una posibilidad. Además —, le digo pasándome la mano por el cabello —, podría quedar infértil. Y quiero tener hijos con él algún día. Ya sea ahora, o más adelante.

Mi viejo y yo nos miramos por largos minutos. Podrían incluso haber sido horas, pero él termina de fumarse su cigarrillo antes de volver a hablar.

—No te haré cambiar de opinión, ¿no es así? —Dice antes de suspirar —. Eres un Alfa después de todo. Y ya eres todo un hombre. Tendrás que buscarte un trabajo.

—Lo haré en cuanto me gradúe de la preparatoria —. Camino una vez más de regreso a donde estaba antes, y me siento con las piernas cruzadas.

—¿Y cómo vas a mantenerlos a los tres? Yo no pagaré más por esta casa desde que la declaraste tuya.

—Tengo dinero ahorrado —. Le digo mientras me recuesto en el suelo, para mirar el techo, y pongo las manos tras mi cabeza —. Por muy caro que salga todo, debería alcanzar por lo menos hasta que salgamos de la preparatoria.

—¿De donde sacaste ese dinero? No recuerdo que hayas trabajado un día en tu vida.

—No te lo diré —. Le digo, y una sonrisa se forma en mis labios al recordar las apuestas que hice por tanto tiempo mientras jugaba básquetbol en E.E.U.U. con Tatsuya.

—Si tú lo dices —. Dice, y escucho como cruje el sofá cuando se pone de pie —. De todas formas, si las cosas se ponen muy mal, puedes llamarme.

—No lo haré —, le digo y puedo escuchar cómo se ríe mientras va a la cocina.

—Terco bastardo. Pero cuando tu pareja o tu hijo estén en peligro, correrás y hasta suplicarás por ayuda si es necesario —. Murmura, pero puedo oírlo perfectamente claro.

—Ya lo creo —. Le murmuro de vuelta, porque ya puedo sentir que no hay nada más importante en este mundo para mí que Kuroko. Ni siquiera el básquetbol.

Puedo sentir que Kuroko se acerca a mí y estiro mi mano hacia él, haciendo que se siente junto a mí.

—Supongo que estoy embarazado —. Dice con la mano sobre su abdomen.

—Lo sabremos cuando te hagas la prueba —. Le digo mirando a sus ojos inexpresivos. Con mis padres aquí, Kuroko no baja la guardia para mostrar sus emociones, pero puedo oír la preocupación en sus palabras.

—¿No te arrepientes? —Me pregunta, y puedo ver en sus ojos la culpa.

—No —. Le digo, y puedo sentir en mi corazón que es la verdad. Sin importar lo difícil que las cosas se pongan de ahora en adelante, no podría arrepentirme de estar con él, de formar un lazo con él, de crear una familia con él. No. No tengo arrepentimientos —. Las cosas funcionarán bien al final —, le digo, y llevo su mano a mis labios. Deposito un beso suave sobre el dorso de su mano y miro a sus ojos —. Ya verás que lo harán.

—Sí —, dice y una sonrisa pequeña se forma en sus labios.

KagaKuro - Futari De (Kiseki no Sedai: Daini no Sedai #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora