十八

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Tetsuya entra en la habitación con solo una toalla envolviendo sus caderas, y yo me siento en el borde de la cama mientras se acerca a mí. Separo mis piernas para meterlo a él entre ellas, y quedo con mi rostro justo frente a la pequeña protuberancia que es ahora su bajo abdomen.

Así, con la luz de la habitación encendida, veo lo distendido que está. Nuestro pequeño creciendo en su interior y poco a poco irá creciendo más y más, hasta que esté listo para salir y ver el mundo.

Abrazo sus caderas con mis manos y acerco mis labios hacia su ombligo. Casi puedo imaginarme a nuestro pequeño cuando comience a moverse y sea capaz de sentirlo. Pero mis labios y mis manos no se detienen. La piel pálida y suave de Tetsuya me llama, y yo comienzo a sentirme más excitado a medida que los minutos pasan.

Dejo salir mi aliento sobre su vientre y estiro la cabeza hacia atrás, mirando a Tetsuya a los ojos. Sus pupilas están dilatadas de excitación y sus manos se afirman a mi cabeza mientras las mías se arrastran por sus nalgas y entre ellas, buscando el pequeño orificio caliente y húmedo que recibe mis dedos y pene en su interior.

—Debería ir a darme una ducha —, le digo. Puedo escuchar lo ronca que se ha puesto mi voz, y siento como su cuerpo tiembla de deseo en mis manos mientras lo acaricio —. Y luego te haré el amor.

—¿No te preocupa que pueda pasarle algo al bebé? —Me dice Tetsuya. Su voz tiembla ligeramente, y su manzana se balancea en su garganta, pero puedo ver por el brillo de diversión en sus ojos que solo bromea conmigo.

—Me imagino que ya tienes la respuesta a esa pregunta —. Sacudo mi cabeza y paso mi lengua desde un lado de su cadera, pasando por su abdomen sobresaliente, hasta el otro lado —. Pero pensaba que solo podríamos tocarnos el uno al otro. No creo que debamos hacerlo por completo. Es un riesgo que no estoy dispuesto a correr.

Tetsuya me mira con los ojos muy abiertos por un segundo antes de romper a reír, con lágrimas corriendo por sus mejillas y prácticamente rodando en la cama, antes de comenzar a hipar y calmar sus risas.

» No sé qué es tan divertido —. Le digo sonriendo a su felicidad. Nunca lo había visto así, y aunque me alegro de verlo, no me gusta el hecho de ser el motivo de sus carcajadas —. ¿Qué pude haber dicho para hacerte reír así?

—Es por eso... que le dije... al doctor que... tenía que... darme un certificado —. Tetsuya jadea y ríe mientras habla, frotando su abdomen. Mi mano imita la suya, intentando clamar un poco las risas, antes de moverse hasta su rostro y borrar las lágrimas que se escaparon de sus ojos.

—¿Un certificado? —. Le pregunto mientras me pongo de pie y lo miro desde arriba.

—Para que verifiques que podemos tener sexo con penetración sin que haya ningún riesgo —. Mis mejillas se encienden al escuchar palabras tan explicitas de los labios de mi compañero embarazado —. Pensé que el doctor se desmayaría de risa cuando le dije que de verdad lo necesitaba.

—¿Qué significa eso? —Le pregunto mientras pongo las manos en mis caderas.

—Hemos estado haciéndolo desde hace semanas, mientras yo ya estaba embarazado, y al bebé no le pasó nada. Estará bien, Taiga-kun. No hay de qué preocuparse.

Asiento con la cabeza, pero no puedo dejar de pensar en que sería mejor si no lo hacemos hasta el final. Me doy la vuelta para salir de la habitación e ir a la ducha, pero la mano de Tetsuya en la mía me lo impide, y me volteo a mirarlo.

» De verdad que no hay por qué preocuparse, ¿sí? —Veo el brillo de la sinceridad en sus ojos y la sonrisa de confianza en sus labios, y asiento con la cabeza. Me agacho y beso ligeramente sus labios, antes de soltarme de su mano con suavidad y caminar a la ducha cuando veo que se acomoda entre los cobertores de la cama a esperarme.

KagaKuro - Futari De (Kiseki no Sedai: Daini no Sedai #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora